CarlosAdeline, el único nombre que pasaba por mi cabeza. Su dulce voz, su encantadora sonrisa, su hermoso y sedoso cabello el cual se movía con el viento, era lo único que estaba en mi mente.
Que pedazo de mujer...
Habia un cambio de planes, no iríamos a una cafetería, invitaría a Ade a una fiesta, específicamente la fiesta que se celebraría por mi podio.
No tenía el número de ella para poder avisarle sobre el cambio de planes, así que, le escribiría a Pierre para que él mismo le avise.
Al terminar de escribirle él solo me vio el mensaje y le contestó con una reacción a mi mensaje, dándome a entender, que si le había dicho o estaba por decirle.
Me sentía algo nervioso, ella me pareció guapísima desde que la vi, pero por obvias razones, no le iba a decir eso a tan solo a horas de conocerla. Era absurdo lo rápido que me atrajo ella, nunca me había sentido así, a ver, no me había pasado con ninguna de mis parejas anteriores. Isa nunca fue la mejor, solo me quiso por mi fama, lo que me destruyó por completo ya que llevábamos casi cuatro años saliendo, nuestra ruptura por obvias razones fue demasiado dura y fuerte, me devastó por completo, pero, logré salir adelante aunque costó mucho.
Pero, estaba listo para algo nuevo, llevaba seis meses sin nadie a mi lado ya que creí que no necesitaba a nadie, pero ya veo que me equivoqué. Necesito a Adeline conmigo, yo sé que es pronto, pero la verdad quiero algo con ella.
Me dirigí a la cocina, puse jazz como ya estoy acostumbrado a hacerlo, y me puse a cocinar mi almuerzo.
Adeline
Me llegó un mensaje por parte de Pierre, avisándome de un repentino cambio de planes que había hecho Carlos para nuestra "cita", supuestamente vamos a ir a una fiesta para celebrar su podio. No soy una persona que salga todo el tiempo de fiesta, pero, me gustaban y de paso me intrigaba mucho la idea de ir con Carlos a una.
Eran las tres de la tarde, la fiesta comenzaba a las 9, así que tenía muchísimo tiempo para planear lo que me iba a poner, como me iba a maquillar y demás.
Estaba terminando de almorzar, no me gustaba la comida que me habían traído, pero no tenía de otra. Comía mientras me planteaba millones de escenarios en mi cabeza que quizás nunca iban a pasar, estaba sobrepensando demasiado.
No me había dado cuenta de el largo tiempo que me pasé en eso, que cuando me di cuenta, ya eran las cuatro y media, y la comida ya se había puesto helada.
Dios mío, otra vez estamos aquí...
[...]
Ya eran las ocho, ya me había bañado, vestido, y ahora, estaba cepillando mi cabello frente al espejo del tocador.
Me había puesto un vestido color azul marino el cual hacía resaltar mis ojos, también llevaba puestos unos tacones del mismo color que mi vestido y me había colocado accesorios, collar de perlas, unos zarcillos plateados, unas pulseras y unos anillos del mismo color.
Me veía radiante, no me había visto así desde hace meses, por fin estaba recuperado mi brillo interior y exterior.
Sentía que era momento de quizás dar el primer paso con Carlos, ¿era pronto?, si, pero en sus ojos podía divisar algo más, algo... diferente. Se notaba que Carlos era un hombre derecho y todo un caballero, lo cual me hacía pensar que él podía ser el indicado, yo sé que me estoy imaginando cosas locas en mi cabeza, pero, quizás y solo quizás; esta vez si había encontrado a mi persona.
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Tú eres el que quiero - Carlos Sainz
Hayran KurguAdeline Garcia es una modelo muy exitosa, la cual se mudó a España con el propósito de seguir sus sueños. Un día su mejor amiga la invita a una carrera en la cual Adeline conoce a muchos pilotos de Fórmula 1, entre los cuales está el amor de su vida.