DESENLACE (PARTE I)

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Aquella noche fue distinta a cualquier otra. No hubo pesadillas ni sobresaltos, solo el consuelo de dos almas heridas buscando refugio la una en la otra. Rip y Elsa se habían abrazado bajo las mantas, compartiendo no solo calor, sino un silencio que hablaba más que cualquier palabra. El día había sido una tormenta emocional, pero en ese pequeño rincón del rancho, mientras la noche avanzaba lentamente, ambos encontraron algo de paz.

Sin embargo, cuando el sol apareció sobre las montañas, la realidad volvió con toda su crudeza. Rip y Elsa regresaron al risco, al lugar donde todo había sucedido el día anterior. El equipo de rescate había llegado temprano para extraer los cuerpos del fondo del acantilado, y aunque Elsa intentaba mantener la compostura, el solo estar allí nuevamente le revolvía el estómago. Su mirada evitaba cualquier contacto directo con el proceso. Parecía impenetrable por fuera, pero Rip sabía lo que realmente sentía.

De alguna manera, Elsa había vuelto a ponerse la máscara de la joven rebelde Dutton, esa que a menudo era vista como una "marimacho" por aquellos que no entendían lo que implicaba ser parte del rancho. Para los ajenos, solo era la hija pequeña de John Dutton que se negaba a seguir el camino tradicional. Pero hoy, su actitud no era solo por rebeldía; era una coraza para protegerse del juicio de los demás.

El sheriff estaba allí, hablando con John mientras Rip observaba desde un árbol cercano, el mismo árbol en el que Elsa había atado su cuerda el día anterior. La tensión en el ambiente era palpable.

— Esto es un puto follón, John —dijo el sheriff con el ceño fruncido.

— Los turistas creen que la naturaleza salvaje es un parque temático —respondió John con su habitual tono directo y cínico.

Pero el sheriff no hablaba de los turistas. Señaló hacia un lado, donde yacía el oso muerto.

— No me refiero a eso... sino a eso. Ahora tienen que venir los de Pesca y Fauna. Es un delito federal. ¿Cuándo llegarán?

Elsa levantó la vista, solo para encontrarse con la mirada del sheriff. Luego, su vista se deslizó hacia su padre, y finalmente, hacia Rip, quien se acercó lo suficiente como para ponerle una mano en el hombro, un gesto silencioso de apoyo. Aunque Elsa intentaba mantenerse fuerte, la tensión en su rostro delataba su preocupación. Sabía que, si las cosas se ponían mal, Rip estaba dispuesto a cargar con la culpa, aunque ella no estuviera de acuerdo.

— Fue en defensa propia, Donnie —intervino John, cortante—. No exageremos.

El sheriff soltó un suspiro cargado de frustración.

— Estaban buscando a un oso que tú pediste cazar.

Rip frunció el ceño, molesto ante las palabras del sheriff.

— Le dije que lo asustara para que no matara al ganado —corrigió John, su voz firme.

Donnie, sin embargo, no estaba dispuesto a dejarlo pasar.

— ¿Y mandas a tu hija pequeña con él para eso? Te diré cómo lo verán los de Pesca y Fauna. Estaba cazando a una especie amenazada ilegalmente, la mata en presencia de dos testigos y luego los lanza por el acantilado. Y asegúrate de que el único testigo sea una chica asustadiza que solo busca la aprobación de su papá.

Elsa, al escuchar esas palabras, dio un paso adelante, lista para enfrentarse al sheriff y contarle lo que realmente había sucedido, pero Rip la detuvo, apretando su brazo suavemente. No era el momento ni el lugar para discutir con la autoridad.

— Luego me cuentan un cuento sobre una cuerda, y resulta que los dos, John, los dos resbalan —continuó el sheriff, cruzándose de brazos, como si estuviera esperando que John confesara algo.

The Dutton's Diamond - Rip WheelerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora