La dirección del número desconocido me llevaba al baño de las chicas. Entré sin pensarlo mucho y lo que vi era espantoso. Una muñeca negra de cabello oscuro con la cara hecha pedazos, le faltaban los ojos y tenía una nota en su vestido.
Dicen que si crías un cuervo te sacará los ojos... A menos que tú se los saques primero.
¿Qué significaba eso? De hecho no quería averiguarlo. Salí del baño como si no hubiese visto nada y me dirigía hacia mi casillero, cuando de repente sentí como alguien me observaba y la piel se me puso de gallina. Ni siquiera me atrevía a voltear. Sentí pasos acercándose y cerré los ojos por instinto. Una mano se posó en mi hombro y solté un grito.
-Emily, soy yo- Miriam me miró preocupada.
Todos los del alrededor voltearon a verme confundidos.
-He estado viendo muchas pelis de terror-solté tranquilamente, pero no se lo tragó.
-Te fuiste sin decir nada, nos tenías preocupados.
-La verdad tuve que ir al baño- concluí encogiéndome de hombros y su expresión se suavizó un poco, dándome a entender que creía en mí. El timbre sonó indicando que debíamos volver a clase, y yo agradecí que me salvara la campana porque no quería dar mas explicaciones.(...)
Hoy era el día de la fiesta. Había descifrado el mensaje y al parecer era alguien que conocía. O más bien, alguien que me conocía pero yo no recordaba. La verdad no recordaba nada de los diez años para atrás. Cada vez que trataba de recordar todo era rojo. Algo había mal con mi pasado que no me dejaba recordar. Pero bueno, volviendo al presente, debía escoger un buen vestido para la fiesta. Opté por uno color azul celeste. Me puse un collar y unos aretes de plata que me recordaban a mi ex. Era un idiota, pero un idiota con buen gusto. Para finalizar me puse unos tacones plateados, de esos que se amarraban con correa. Alguien tocó la puerta y yo salí con el cepillo enredado en un costado de mi cabello. En cuanto me vió estalló en carcajadas.
-¿Pero qué ha pasado aquí?
Miriam me examinó de arriba a abajo. Desvié la vista hacia el costado, apenada ante su expresión.
Ella llevaba un vestido amarillo de tirantes que se ajustaba a sus curvas, en combinación unos aretes y pulsos de oro. Su cabello estaba suelto y planchado y sus labios tintados de un rojo carmesí. Por último observé sus zapatos. Tenían la tan famosa marca YSL en su tacón. Sin duda alguna todos en la escuela gozaban de una buena posición económica-social. Un estatus de élite que no era fácil de alcanzar.
-Ven, déjame hacerlo yo- la chica tomó mi cepillo y desenredó mi cabello. Pasó media hora divagando en pinterest a ver cual peinado me quedaba mejor. Incluso me maquilló al final.
-Voalá... Contemplen a Elsa- me miré al espejo y no me reconocí. Mi cabello blanco caía por mi cintura en bucles. El labial rosa quedaba bien con el rubor. Y el delineado hacía resaltar mis ojos azules. Ya comenzaba a entender porque me llamaban la reina de hielo.
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Del cielo al infierno solo hay un paso
Mystery / ThrillerTodo comenzó con una nota en blanco. Algo insignificante, absurdo quizas. Pero yo sabía que había algo oculto, un mensaje totalmente invisible al ojo humano. Lo que no sabia era que detras de algo tan pequeño vendría una masacre tan grande...