¿Nacida con un propósito?,
¿Cambiando la realidad a mi disposición?, lo único que deseo es darte un futuro en el que termines con un final feliz,
¿por qué no comprenden?.
Incluso si muero en el intento, si sacrifico mi felicidad, si doy mi vida o s...
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Reino Unido restaurante desconocido. 05/agosto/1985
-Madre, padre ¿Que me darán este año por mi quinto cumpleaños?- pregunto la pequeña niña peverell con clara inocencia en su rostro mientras esperaba sentada a que el camarero trajera su pedido de camarones ahumados.
-Es una sorpresa cariño, una sorpresa- le respondió con una sonrisa su madre, Draccimys malfoy ahora Leydi peverell esposo del lord peverell, Lemiusys peverell.
-mmm ¿enserio? ¿ni una pista?- pregunto la niña mientras hacía un puchero que aunque ella no quisiera se veía adorable a los ojos de sus padres -Vamos madre es la primera vez que salgo de la mansión desde que tengo memoria, porfis- objeto mientas hacia la cara más dulce y adorable que podía.
-No lo intentes sabes que no importa cuánto te esfuerces he aprendido a no caer ante esos ojos- dijo su madre mientras señalaba lo obvio.
-¿Y tu?, padre, ¿Me dirás algo?- se dirigió está vez a Lemiusys haciendo la misma cara adorable que le mostró a Draccimys.
-Lo que diga tu madre- respondió rápido y nerviosamente mientras veía de reojo a su esposo, para el era bien conocido que nunca era bueno enojar a su marido en especial cuando ya tenía estrés acumulado.
-bien- se rindió la niña cuando un plato de camarones ahumados fue puesto delante de ella.
-su orden- dijo el camarero para retirase rápida y silenciosas mente.
-Se me hace que es raro- dijo la niña procediendo a agarrar un tenedor y pinchar unos cuantos camarones dirigiendo los a su boca para comer su tan esperada comida.
Ante los demás comensales y la administración del restaurante era evidente que ese encuentro era el de una familia amorosa y bella, personas que irradian paz y armonía;pero, todo bello momento tiene su final.
Un BOOM seguido de gritos y la caída de escombros al suelo fue lo que se escuchó al instante, justo en el momento en que la niña metió el camarón a su pequeña boca, interrumpiendo su comida. La explosión y gritos era todo lo que se escuchaba en el lugar, los magos corrían de un lugar a otro, niños llorando y personas escapando, cuando otro BOOM se escucho proveniente de la tienda de ropa ubicada al otro lado de la calle.
La niña estaba aturdida, de un momento a otro estaba comenzando a devorar la comida cuando una explosión, ¡Una maldita explosión! hizo que terminara en el suelo, y sin mas un escombro callo sobre los retos de la mesa destruyéndola en mil pedazos en un instante, si la explosión no la hubiera alejado de la mesa seguro ahora seria puré de carne.
-(Un momento, ¡papi y padre!)- dijo la niña mentalmente saliendo de su aturdimiento, volteando hacia sus costados los cuerpos de sus padres heran apenas visibles para ella a causa del humo.
Sin más la pequeña se levantó aún con el cuerpo adolorido y cojeó asta su portador ubicado a unos 5 metros lejos de ella. Llegando al cuerpo de su madre la niña callo al suelo tapando con una mano su pequeña boca intentando contener un grito; su madre, su portador, el hombre que lo llevo en el vientre tenía un horrible trozo de vidrio atravesando su pecho en la marca de nacimiento que tuvo desde que nació...justo en el corazón.
Aguantando sus ganas de gritar y hacer un escándalo se giró y volvió a cojear está ves asta el cuerpo de su padre, solo que está vez la escena del cuerpo de su padre siendo aplastado por un escombro la hizo vomitar y las lágrimas asta ahora contenidas calleron marcando una horrible tragedia. Cómo era de esperarse por el chock y adrenalina en alguien tan joven no ocurrió algo más que un desmayo seguido de un espasmo en el pecho de la niña.
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-¿Dónde?, ¿Dónde estoy?- pregunté con voz raposa, intentando descifrar dónde me encontraba, esperando a cualquiera que pudiera explicar mi situación, si tan solo pudiera recordar.
-que bueno que despertaste- hablo klinkact al entrar por la puerta ubicada al frente de la cama -Estaba preocupado- explico el duende con voz baja y pesar.
-(¿Klinkact? Es un conocido de mi padre pero que hace aquí) ¿Klinkact que paso? ¿Que me pasó?, solo recuerdo gritos un boom y escombros- pregunte, exigiendo saber que pasaba.
-aaas- el duende soltó un suspiro -seguidores del señor oscuro, atacaron repentinamente todos los locales de la calle llevándose consigo muchas vidas- explico sin saber que más decir.
-Entonces...¿Ellos?- pregunté con voz temerosa mientras sentía mi corazón desgarrarse.
-si- klinkact confirmo -su padre y portador están muertos al parecer su portador murió por un vidrio que termino clavado en su corazón y a su padre le callo un escombro encima,mi más sinceros pesares- klinkact mostró una cara un poco deprimida -lamentablemente por sus muertes, aún pese a tu edad, tomarás el liderazgo de la casa peverell- afirmó el duende sonando más como confirmación que como pregunta y con un tono profesional continuo -lord peverell y Leidy peverell malfoy no creyeron en la caída de Voldemort sabiendo aún de sus mortífagos y seguidores más fieles, haci que hicieron sus testamentos en caso de que los servidores del antiguo señor oscuro atacaran, la dejaron como la heredera legítima de todo los que ellos poseían, además sus padres aclararon en el testamento que si ellos morían y usted nisiquiera asistía a hogwarts todavía sería educada por los duendes y tutores que se allan sometido anteriormente a votos de silencio- explico sin pausa alguna intentando sonar lo más profesional posible pese al dolor que sentía por la muerte tan repentina.
-Ooo- dije, ¿que más hiba a decir?, me acaban de confirmar la muerte de mis padres -klinkact- llame.
-¿Si?- respondió al llamado de su nombre aún con la cabeza gacha.
-¿Dónde estamos?- mencioné con duda.
-O, no debes preocuparte solo estamos en las enfermerías de Grigonts, ya que sería muy malo que alguien supiera que la familia peverell sigue viva- aclaro el duende y a la vez informando a la niña de lo peligroso que sería decir su apellido.
-entiendo- respondí mientras cubría mis ojos con mis manos soltando lágrimas de impotencia -(si tan solo no les hubiera echo ir al restaurante, si no los hubiera convencido)- lloraba y se lamentaba;me cubrí con la manta de mi cama acostado me de espaldas a klinkact -dejame sola klinkact, tengo, tengo que procesar- le dije mientas sentía un dolor horrible en mi pecho.
-de acuerdo- acepto klinkact soltando un suspiro acariciando la cabeza de la ahora huérfana y leidy peverell -descansa- se despido saliendo por la puerta.
