¿Quién podría imaginar que el macho alfa más, serio y adinerado se vería atrapado por los encantos de un tierno omega? Pero este no es un omega cualquiera; se trata de uno verdaderamente singular. No es que posea un poder extraordinario, sino que su...
Felicidades mínnie - exclama taehyung, abrazándolo fuertemente, dejando un sonoro beso un su cabeza - Felicidades por tu bebé, y... y por tu visión -
Gracias taetae- agradece el omega -
Mi bebé tendrá su primer cachorro - dice el omega soltando un llanto, sacandole una sonrisa a todos los presentes - también recupeto si vista, mi bebe ya puede ver - dice acercándose al omega y abrazarlo - te extrañe mo pollito.
Yo también jinnie - asegura el oemga- jinnie tengo hambre - dice limpiando las lágrimas de omega - extrañe mucho Tu comida - dice con un puchero. Jin solo suelta un pequeña sonrisa - tu sobrino tiene hambre
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Todavía no puedo creerlo-—
El señor Joon desde el primer momento me trató bien, también me dejó cuidar a Ji-Ae y a Hyun, esos bebes son las personitas más hermosa, son tan tiernos, el señor Joon aveces decía que como rápidamente crearon in vínculo con migo, fue muy difícil sinceramente dejarlo. Ya los extraño —expresó el omega, bajo la atenta mirada de jin—me encantaría que ls vieras.
A mi igual mínnie, dime pollito como fue que jeon te encontro - la mirada del oemga apartada rápidamente, eran algo que no estaba orgulloso de contar- ¿que paso?... pollito si no quiere decirme lo entiendo.
No es eso, Jinnie —susurra el omega—, es que es algo que todavía intento olvidar —se sincera. La preocupación de Jin aumenta más. ¿Era tan grave? —nuestro reencontrarme no fue para nada bueno.
Jeon no está —añade—, ni Taehyung, Jiminnie... dime por qué estás a punto de llorar, pollito —pregunta preocupado. Los ojos del omega brillan por las lágrimas acumuladas—. ¿Te hizo algo malo? ¿Quieres que lo asesine?
No jinnie... Ese día, Luis me envió a la casa del señor Joon, pero cuando llegué, tuve un mal presentimiento que traté de ignorar. Me distraje con los bebés varias horas, hasta que entró el chófer y me dijo que los hombres de Jeon habían encontrado la cabaña y se habían llevado a Luis. Entre preocupado y emocionado, le digo que me lleve donde Jeon... cuando estaba a punto de tocar a la puerta del departamento donde estaba, escuché los gritos de Jungkook y Nam...
—Sigue —dice Jin—
—Ju-Jungkook gritaba que nu-nunca iba a aceptar y querer a nuestro cachorro. Tiraba todo lo que tenía alrededor, su grito era tan doloroso, era como una puñalada a mi corazón —llora—. En ese momento solo podía pensar en mi cachorro. ¿Qué le diría el día de mañana cuando pregunte por su padre alfa...? No podría mirarlo a sus ojos inocentes y decirle que fue despreciado por él. Eso me desgarró el corazón.
—Es un hijo de puta —murmura con enojo y lágrimas —
Cuando su mirada me vio, lo primero que vi fue sinceridad en sus palabras —prosigue—, pero él solo lo negó, diciendo que lo dijo por miedo a no poder protegernos... a que volviera a pasar lo mismo con nuestro hijo. Jinnie, yo no sé cómo puedo escucharlo y mirarlo a la cara... no sé si dice la verdad o no.
—¿Cómo que no sabes? ¿Dudas que quiera a su cachorro? —pregunta Jin, conmovido por la sinceridad del omega—. ¿Dudas que te ame?
—No dudo que me ame... dudo de si ama a nuestro cachorro... Jinnie, desde que me enteré de que estaba en cinta, mi vida no es la misma, ahora solo me importa mi bebé, porque sé que él o ella será la persona a la cual podré ver amor sincero. Conocerlo sinceramente.
—Jinnie, ¿hablaste con él? —el omega asintió—. Mi pollito hermosa, pase lo que pase, tú siempre tendrás mi hombro para refugiarte. Lo único que puedo decirte, mínnie, es que Jeon te ama... también ama a sus hijos, más si es contigo. Ese alfa está loco por ti, todo un mafioso, pero bien que llora por ti. Dale una última oportunidad. Yo se que tu en fondo lo amas, tu lobo lo ama. Ve por los dos .—
Gracias jinnie —
El omega se secó las lágrimas con la manga de su sudadera, sintiendo el calor del apoyo de Jin a su lado. Las palabras de su amigo resonaban en su mente, pero la inseguridad seguía acechando en su corazón.
—No sé si puedo, Jinnie —susurró, su voz temblorosa—. Cada vez que pienso en lo que escuché, siento que el dolor se vuelve más intenso. No quiero que mi bebé crezca en un ambiente donde su padre no lo quiera.