SACRIFICOS

44 6 0
                                    

El crepúsculo había caído sobre el rancho Yellowstone, sumergiendo la vasta extensión de tierra en sombras profundas. Elsa caminaba con paso decidido hacia la pequeña cabaña de Rip. El viento frío de la noche rozaba su piel, pero ella apenas lo sentía; estaba entumecida, su mente atrapada en una espiral de dolor y desesperación. Habían pasado siete días desde que Kayce había traído el cuerpo sin vida de Lee a casa, y con cada hora que pasaba, el vacío dentro de ella se hacía más insoportable.

La casa de Rip se alzaba ante ella, una estructura modesta pero sólida, igual que su dueño. Elsa respiró hondo, tratando de controlar el temblor en sus manos antes de levantar los nudillos y golpear la puerta. Sabía que lo que estaba a punto de hacer era una locura, pero había llegado a un punto en el que la lógica y la razón ya no tenían cabida en su vida. Necesitaba algo que la anclara, algo que la hiciera sentir digna del apellido Dutton, algo que le demostrara a su familia —y a sí misma— que pertenecía a Yellowstone. Y eso era la marca.

La puerta se abrió lentamente, revelando a Rip, su silueta recortada contra la luz cálida del interior. Él la miró con una mezcla de sorpresa y cautela. Sabía que algo no estaba bien. Elsa, tan fuerte como era, tenía los ojos enrojecidos y su cuerpo emanaba una energía que no reconocía.

—Elsa, ¿qué haces aquí a estas horas? —preguntó, su voz ronca y llena de preocupación.

—Necesito que me marques —dijo ella de golpe, sin preámbulos, su voz firme pero quebrada al final. Las palabras quedaron suspendidas en el aire, chocando con el silencio de la noche.

Rip frunció el ceño, confuso.

—¿De qué demonios estás hablando?

—La marca del rancho —continuó Elsa, dando un paso adelante, como si la cercanía pudiera hacerle entender—. Quiero que me marques como lo has hecho con otros. Lo necesito, Rip.

Rip la miró fijamente, procesando lo que ella acababa de decir. Sabía lo que significaba la marca. Aquellos que la llevaban habían cometido errores irreparables, habían fallado de tal manera que solo un compromiso de lealtad total a Yellowstone los salvaba. Y esa marca, la quemadura con la "Y", era un símbolo de esa segunda oportunidad. Rip la llevaba, y sabía lo que significaba vivir con ella.

—No. —Rip negó con la cabeza, su tono firme, pero Elsa vio el destello de incredulidad en sus ojos—. No voy a hacer eso.

—¡Lo necesito! —Elsa alzó la voz, su desesperación brotando a la superficie—. No lo entiendes, Rip. Estoy perdiendo todo lo que soy. No puedo... no puedo vivir sin él. Siento que ya no pertenezco a esta familia, a este rancho. Lee me hacía sentir parte de algo, y ahora ya no está. No sé qué más hacer.

Rip dio un paso atrás, intentando mantener la calma, pero la intensidad en la voz de Elsa lo descolocaba. Había visto a muchos hombres y mujeres al borde del abismo, pero nunca pensó que vería a Elsa, la chica que había crecido a su lado, en ese estado.

—Esto no es lo que necesitas, Elsa —dijo con más calma, intentando hacerla entrar en razón—. Lo que estás sintiendo ahora es dolor, y entiendo eso. Pero esta marca... no es una solución. No va a traer de vuelta a Lee, ni te va a dar lo que crees que te falta.

—No lo entiendes —replicó ella, su voz más baja pero no menos desesperada—. Esto no es solo por Lee. Es por mí. Siento que no soy lo suficientemente fuerte, no soy lo que los Dutton necesitan. Tú me has visto trabajar, Rip. Sabes que he dado todo por este rancho, pero no es suficiente. Quiero demostrar mi lealtad. Quiero que mi lugar aquí sea real.

Rip la miró con una mezcla de tristeza y frustración. Quería decirle que su lugar ya estaba asegurado, que no necesitaba una marca para demostrar nada. Pero sabía que Elsa no escucharía eso ahora. Estaba consumida por el dolor, el luto, y la presión de ser una Dutton, algo que no solo significaba llevar un apellido, sino soportar un peso que solo unos pocos podían entender.

The Dutton's Diamond - Rip WheelerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora