Naruto, interrumpido en medio de su entrenamiento, gira hacia Harley Quinn justo cuando las lágrimas amenazan con caer. La ex psiquiatra, con un puchero adorablemente exagerado, se lleva la mano a la mejilla donde había recibido la cachetada accidental.
Naruto, con una mezcla de culpa y firmeza en su voz, dice:
— No — la mira directamente a los ojos — No te atrevas a llorar, Frances.
Harley lo observa, sorprendida de que usara su nombre completo, mientras las lágrimas empiezan a retroceder lentamente. La situación, que parecía estar a punto de convertirse en un drama, se disipa cuando Harley, con un resoplido, le lanza una sonrisa traviesa.
— ¡Ay, grandulón, siempre sabes cómo hacerme sentir mejor! — responde mientras se abalanza sobre él, envolviéndolo en un abrazo juguetón.
Naruto se cruza de brazos, observando a Harley con una mezcla de confianza y paciencia. Tras lanzarle su bate modificado, ahora con púas impregnadas en un veneno extraño, le dice con voz calmada:
— Tsk, sigamos entrenándote. Mejora rápido, guapa. — Sin molestarse en adoptar una postura defensiva, la mira con un aire desafiante. — Atácame con todo.
Harley agarra el bate con determinación, lanzándose hacia él con rapidez y energía. Sus golpes son precisos y llenos de entusiasmo, pero, para su frustración, ninguno de ellos logra acertar. Naruto no se mueve ni un milímetro, su cuerpo permanece firme, como si el aire alrededor de él repeliera cada uno de sus ataques.
— ¡Tch! ¡Quédate quieto, grandulón! — protesta Harley, sus movimientos acelerándose aún más, pero Naruto simplemente la observa, una sonrisa divertida asomándose en su rostro.
— Si ni siquiera me acerco, ¿cómo se supone que voy a mejorar? — añade Harley entre resoplidos, claramente irritada pero sin perder su chispa juguetona.
— Tienes que ver más allá de tus ataques, Frances — le responde Naruto, su tono todavía calmado. — No se trata solo de fuerza o velocidad, es sobre control.
Naruto, con una sonrisa burlona, da un paso hacia Harley justo cuando ella se lanza con otro golpe. En un movimiento inesperado, se inclina hacia ella y le planta un beso suave en la mejilla. La sorpresa en los ojos de Harley es evidente, pero antes de que pueda reaccionar, Naruto usa solo una fracción de su fuerza para empujarla suavemente hacia atrás, enviándola volando unos metros sin dañarla.
— No te descuides, — dice con tono serio pero juguetón, mientras la observa aterrizar sin problemas al otro lado.
Harley, atónita y ruborizada, se queda sentada en el suelo, parpadeando un par de veces antes de reírse con su habitual chispa.
— ¡¿Pero quién te crees que eres, rompecorazones?! — exclama, claramente impresionada pero encantada por el gesto inesperado.
Naruto simplemente sonríe de lado, señalándole que se levante y vuelva a intentarlo.
Naruto seguía esquivando los ataques de Harley con facilidad, cada movimiento suyo parecía casi automático, como si el ritmo de su entrenamiento no pudiera ser interrumpido. Mientras ella lanzaba golpes, comenzó a hablarle en un tono más serio, aunque manteniendo su carácter despreocupado.
— Naruto... — dijo mientras intentaba otro golpe fallido — Bueno, tengo una amiga... ¿Te acuerdas cuando nos fuimos del asilo Arkham y dejaste al Joker traumado y todo eso? — Harley soltó una risita, recordando el caos que habían causado juntos.
Naruto la escuchaba, aunque su atención parecía centrada en esquivar, siempre vigilante. Harley continuó:
— Bueno, ella es muy fan de la naturaleza... y me gustaría que me ayudaras a sacarla de Arkham. Me preocupa lo que le puedan hacer esos salvajes, y más Joker.