Ya era tarde. Muy muy tarde.
El tiempo con Matías se pasaba volando. Una simple platica sobre el clima podría terminar en tópicos tan rebuscados y sin sentido como: ¿Qué pasaría si los humanos hubieran evolucionado sin pulgares? ¿Cómo deberían estar diseñadas las tazas y los vasos para que fueran aptos para ser sostenidos con cuatro dedos? ¿Cómo se vería la seña de like? ¿Cómo se cargaría un bebe sin tirarlo y matar a la raza humana antes de los 2 meses?"
Hablar con Mati siempre era divertido. Pero ahora la angustia por llegar a casa amargaba esos recuerdos. Si tan solo hubiera cerrado la boca no iría tan tarde. Le había prometido a Cato que llegaría a las seis, tiempo perfecto para que vieran el estreno del capitulo que tanto esperaban. Ya eran las siete y media.
Tan pronto noto la hora se levanto de la cama y cortó la conversación de abrupto. Cato le había enviado unos cuantos mensajes y no lo había notado. Ni siquiera los vio. Escribió un rápido "En serio lo siento, ya voy en camino. Perdóname" y salió corriendo.
Al pisar la calle por un momento temió abrir la puerta y encontrarse con la cara enojada de Cato, esperándolo afuera en silencio. No había nadie.
Por suerte el camión llegó de inmediato. Matías trató de calmarlo a sus espaldas pero poco caso le hizo.
Durante el trayecto sintió el vibrar de un par de mensajes ¿Serian de Cato? ¿De Matías? No quería saberlo. Sus piernas temblaban y apenas podía pensar con claridad. Todo a su alrededor se veía extraño. Su cuerpo se movía, caminaba, subía y bajaba del transporte... pero su mente no estaba ahí, era como ver las acciones de alguien más.
Finalmente llegó a casa. Sus manos temblaron mientras buscaba las llaves y sintió la terrible urgencia de llorar cuando no pudo ni siquiera insertar la llave. No fue necesario. La puerta se abrió por si sola dejando a la vista el torso de alguien mas.
—Perdón, perdóname, en serio lo siento. No vi la hora y el tiempo se paso muy rápido, no quise ignorar tus mensajes, por favor, no lo hice a propósito, perdóname.
—Ey ey ey... tranquilo. Todo está bien. Todo está bien —hablo voz suave. Trato de abrazarlo, pero al momento de intentar alcanzarlo Ángel solo se encogió con miedo.
Estaba pasando otra vez.
Recordando las instrucciones y consejos de Matías, lo primero que hizo fue sostener sus manos. Luego lo guío lentamente dentro de la casa hasta el sofá, cuidando que no tropezara o se cayera en caso de que no pudiera caminar.
—No era mi intención —sus palabras salían entrecortadas por el llanto y los hipeos.
—Lo sé, está bien. Todo está bien dulzura. Respira... solo respira.
Su voz calmada y la suavidad en su mirada pronto tuvieron efecto en el pequeño. Respiro profundamente tratando de imitar a Cato, una, dos, tres veces. Poco a poco las lágrimas y los temblores cesaron. Estaba bien, estaba seguro. Nadie iba a golpearlo, Dominic no estaba ahí...
—Lo siento —esta vez la disculpa sonaba sincera. Ya estaba tranquilo y consciente.
Limpió los rastros de líquido sobre su rostro y se dejó caer sobre el pecho de Cato.
—Te lo dije, está bien dulzura. No es tu culpa —quería abrazarlo pero temía asustarlo. La imagen de Ángel encogiéndose de miedo por su toque no dejaba su cabeza.
Ángel se sentía como un idiota, patético. Ahora que podía pensar con claridad se daba cuenta que había actuado como si aún siguiera con Dominic, como si su presencia se hubiera enmascarado bajo el nombre de Cato. Su cerebro olvidó que él ya no estaba en su vida, que ya no tenía que protegerse de él ni tenerle miedo. ¿Por qué seguía estancado en el pasado?
ESTÁS LEYENDO
Recuerdos de Octubre
FanfictionCompilación de escritos realizados para el Catober 2024 de Redphone.