Capítulo 19: "Accidentalmente"

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En Algún Lugar Del Mundo

El sonido de un par de tacones resonaba en el suelo metálico, cada paso como un eco que incrementaba la tensión en la habitación. Los hombres presentes inclinaban la cabeza en señal de respeto -y temor- mientras observaban de reojo a la mujer que avanzaba hacia ellos con porte elegante y una mirada helada. Se detuvo frente al grupo, y su silencio hizo que todos contuvieran el aliento.

-¿Así que este es el equipo de élite del que tanto me hablaron? -empezó con tono acido. ¿Un grupo de inútiles incapaz de vencer a dos adolescentes?

Los hombres permanecieron en silencio, cabizbajos, tragando el orgullo mientras ella continuaba.

-¿Alguien me puede explicar cómo sucedió algo tan absurdo? -preguntó, elevando una ceja. Nadie respondió, cada uno temía que cualquier palabra pudiera empeorar la situación. La mujer soltó un suspiro, claramente frustrada, y enfocó su mirada en uno de los hombres.

-Non, dime algo, ¿o también has perdido la voz además de la dignidad? -espetó, sus ojos fijos en él.

Non levantó la cabeza lentamente, el sudor perlaba su frente mientras intentaba mantener la compostura.

-Señora, fue un... error de cálculo. No anticipamos que pudieran resistirse de esa manera o siquiera ir a rescatarla -respondió, con la voz apenas audible.

Ella dejó escapar una risa fría, sin un rastro de humor.

-¿Un error de cálculo? Qué conveniente. No estoy interesada en excusas. Estoy interesada en los resultados -dijo, y sus palabras parecían cortar el aire. Dio un paso más cerca de Non-. Llámalo, y dile que se deshaga de ellas dos y recuperen a la chica.

-Sí, señora. Y no volverá a ocurrir -prometió Non, bajando la cabeza.

La mujer le dedicó una última mirada cargada de advertencia antes de girarse hacia el grupo.

-Escúchenme bien, todos ustedes -dijo, en un tono de amenaza palpable -: si algo así vuelve a suceder, no me temblará la mano para enterrarlos a todos. ¿Entendido?

Un murmullo de asentimiento se escuchó en el grupo, pero ella no esperó más, girándose con determinación para salir del lugar.

Tailandia, Bangkok

Freen y Becky estaban en el comedor de la cafetería del colegio, compartiendo el almuerzo en relativa calma, hasta que las voces animadas de sus amigas interrumpieron el momento. Lada, Engfa, Faye y Nam se acercaron, saludándolas con entusiasmo. Becky y Freen les devolvieron la sonrisa, y entonces Engfa, con curiosidad brillando en sus ojos, señaló hacia la mesa de autoservicio, donde Charlotte estaba ordenando su comida.

-¿Y quién es la chica nueva? -preguntó, mirando a Becky y a Freen.

Freen soltó una breve risa nerviosa y dijo: -Es una prima mía. Viene a estudiar con nosotras por un tiempo.

Nam, que conocía muy bien a ambas, arqueó una ceja, divertida pero sin decir nada. Engfa parecía más interesada en Charlotte que en la respuesta y no pudo evitar comentar:

-Es muy guapa -dijo, casi en un susurro, aunque Becky lo escuchó y soltó una carcajada.

Lada aprovechó el ambiente para anunciar emocionada: -¡Por cierto! Hoy en la noche hay noche de películas en mi casa.

-¡Tienen que ir! -agregó Faye con entusiasmo-. Las noches de película en casa de Lada son las mejores.

Nam asintió y lanzó una sonrisa cómplice, mientras Engfa apenas apartaba la mirada de Charlotte. Freen aceptó la invitación y, volviéndose hacia Becky, le preguntó:

-¿Y tú? ¿Vienes?

-Nat ya me había invitado a salir. Pienso ir con él. -Becky negó con la cabeza.

Un destello de irritación cruzó el rostro de Freen, quien tensó la mandíbula, intentando ocultar sus celos con una sonrisa forzada.

-Está bien -murmuró, aunque la incomodidad era evidente. Las chicas notaron la tensión en la mesa, pero guardaron silencio cuando vieron a Charlotte acercarse y tomar asiento entre Becky y Engfa. Engfa, sin perder tiempo, comenzó a coquetear abiertamente, dedicándole una sonrisa y una serie de halagos. Charlotte, divertida, respondió con risas mientras Engfa intentaba impresionarla.

Freen observaba la escena con una mezcla de celos e irritación. Mientras las risas de Charlotte y Engfa resonaban, un pensamiento travieso se coló en su mente. Tal vez no sería tan mala idea "accidentalmente" encerrar a Becky en el baño de su habitación mientras se arreglaba. Una sonrisa divertida se formó en sus labios, mientras su mente fantaseaba con la idea.

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Becky estaba dentro del baño, ya preparándose para salir cuando Freen se acercó a la puerta. Charlotte había salido un rato a dar una vuelta por el campus, así que Freen decidió que este era el momento perfecto para llevar a cabo su pequeña broma. Con una sonrisa juguetona, Freen tomó las llaves de la habitación y las metió en la cerradura del baño. Luego, con calma, giró la llave y la volvió a sacar, pero esta vez las rompió por la mitad, asegurándose de que Becky no pudiera intentar abrir la puerta desde adentro.

Con una sonrisa satisfecha, Freen se alejó y salió de la habitación. Caminó por el pasillo hasta llegar a la entrada del colegio, donde vio a Nat esperando cerca de su coche. Él levantó la vista cuando la vio acercarse.

-¿Qué pasa? -preguntó Nat al verla con una expresión ligeramente preocupada.

-Becky está muy enferma -respondió Freen con un tono que oscilaba entre falso y preocupado-. No podrá acompañarte esta noche, me pidió que te avisara.

Nat frunció el ceño, claramente preocupado.

-¿Está bien? -preguntó, mirándola fijamente.

Freen asintió con calma, sin que una pizca de duda cruzara su rostro.

-No te preocupes. En unos días se sentirá mejor. Solo necesita descansar.

Nat pareció relajarse un poco y, aunque la expresión de duda no desapareció por completo, subió al auto con un suspiro de resignación.

-Está bien... dile que espero que se recupere pronto -dijo, arrancando el coche y alejándose por el camino.

Freen lo vio irse con una sonrisa satisfecha y un sentimiento de triunfo que crecía en su interior. Todo estaba bajo control.

Cuando regresó a la habitación, se tumbó en la cama y dejó escapar una risa suave. La habitación estaba en silencio, excepto por el sonido lejano de Becky intentando abrir la puerta. Freen no pudo evitar sonreír de nuevo, disfrutando del sonido frustrante de Becky empujando la manija sin poder salir. Decidió dejarla en suspenso por un rato más.

Sacó su teléfono y observó la hora, luego susurró para sí misma:

-En media hora te dejaré salir.

Se acomodó en la cama, cruzando los brazos detrás de su cabeza, disfrutando del control que tenía sobre la situación.


WSA: World Secret Agents Donde viven las historias. Descúbrelo ahora