(6)Expuestos

10 4 2
                                    

Decidí poner el netflix mientras tomaba un chocolate caliente. El aire estaba puesto en 15 y yo ya estaba tiritando. Había sido una noche larga, pero con todo lo ocurrido lo menos que tenía era sueño. Las redes sociales habían estallado y en todos los sitios de internet se hacían la misma pregunta.
¿Quién era el asesino?
El asesinato en Louisville se había convertido en la noticia más viral por radio, televisión, y prensa en cuestión minutos.
Un remordimiento de culpa me llegó. Aunque no había hecho nada sabía que podía haberlo evitado.
De haber visto las señales yo... Basta.
No tenía caso ya. De todas formas ya mi amiga había muerto.
Por otro lado me sentía aliviada, con la policía investigando darían con el verdadero culpable de toda esta tragedia. Aunque no me fiaba del todo, ya que los polis corruptos solo ven lo que quieren ver.
Me acurruqué un poco y seleccioné una de las pocas series que me parecían interesantes. La casa de papel. Era impresionante ese tal profesor, como pasó años ideando el plan. ¿Quién lo diría? Parecía el más débil del eslabón. Sin embargo era el más inteligente.
De repente escuché un disparo y el corazón me empezó a latir más deprisa. Me había quedado dormida viendo la serie. Joder. Intenté volver a dormirme pero no lo logré, así que me levanté de todos modos y me dirigí a la cocina en busca de un bocadillo. Unas tostadas con mayonesa me parecieron perfectas. Salvo una hora después que me encontraba en el baño deseando no habérmelas comido.

(...)

Desperté con los ojos pegados de tantas lagañas. Miré al despertador y me quedé pasmada cuando vi la hora. Eran las 12:32p.m. Mi madre pasó por mi cuarto y se detuvo en cuanto me vio.
-¡Hasta que al fin despiertas!- estaba molesta, se le notaba.
-¿Crees que puedo dormir bien con un asesino suelto por ahí?.
Su expresión cambió a una preocupada.
-¿Entonces es verdad?
Parpadeé seguido varias veces ante su respuesta.
-¿Qué acaso no ves las noticias?
-Emilia, estoy en una oficina todo el día, me enteré porque lo escuché en la calle. No sabía si los rumores eran ciertos.
Solté un pequeño suspiro y negué con la cabeza.
Mi madre vivía conmigo pero casi nunca estaba en casa. Solía estar trabajando, incluso horas extras. Cuando ella regresaba yo ya estaba en la escuela. Pero esta vez habíamos coincidido.
-¿Sabes lo que dicen?-la miré extrañada, con el ceño fruncido- Que el director está preso por acostarse con una alumna.

Una arqueada. Dos arqueadas. Tres... Segundos después me encontraba en el váter vomitando. El recuerdo de ayer me estaba pasando factura. Mi madre me pasaba la mano por la espalda mientras yo seguía expulsando todo lo que me quedaba dentro. Me ofreció un vaso de agua ya cuando estábamos en la sala y yo lo tomé con las manos temblando aún por los nervios.
-¿Sabes qué?- la miré sin mucho entusiasmo.
-¡Te sacaré de esa escuela de inmediato!.
Escupí el agua que tenía en la boca, en respuesta a su comentario.
-De eso nada-resoplé.

Podía haber los asesinos en serie que quisieran, pero mi futuro estaba aquí. Además, mi padre había pagado el curso completo sin devoluciones. Irme a otra escuela privada no era un lujo que podía permitirme. Mi padre tenía dinero, sí, pero no ella millonario. Al menos no aún.
Mi madre me dio una mirada cansada. Estaba preocupada por mí. Lo pude notar en su rostro. Unas ojeras surcaban bajo sus ojos, que solo eran notorias cuando no traía maquillaje. Los años le estaban pasando factura, aun así yo seguía viéndola bella como cuando tenía 25.
Su cara cambió a una burlona mientras se tapaba la nariz.
-Mejor ve a ducharte, hueles fatal.
Le lancé una mirada asesina, mientras me olía disimuladamente.
Fuchi. Tenía razón. Aunque claro, jamás se lo diría.
-Me iré a bañar pero, no porque me lo has pedido tu, que conste.
Y con esto salí en busca del baño. Dijo algo que no pude entender, pero de seguro no era importante.
Más tarde ya era una Emilia limpia y aseada, preparada para lo que fuera.
-¿Mamá, qué es esto?- dije mientras miraba un celular que estaba la sala. Me quedé mirándolo anonadada. Era el Iphone 15, el último que había salido. ¿Acaso se lo había comprado?
-¿El qué?-se acercó a mi- Esa es la mucha atención que me prestas, te lo dije cuando estabas en el baño.
-Sí, pero es que no te entendí nada.
Resopló molesta. A veces pensaba que siempre estaba así. Enojada por todo.
-Te dije que te había llegado un paquete- dijo mientras volvía a la cocina- me dio curiosidad y lo abrí.
Entorné los ojos ante la simplicidad con que se lo tomaba.
-¿Acaso tienes novio ya?
Recordé el beso que me había dado Dexter, que ahora que lo pienso debía encararlo tarde o temprano. Las mejillas me ardían de solo recordar.
-No- y no le mentí. No éramos novios. Solo había sido un beso.
-Ya, y entonces, ¿por qué estás tan colorada?
Agarré el Iphone y la caja en que había venido y salí volando para el cuarto con las mejillas encendidas. Su risa se hizo notoria por toda la casa. Era mi madre, pero joder, a veces se pasaba.
Me tumbé en la cama y revisé la caja. No había una nota, no había nada. Encendí el celular y comprobé que estaba nuevo, sin usar. Traía una sim puesta y todas mis canciones favoritas de mi playlist. Las manos me temblaron. Una notificación se hizo visible en la pantalla.

Honnie: No te asustes bonita, a ti jamás te haría daño.

Un escalofrío me corrió por la espina dorsal. Seguí buscando y encontré un video en la galería.
Era una grabación del baño de los chicos.

-Me encanta tu polla.
La cabeza de la chica iba de arriba abajo dando lambetazos y chupetones.
-S..sí-sigue así- jadeó el chico de piel morena. La chica aceleró el ritmo y el chico se vino en su cara.
-Eres la mejor hermana del mundo, Miriam.

Abrí los ojos de par en par. Maldita zorra de mierda. Joder...yo que la había llamado amiga. Y lucas...Lucas era un cabrón.

Seguí divagando en la galería y encontré otro video, en este si tenían ropa. Era del día de la fiesta.

-Hermanito, vamos a buscar a Emily -dijo mientras se acomodaba el pelo hacia atrás con una sonrisa en el rostro.
-Uff, esa zorrita me pone re-cachondo.
-¿A tí solo?- se echaron a reír.
-Hoy será nuestra- dijo Lucas.
-¿Y si no quiere hacer el trío?-preguntó la chica preocupada.
-Pues nos la violamos a la fuerza.

Y el video terminó.

Del cielo al infierno solo hay un pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora