¿Quién podría imaginar que el macho alfa más, serio y adinerado se vería atrapado por los encantos de un tierno omega? Pero este no es un omega cualquiera; se trata de uno verdaderamente singular. No es que posea un poder extraordinario, sino que su...
-Lo siento, pero este viaje es urgente. Si logro terminar antes de lo previsto, vendré para que podamos ir juntas...-
Al escuchar esto, Jennie finalmente decide levantar la mirada. Sus ojos, brillantes por las lágrimas que amenazan con escapar, están llenos de una profunda decepción. El dolor en su expresión es inconfundible.
No te preocupes, no hace falta que vayas-. La voz de Jennie sale apenas en un susurro, pero la tristeza en sus palabras es palpable, resonando en el aire entre ambas, dejando claro el impacto de la situación_
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-Amor...-comienza a decir Lisa, pero Jenni interrumpe, sin darle la oportunidad de terminar su frase.
-Ya dijiste lo que necesitabas decir, así que ahora puedes irte - responde la omega, manteniendo su mirada fija en la pantalla de su computadora.
Lisa, con un sentimiento de resignación y sabiendo que está a punto de arruinarlo todo, cambia de tema,
-¿Qué te gustaría comer?. - pregunta
La omega, sin titubear, responde con determinación:
- Voy a comer fuera. -anuncia la omega con una resolución que deja poco espacio para el debate. Su voz es firme, casi como un cierre que no invita a más palabras.
-¿Con quién? -preguntó la alfa, mientras fruncía el ceño, cargada de celos y preocupación. La omega, por su parte, había comenzado a perder el apetito últimamente, pues comer fuera le provocaba náuseas, ya no querer salír.
-Jennie, ¿con quién vas? -insistió, esperando una respuesta clara.
-Lisa, ¿puedes irte? -dijo la omega, dirigiéndole una mirada intensa y seria-. Estoy estudiando.
-¿Con quién vas? -repitió, sin rendirse ante la evasión.
-Paciencia -susurró la omega, tratando de mantener la calma-. Voy con Rose y Soobin... ¿algo más?
-Puedo...
-No, ve a trabajar; eso te encanta -interrumpió la omega, cortando cualquier intento de justificación.
Jennie, sintiendo la presión de la conversación, se levantó de la cama con el portátil en la mano y salió de la habitación, dejando a la alfa con la palabra en la boca, sin poder responder a lo que había quedado sin decir.
**NARRADORA**
En Rusia, dentro del hospital...
La hora es 10:10. El omega ha despertado hace aproximadamente 30 minutos. En este momento, se encuentra recostado en la cama, con una venda tapando sus ojos, mientras escucha al doctor hablar sobre el procedimiento que ha llevado a cabo.
-En dos días te quitaré la venda -informa el doctor-. Puede que al principio veas todo completamente negro, lo cual es normal.
Jimin, el omega, asiente suavemente ante la información. A pesar de la falta de visión, su mente está alerta y preocupada.
-Como puedes ver, Luis te cuidará -continúa el doctor-. La enfermera solo vendrá a chequearte y a ayudarte con el lavado.
-Gracias, doctor -responde el omega con voz algo temblorosa-.
Quieres preguntar algo _ pregunta el doctor_
-¿Cómo está mi bebé? - Jimin acarició con ternura su vientre, sintiendo un pequeño aleteo que le hizo sonreír.
-La obstetra le había dicho que todo iba bien, ya cumpliste las 3 semanas de gestación. El omega soltó una risita de alegría al saber que todo iba en orden. - Ella estaba muy al tanto de su pequeño.
-Tú, cuando quieras - respondió Jimin, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. El doctor asintió, afirmando lo dicho por el omega.
-Ja, qué chistoso - dijo Luis con sarcasmo. - Tengo un momento de trabajo acumulado.
-Yo no te pedí que te quedaras conmigo - respondió Jimin, enojado. - Yo estoy bien.
Luis frunció el ceño, sintiendo un nudo en el estómago. No entendía la actitud de Jimin, pero sabía que algo no andaba bien.
-Jimin, ¿qué pasa? - preguntó con preocupación. - ¿Por qué estás tan molesto?
Jimin se encogió de hombros,
-No es nada - respondió con frialdad. - Solo estoy cansado.
Luis no creyó su respuesta, pero decidió no presionarlo.
-Está bien - dijo Luis, con un suspiro. - Pero si necesitas algo, por favor, no dudes en decírmelo.
Jimin asintió sin decir nada más. Luis se levantó y se dirigió a la puerta, saliendo de la habitación dejando al doctor confundido por el repentino cambio
Lo siento doctor _ dice jimin _
Los cambios de humores empezaron antes de tiempo _ comenta con una sonrisa _
En verdad no se que paso _ sonríe divertido _ me gustaría pasar estas etapas con mi alfa y mis amigos _ dice liberando sin querer su feromonas amargas _ que las primera personas en ver a mi bebe sea con ellos...elegir un nombre.... acariciarlo.— El omega se interrumpe solo al darse cuenta q empezó a decir cosas de más _.Lo siento, doctor, murmura, un poco avergonzado.
Jimin, deja de disculparte, le responde con firmeza la otra persona en la habitación.
El doctor había salido de la habitación hacía aproximadamente veinte minutos. En ese momento, el omega se encontraba en un rincón acogedor de la sala, hablando suavemente con su bebé. Ya que sentía aburrido de estar acostado todo el tiempo, así que decidió levantarse y moverse un poco.
A pesar de que su abdomen apenas comenzaba a abultarse debido a que solo tenía tres semanas de embarazo, se sentía increíblemente emocionado.
.Con ternura, el omega acarició suavemente su barriga mientras sonreía, mirando con ilusión el pequeño bulto que empezaba a formarse.
—Dime, amor, ¿a quién vas a querer más? —preguntó con una mezcla de alegría y dulzura. —¿A mamá o a papá? Yo creo que a mí —añadió entre risas, dejando escapar un brillo en sus ojos.
—Te voy a contar algo, mi amor —continuó—, me encantaría que te gustara mucho el baile... Ojalá que seas una gran bailarina o un gran bailarín. —Su rostro se iluminó con una sonrisa amplia mientras imaginaba a su pequeño o pequeña deslizándose por el suelo con gracia y alegría.
—Pero lo más importante, mi cielo, es que tú decidas... Sea lo que quieras ser, siempre estaré aquí para apoyarte en cada paso de tu camino. —Con esas palabras, su corazón se llenó de amor y esperanza, ya ansioso por compartir su vida con su futuro hijo.
Después de un tiempo de caricias suaves y conversaciones íntimas, el omega se dejó llevar por la tranquilidad y pronto se quedó dormido.
