Capítulo 10: La cafetería

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Bueno...porfin podría saber quien era Candace y porqué estaba allí con nosotros, para mi era una persona muy molesta a pesar de no conocerla.

-Esta bien Maya, te diré quien es ella pero prefiero que lo hagamos en el avión cuando todo el mundo esté durmiendo por favor.- Dice Asami, levantandose y arreglandose su perfecto traje de color azul oscuro.

-No, te sientas aquí ahora mismo y me lo cuentas todo con pelos y señales aun que no quieras.-Le digo, enojandome y frunciendo el ceño.

Asami se rie y me pide que me levante, le hago caso y guardo mis manos en mis jeans. Comenzamos a caminar hacia una cafetería que había. Fué Asami el que compró cuatro termos pequeños y pidió que los llenacen con café menos uno que lo llenaron con té verde. Supongo que eran para nosotros, pero aparte de los termos con café pidió otros dos capucchinos medianos para nuestra conversación.

Nos sentámos en una mesa alta y bebí un sorbo del café.

-Empieza a contarme quien es ella.-Le digo, dejando el café entre mis manos. El hizo una pequeña sonrisa y suspiro.

-Es una historia larga, vas a tener que quedarte conmigo un buen rato, Hideyuki.- Me dice el, bebiendo de su café.- Esta bien, empiezo: Hace un par de meses, un amigo mio de la unversidad me pidió que le hiciera un favor; mi amigo era muy importante para mí ya que lo conocía desde la infancia. Aunque no lo creas, el era un profesor. Me llamó y quedamos un día para tener una larga conversación... ¡Como la que tenemos tu y yo ahora! ¿Recuerdas los días que te tuve que dejar porqué tenía una reunión importantísima? Esa fué la primera vez que te dejé solo....y casí pierdes los nervios.-Se ríe y bebemos un poco de café cada uno.- Si no fuera por Nemugasa... Bueno, pues en esa conversación, además de hablar de temas regulares hablamos de como estaba él.

-¿Como que como estaba el?.- Le pregunto, dandole un respiro. Levantó la mirada y me miró con una sonrisa algo triste.

-Sufría del simdrome zombie. Cada vez su enfermedad se agrababa más y eso le preocupaba incluso a el. Cuando hablaba conmigo temblaba mucho y mordía mucho sus muñones. El sabía que estaba en peligro y todo el que estubiera a su lado sufría más que el. Así que prefirió internarse en un lugar especial para él.

-¿Que hizo?- Pregunto, con curiosidad. El altavoz llamó  a nuestro vuelo y recordé que dejé al pobre Nemugasa solo con esas inmensas  maletas.- ¿Seguimos en el avión?.- Le Digo, acabandome el café y llendo hacia donde se suponía que estaban Candace y Nemugasa.



Nuestro hogar, nuestro amor -Hidoku Shinaide (YAOI FANFIC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora