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El timbre sonó, y el bullicio del aula se disipó mientras todos nos apresurábamos a salir al patio. La luz del sol brillaba intensamente, y el aire fresco de la mañana me llenó de energía. Busqué a Esteban entre la multitud y lo encontré en nuestro rincón habitual, con una bolsa de patatas fritas en la mano.
—¡Deva! —me llamó, levantando la mano—. ¿Qué tal? ¿Lista para la clase de gimnasia después?
Me senté a su lado, sonriendo. —Más o menos. He tenido un día raro.
—¿Raro? ¿Por qué? —preguntó, echando una mirada curiosa.
Me mordí el labio, recordando la cena y mi encuentro con Lamine. No podía guardarme eso para mí. —Verás, el otro día me encontré con Lamine Yamal.
—¿Qué? ¡No me digas eso! —Esteban dejó caer las patatas y se inclinó hacia mí, emocionado—. ¡Cuéntame todo!
—Estaba entrenando en el mismo lugar que mi hermana, y él estaba saliendo de ducharse. Me reconoció y empezamos a hablar. —No pude evitar sonreír al recordar su cara de sorpresa—. Fue raro, pero a la vez divertido.
—¿Divertido? ¿Qué te dijo? —me interrumpió, con una expresión que mezclaba sorpresa y curiosidad.
—Hablamos de nuestros entrenamientos y de lo cansados que estamos. —Hice una pausa, recordando la forma en que me había mirado—. Me dio su chaqueta del Barça para que la llevara.
—¡Qué chulo! —dijo Esteban, moviendo las manos como si estuviera en un partido—. Tienes que aprovecharlo, Deva. ¡Es un jugador impresionante!
—Lo sé, pero no estoy segura de que quiero. —Intenté mantenerme neutral, pero la emoción era palpable en mi voz—. A veces pienso en Manuel.
—¿Manuel? —Esteban frunció el ceño—. Pero, Deva, él se ha mudado a Estados Unidos. No puedes estar atada a él toda la vida.
—Lo sé, pero a veces lo extraño. Había cosas que me gustaban de él. —Miré al suelo, sintiendo una punzada de nostalgia.
—Eso no significa que debas cerrarte a nuevas oportunidades. Lamine es alguien diferente, alguien con quien puedes crear nuevas experiencias. —Esteban insistió, con su habitual energía—. Imagínate, podrías salir a tomar algo y divertirte sin pensar en Manuel.