WSA: World Secret Agents

Capítulo 4: King Boxing

Becky abrió su maleta y comenzó a sacar su ropa, doblándola con precisión antes de colocarla en el clóset compartido. Freen, que ya había tomado el lado derecho del mismo, hacía lo propio pero con menos cuidado, dejando caer algunas prendas de manera descuidada. El silencio entre ellas era tenso, cargado de todo lo que no querían decir directamente, pero sus miradas lo decían todo.

—Espero que no ocupes todo el espacio —comentó Becky con un tono cortante mientras doblaba una camiseta y la colocaba en su estante.

Freen, sin mirarla, soltó un suspiro exagerado.

—No te preocupes. No necesito tanto espacio como tú —respondió, colgando una chaqueta con cierta brusquedad.

Becky rodó los ojos y continuó acomodando sus cosas, esforzándose por ignorarla. Pero cada gesto de Freen parecía estar diseñado para molestarla. Ya fuese el ruido innecesario al mover las perchas o cómo parecía ocupar más de la mitad del clóset.

Una vez que ambas terminaron de organizar sus pertenencias, se dirigieron hacia el escritorio donde habían dejado el folleto con las actividades extracurriculares del colegio. Era parte de la "misión" encubierta que "Nadie" les había asignado: fingir ser estudiantes normales y, de alguna manera, aprender a trabajar juntas sin matarse en el intento.

—Mira esto —dijo Becky, señalando una de las actividades en el folleto—. King boxing. Parece que al menos hay algo interesante aquí.

Freen alzó una ceja, como si analizara la sugerencia.

—¿King boxing? —repitió con una media sonrisa—. No sabía que te interesaba algo tan físico. Pensé que preferías actividades menos... exigentes.

Becky no perdió el ritmo y le devolvió la sonrisa.

—¿Por qué no? Podría ser divertido. Además, necesito una manera de liberar el estrés... ya sabes, después de tener que aguantar tanta incompetencia todo el día.

Freen dejó escapar una risa sarcástica mientras tomaba el folleto y lo revisaba.

—Claro, lo que sea necesario para evitar que sigas proyectando tus frustraciones en los demás.

Ambas se miraron fijamente por un momento, como si el simple hecho de inscribirse en la misma actividad fuera otra batalla en su guerra personal. Finalmente, Becky rompió el silencio.

—Perfecto. King boxing, entonces. Nos vemos allí —dijo, firmando en el formulario de inscripción.

Freen no se quedó atrás. También escribió su nombre en la lista, asegurándose de que Becky lo viera.

—Será interesante ver cómo te manejas —comentó con una sonrisa de suficiencia.

—Lo mismo digo —replicó Becky, recogiendo sus cosas y caminando hacia su cama.

Mientras ambas se preparaban para lo que sería una intensa sesión de entrenamiento de King boxing, no pudieron evitar lanzarse pequeñas indirectas agresivas, como si cada comentario fuera un golpe sutil, preparándolas para el enfrentamiento que vendría en el ring.

En el fondo, cada una sabía que esto sería mucho más que una actividad extracurriculares. Para ellas, sería una nueva oportunidad de demostrarse quién de las dos era más fuerte, aunque eso significara seguir en pie de guerra.

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Al día siguiente, Becky y Freen entraron al aula de filosofía en completo silencio, cada una concentrada en su propia molestia. A pesar de todo, las circunstancias las habían forzado a sentarse juntas, algo que ni una ni la otra disfrutaba, pero soportaban por el bien de ambas.