nueve

146 21 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Decidimos que necesitábamos un día de relajación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Decidimos que necesitábamos un día de relajación. Había sido una semana intensa para ambos: entrenamientos agotadores, compromisos, y, en mi caso, todavía arrastraba la tensión de las palabras de Camille y todo lo que eso había generado. Así que Lamine sugirió que nos tomáramos un descanso, que nos alejáramos de la rutina por un rato.

El plan era sencillo: un día para nosotros, sin expectativas ni agendas. Nos encontramos temprano en la mañana y nos fuimos a un parque tranquilo a las afueras de la ciudad. Era un lugar que yo no conocía, pero Lamine solía ir de vez en cuando para desconectar. El cielo estaba despejado, y el suave viento movía las hojas de los árboles, creando una atmósfera perfecta para relajarse.

Lamine llevaba una manta bajo el brazo y una bolsa con algunos bocadillos que había preparado su madre. Me contó que Sheila se había emocionado al saber que íbamos a pasar el día juntos y había insistido en preparar algo de comer. La mujer era un encanto, siempre preocupada porque no nos faltara de nada.

Nos acomodamos bajo la sombra de un gran árbol, extendiendo la manta sobre la hierba. Me tumbé de inmediato, mirando al cielo, mientras Lamine sacaba las cosas de la bolsa con tranquilidad.

—No vamos a hacer nada hoy, ¿vale? —me dijo con una sonrisa, dejando claro que el objetivo era relajarnos.

Asentí, cerrando los ojos un momento, disfrutando de la tranquilidad. Sentía que podía confiar en él, que no había ninguna presión cuando estábamos juntos. A veces, las cosas parecían más fáciles con Lamine cerca.

—¿Y qué planes tienes para el futuro? —pregunté, rompiendo el silencio. Era una pregunta sencilla, pero también sabía que podía sacar alguna conversación interesante de ahí.

Lamine se quedó pensativo por un segundo, como si no supiera por dónde empezar.

—Pues... no sé. La verdad es que tengo muchas ideas en la cabeza, pero no estoy seguro de qué camino seguir. Obviamente quiero seguir con el fútbol, pero también me gustaría hacer algo más... Algo que no dependa solo del deporte.

Me giré para mirarle, apoyando la cabeza en mi mano.

—¿Y qué sería ese "algo más"?

—Quizás estudiar algo relacionado con el deporte, como fisioterapia o entrenamiento deportivo. Pero también me interesa la psicología. —Se encogió de hombros, como si aún no lo tuviera claro. —Me gustaría poder ayudar a la gente, ¿sabes? A veces no nos damos cuenta de la importancia de la salud mental hasta que nos afecta.

IGUAL QUE UN ANGEL; Lamine YamalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora