Capítulo 8

12 7 0
                                    

Alyssa despertó y el día era radiante, una mañana soleada en Atlanta, afortunadamente para ella ya era fin de semana y planeaba disfrutarlo, había organizado el día completo para dedicarse a actividades frívolas y relajantes.

Bajó al primer nivel del loft para darse una ducha con agua caliente en el pequeño baño, podía sentir como sus músculos se relajaban lentamente ante el contacto con el agua

Después de la ducha, Alyssa se vistió con ropa cómoda y elegante para su día de relajación. Decidió llevar un vestido blanco de lino y unas sandalias que encajaban perfectamente con la cálida mañana de Atlanta. Tomó sus cosas y salió del loft, dispuesta a aprovechar su fin de semana.

El tráfico era ligero, y en menos de media hora llegó al exclusivo club donde había reservado un día en el spa. El lugar estaba rodeado de jardines perfectamente cuidados, con fuentes de agua y una atmósfera que exudaba lujo y tranquilidad. El vestíbulo del spa era amplio y moderno, con grandes ventanales que dejaban entrar la luz natural. Alyssa sintió que ya comenzaba a relajarse, incluso antes de su tratamiento.

Tras registrarse, la llevaron a una sala privada, donde le ofrecieron una bata de seda blanca. Se acomodó en una silla cómoda junto a una pequeña piscina de agua tibia. Era justo lo que necesitaba: un escape momentáneo de todo el caos que su vida traía consigo.

Estaba a punto de cerrar los ojos y perderse en el sonido suave del agua cuando escuchó una voz familiar a lo lejos.

—Tú, ¿Eres Alyssa no es cierto? —Le pregunta una mujer a sus espaldas

Alyssa giró su cuerpo para ver con quien se había encontrado y se llevó una gran sorpresa al encontrarse a Amelia parada tras de ella con una mirada inquietante, podía notar como la escrutiñaba con la mirada

—Hola—Responde Alyssa fingiendo una sonrisa—No esperaba encontrarte aquí

Alyssa se decepcionó de que ni en su día libre pudiese librarse de los asuntos de su caótica vida

—¿Te puedo preguntar algo?, sin sonar grosera—Le preguntó Amelia en un tono amable

Alyssa asintió suavemente con la cabeza

—¿Cómo una asistente puede pagar la membresía de un lugar así? —Preguntó intentando no parecer mal educada—¿Tan bien paga Theon?

Alyssa no pudo reír controlar su risa y decidió hablar con la verdad, a final de cuentas la persona a la que tenía que ocultárselo ya lo sabía y si Amelia hablaba con Theon lo sabría de mano propia, así que de nada servía mentir

—Soy una Lauder—Respondió con simpleza mientras retiraba la bata que usaría para su masaje

Amelia se quedó en silencio

—¿De los Lauder de Lauder & CO? —Preguntó sorprendida

Alyssa asintió y tras despedirse amablemente se dirigió a la sala donde una masajista llegaría a atenderle. Alyssa cerró la puerta detrás de ella mientras se dirigía a la sala de masajes, pero las palabras de Amelia seguían flotando en su mente. El club era, sin duda, un lugar exclusivo, y sabía que no muchas personas de su entorno profesional podían permitírselo, pero ser una Lauder tenía sus ventajas, aunque no siempre le gustaba admitirlo. Se recostó en la camilla, dejando que los suaves sonidos de la música ambiental la envolvieran.

La masajista llegó poco después, y mientras trabajaba con sus manos expertas sobre los músculos tensos de Alyssa, poco a poco la tensión fue desapareciendo. Su día de spa avanzaba tranquilamente, justo como lo había planeado. Tras el masaje, Alyssa se dirigió al área de relajación, donde las vistas panorámicas de los jardines y las piscinas ofrecían un escape visual perfecto. Se sentó en una tumbona, tomando un té frío de menta, mientras el sol calentaba suavemente su piel.

Entre DinastíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora