Pov Raben
Entre a una sala junto a Noemí y un de las psicólogas del programa. Estaba tranquila, no era la primera vez que me interrogaban o que recibía una paliza. Noe me hico el gesto de sentarme en una silla, enfrente de las dos.
—Antes de todo, estas bien, te duele mucho, quieres ir a ver al medico,...-
—Noe estoy bien gracias.— La interrumpí con una sonrisa para que se calmara. Detrás de la imagen de directora dura y mandona, ella era la madre preocupada y cariñosa. Notaba su preocupación.
—Cuéntanos. Que a pasado.— Hablo por primera vez la psicóloga.
—Nada importante, una charla que termino tomándose muy mal al parecer.— Señale mi ojo morado con ironía.
—Veras, Salma nos a contado que la provocaste y que como tiene problemas de ira no pudo controlarse y que muy a su pesar te termino agrediendo.— Apunto un par de cosas en su libreta.
—Pues mucho autocontrol no tiene la tipa.— No quería contar la verdad de lo ocurrido, no quería involucrar a Violeta en todo este jaleo y mucho menos que tuviera que enfrentarse a esta situación. Así que decidí usar el humor y ocuparme de Salma mas tarde.
—Raven este programa también lo ven niños y los productores han logrado que la agresión no se grabara, pero yo la he visto. No quiero que esto vuelva a ocurrir y si alguna tiene algún problema que me lo diga, pero no os peguéis por favor.— Afirme con la cabeza y Noe me indico que volviera a la academia.
Volví a la academia y la primera imagen que me encontré fue a Salma sonriéndome desde la otra punta. Esta tía no sabia con quien se había metido.
—Raven estas aquí! Te estaba buscando, ahora tienes clase conmigo.— Dijo Vicky. —Uy pero que te ha pasado.— Su cara cambio completamente al ver mi cara.
—Los espejos que son muy traicioneros.— Le sonreí como si nada. Parece que todavía no se había enterado del cotarro.
Entramos en la sala de ensayo y empezamos a aprendernos el baile. No era muy difícil pero parecía un tronco moviéndose por un terremoto, sin duda tendría que practicar mucho.
—Muy bien Dena! Raven te veo indecisa, no estas cómoda o te parece demasiado? Podemos cambiar lo que sea, tu solo dímelo que para eso estoy.— Vicky paro la musica y me tire al suelo haciendo un poco de teatro.
—Soy un puto desastre, si tuviera que describirme en una palabra seria arrítmica. Madre mía que cuadro.— Solte un suspiro.
—No te desanimes, yo se que puedes hacerlo, solo hace falta practicar. La siguiente clase lo vemos y si no te sale lo cambiamos.— Me contesto con una sonrisa.
—Me meto en el papel, ya veras como al final voy a ser otro de los bailarines, no me vas ni a reconocer de lo bien que lo voy a hacer.— Vicky y Dena soltaron una carcajada y me abrazaron.
—Eso lo tengo que ver.— Dijeron las dos a la vez.
—Bueno Dena bonita nos vemos, y tu bicho dale al baile que me tienes que impresionar pa la siguiente clase.— Me miro desafiante.
—Impresionar rubias es mi talento.— Sonreí segura de mi misma y Vicky se rio negando con la cabeza dejándonos otra vez solas.
—Eres de lo que no hay.— Dijo Dena sentándose en las escaleras para beber agua.
—Es la verdad.— Me paso mi botella y eche un largo trago.
—Que tal estas.— Me pregunto mas seria.
—Bien, ya he hablado con Noe. Prefiero no darle importancia, ya me ocupare de ella en otro momento.— Le reste importancia.
—Voy a cambiarme que, tengo que ponerme algo mas cómodo para practicar.— Iba a irme cuando escuche a Dena decir algo, pero hice como si no lo hubiera escuchado.