15. Destino

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La criatura —una mezcla de gato, murciélago, canguro y yacaré, pero volaba como una mariposa y hablaba como un niño—, explicó:

—Debes venir conmigo. Cada mil años, el mal reencarna para adueñarse de nuestro mundo; solo el Elegido puede detenerlos. Esta vez, las estrellas te han elegido a ti. Debes abandonar tu vida en esta aldea ignota y lanzarte a la aventura.

El campesino la miró de arriba abajo, azuzó el caballo y siguió su camino.

—No, gracias.

—¿"No gracias"? ¡No puedes negarte! ¡Es tu destino!

El joven respondió sin detenerse:

—¿Qué destino ni destino? Yo quiero vivir tranquilo.

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