Más allá de las barreras de sangre | Severitus

Capítulo 21

Punto de vista de Theo

Theo no estaba realmente de luto por su padre. Mientras estaba allí, mirando a Harry desmoronarse, con lágrimas corriendo por su rostro y la culpa irradiando de él en oleadas, Theo sintió una extraña mezcla de emociones arremolinándose en su interior. ¿Pero pena? No, no por Atticus. No por el hombre que había causado tanto dolor. La verdad era que Theo sentía más alivio que cualquier otra cosa. Se había levantado un peso, uno que había estado oprimiendo sobre él desde que tenía memoria.

Atticus Nott había sido un monstruo. Todos lo sabían, pero pocos conocían su magnitud. Era temido, sí, pero el miedo no se había detenido con sus enemigos; se había infiltrado en su hogar, envenenado a su familia. La madre de Theo había sido su primera víctima, asesinada como todos los demás que se habían atrevido a interponerse en su camino. Había sido una mujer amable y gentil, alguien que no merecía la crueldad que había sufrido a manos de él. Y Theo lo había visto todo. A Atticus no le había importado. No le había importado el daño que le había infligido a su propio hijo, no le habían importado las cicatrices, físicas y de otro tipo, que nunca sanarían del todo.

El abuso había sido constante, implacable. Theo había aprendido desde muy joven a no esperar la bondad de su padre. A Atticus solo le importaba el poder, el control. ¿Y Theo? No había sido más que una herramienta, algo a manipular, algo a lo que moldear para convertirlo en un arma como él mismo. Recordaba el dolor, el miedo, pero mientras estaba allí de pie, mirando el cuerpo sin vida del hombre que había causado tanto sufrimiento, todo lo que podía sentir era una abrumadora sensación de liberación. Se había acabado. Por fin, se había acabado.

Pero, a pesar del alivio, también había tristeza, no por Atticus, sino por Harry. Los ojos de Theo se movieron del cadáver de su padre a su mejor amigo, desplomado en el suelo, agarrándose las rodillas como si pudiera mantenerse unido con pura fuerza de voluntad. Harry había hecho lo que tenía que hacer. Había matado a Atticus para protegerlos a todos, para evitar que hiciera más daño. Pero ahora, el peso de ese acto lo estaba aplastando.

Theo se arrodilló junto a Harry y colocó suavemente una mano sobre su hombro. "Harry, está bien" murmuró, con voz suave pero firme. "No tenías elección. Iba a matar a Reggie y quién sabe a cuántos más de nosotros".

Harry negó con la cabeza, su cuerpo temblaba. "Lo... lo siento mucho, Theo" dijo con voz entrecortada, apenas por encima de un susurro. "No quise... él solo..." No pudo terminar la frase.

Theo le apretó el hombro para tranquilizarlo. "Está bien. Está bien" repitió con voz firme a pesar del caos que se había desatado. "Hiciste lo que tenías que hacer, Harry. No cargues con esto. No te culpes".

Y esa era la verdad. Theo no culpaba a Harry. No sentía el dolor ni la pérdida que otros podrían haber esperado de un hijo que acababa de presenciar la muerte de su padre. Atticus nunca había sido un padre para él en los sentidos que importaban. Había sido un tirano, un hombre cruel y sádico que le había arrebatado todo a Theo: su madre, su infancia, su sensación de seguridad. Y ahora, Harry había puesto fin a ese reinado de terror. Theo debería haber sentido algo más, pero lo único que podía sentir era alivio.

Miró de nuevo el cuerpo de su padre. Verlo muerto e impotente debería haberle hecho sentir algo, pero no fue así. No había dolor ni arrepentimiento. En todo caso, Theo se sintió libre por primera vez en su vida. Libre del hombre que había proyectado una sombra sobre cada parte de él. El hombre que lo había golpeado, manipulado, usado como un peón en un juego al que Theo nunca había querido jugar.

Pero Harry. Harry había asumido esa carga. Theo podía verlo en la forma en que se comportaba, la culpa escrita en todo su rostro. Harry no entendía. No entendía que la muerte de Atticus no era algo por lo que lamentar. Era algo por lo que estar agradecido. Y, sin embargo, Theo no podía dejar que Harry sufriera solo.