Habían pasado un par de días desde las oscuras hazañas de Rip y Elsa, así como de la cremación del cuerpo de Lee. El aire en el rancho Dutton era pesado, cada quien lidiando con su propia carga de dolor y culpa, como si el suelo mismo retumbara bajo el peso de sus secretos.
En algún rincón de la reserva india, Kayce enseñaba a su hijo Tate a disparar. La luz del sol se filtraba entre los árboles, y los ecos de las balas resonaban como una sinfonía de vida en medio del dolor. Para Kayce, cada tiro era un recordatorio de lo que estaba en juego: la familia, el legado y la lucha por proteger lo que más amaba.
Mientras tanto, el patriarca de los Dutton, John, disfrutaba de un momento de intimidad en su cama, ajeno a las tormentas que se cernían sobre sus hijos. Había una paz momentánea en su mundo, una ilusión que pronto se desvanecería como el humo de un cigarro encendido.
En la casa principal, Jaime estaba en la cocina, con su habitual traje de abogado, tratando de mantener el control en un día que prometía ser más complicado de lo que había imaginado. Con el teléfono en altavoz, se preparaba un café, su rostro reflejando la tensión que se acumulaba en su interior.
—¿Es muy grave, Mike? —preguntó, tratando de mantener la calma a pesar de la creciente inquietud.
—Ha ardido hasta los cimientos —respondió la voz al otro lado de la línea, cargada de frustración—. Cuando dijimos que lo solucionases, no era eso lo que pedíamos.
Jaime apretó los labios, sintiendo cómo el sudor comenzaba a formarse en su frente. La implicación era clara: Mike daba por hecho que el incidente en la oficina del forense era obra de los Dutton.
—No fuimos nosotros —mintió, su voz temblando ligeramente. Sabía que estaba cruzando una línea peligrosa.
—Esto apesta... y apesta a la mano de tu padre. Precisamente lo que queríamos evitar.
—Al forense que contratasteis le despidieron de... —intentó argumentar, pero Mike no le dejó terminar.
—¡Dejó su anterior trabajo!
—¡No! Investiga... tenía una "saludable" adicción al líquido de embalsamar. Hay muchos a quién acusar antes que a nosotros —Jaime dio un largo sorbo a su taza de café, buscando la calma en el ardor del líquido caliente.
—No te conviene que me chive a la prensa de los chanchullos que hacéis por aquí... Debes pensarlo bien. El tío se colocó y voló por los aires. ¿No es una posibilidad?
—Sí... es una posibilidad —respondió Jaime, sintiendo cómo la tensión crecía, como un hilo que amenazaba con romperse en cualquier momento.
—El caso me parece muy sencillo...
No terminó la frase porque, al mirar por la ventana de la cocina, vio a Beth, con un cable de un calentador, que se metía en un barreño junto a una de las vallas del rancho. Su corazón se hundió.
—¿Qué coño...? Mike, tengo que colgar —dijo Jaime, sintiendo que se acercaba otra tormenta.
Beth entró en la cocina, con un aire de desafío que siempre hacía que su hermano se sintiera pequeño. Sin mediar palabra, se llevó dos botellas de champán, ignorando las preocupaciones de Jaime.
—Oye... ¿qué haces? —preguntó él, viendo cómo su hermana se dirigía hacia la tina al aire libre que ya estaría caliente.
—¡Eh! ¡Oye! —exclamó, intentando seguirla, su corbata aún sin anudar oscilando por su pecho. Cuando llegó, Beth se encontraba ya medio desnuda al borde de la bañera.
Ella se giró y lo confrontó, su mirada dura como el acero.
—Mejor te das la vuelta, Jaime. No estoy de humor para explicarte las cosas —dijo, mientras se sumergía en el agua caliente, encogiéndose de hombros con una despreocupación que la hacía aún más inflexible.
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The Dutton's Diamond - Rip Wheeler
FanfictionEn el corazón de Montana, la familia Dutton reina sobre el vasto rancho Yellowstone. Elsa, la más joven de los hermanos, es una espíritu libre que prefiere los caballos y los lazos a los salones y las fiestas. Sin embargo, su vida da un giro trágico...