¿Nacida con un propósito?,
¿Cambiando la realidad a mi disposición?, lo único que deseo es darte un futuro en el que termines con un final feliz,
¿por qué no comprenden?.
Incluso si muero en el intento, si sacrifico mi felicidad, si doy mi vida o s...
Capitulo 9: Mi decimo cumpleaños es un día muy largo. Parte 5. El rescate de Harry
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Reino unido Gringonts 05/agosto/1990 - 09:58 am
Me tomo unos minutos pero porfin pude terminar de reclamar los anillos y verificar el estado de algunas cuentas, estaba tan contenta con mi nuevo estatus de adulta, pero al ver los ojos de mi gerente recordé la razon de mi visita al banco, tengo que regresar al lado serio del asunto y la verdadera razón de mi venía a gringonts.
-Te gusta como te quedan los anillos o deberíamos cambiarles el diseño- klinkact tenía un aire de aburrimiento, comprendo que aveces se cansa de tanto papeleo aveces asta intento decirle que se jubile que ya está muy viejo para un trabajo haci, pero el me ignora como si no me oyera y procede a ver papeles; en fin es igual a mi en respecto de dejar el trabajo. Ahora que me acuerdo todavía tengo que hacer el papeleo que deje en la mansión.
-No haci están muy bonitos, pero tengo que informar la verdadera razón de mi llegada a tu oficina- el alzó una ceja con mis palabras, al parecer sorprendido de que no solo haya venido para convertirme en una adulta oficial. -Yo quiero activar la magia de sangre- sus ojos se abrieron como platos al escuchar mis serías palabras.
-¡Estas loca o dejaste de pensar con racionalidad!- mis labios se apretaron en una limpia mueca que expresaba mi disgusto con su grito. Klinkact tenía que entenderme talvez no lo haga ahora pero lo hará en el futuro. -Carajo niña tienes díez años, ¡Díez malditos años! Y todavía me estás diciendo que quieres activar magia de sangre ¡O por Merli!- sus quejas eran razonables, y sabía que tenía mucha razón, aún haci no desistiría, si uno de los dos hiba a ceder no sería yo.
-No estoy preguntando- su mirada paso de preocupación, sorpresa y por último molestia; una sonrisa siniestra surco su rostro, sus ojos antes compasivos mostraban un aire asesino que casi me hace tambalear, casi. -Como líder y Lord de los Peverell pido usar la magia de sangre para localizar a un miembro de la familia- dirigí una mirada a retadora a la suya, una pequeña guerra intensa que los dos queríamos ganar, en el que solo yo podría ganar.
-Estas loca- klinkact hablo refunfuñando después de apartar la mirada de mis ojos, yo había ganado está pequeña pelea. -ven sígueme- dijo y objeto para proceder a salir por las grandes puertas de mármol. Lo seguí, solo el sabía el lugar de la sala de rituales, además de los otros duendes, y aunque quisiera ir sola tampoco sabría ubicarme entre tantas paredes iguales.
Klinkact avanza rápidamente estre los pasillos, yo seguía sus pasos de cerca temiendo perderme y talvez nunca salir de este lugar, solo nos detuvimos cuando estuvimos frente a unas grandes y imponentes puertas negras con runas en lo que supuse era rojo sangre.
-Escucha, si vas a hacer esto intenta tener el objetivo fijo en tu mente si te debías tan solo con un mínimo pensamiento la magia ira en tu contra y podrías acabar muerta- dijo abriendo las puertas.
