(8)Die for you

9 4 0
                                    

Ahogué un grito de felicidad. Tenía más canciones de T.W en mi playlist que de cualquier otro cantante.Y no me vengan con eso de que si tengo problemas emocionales. Me gusta porque me gusta y ya. No cuestionen el buen gusto de una adolescente de 16.

Me dio una palmada en el hombro y yo protesté.
-¿Qué esperas para alistarte? El concierto es en tres horas.

Quise devolverle el codazo,pero me limité a darle una sonrisa de lado.
No lo pensé mucho y salí disparada como un rayo.
Adele siempre pensaba en mis gustos y siempre me daba una especie de apoyo emocional que las demás amistades no. Además compartíamos gustos musicales y otras cosas más.

-¿A dónde tan deprisa, Emilia Harper?- mi madre observaba cada uno de mis movimientos desde el sofá.
Había olvidado que estaba en la casa.
-A un concierto-me rasqué la nuca- Adele ha comprado dos entradas...
Su expresión se relajó un poco y asintió mientras le quitaba la pausa a su novela turca.
Dios mío, como odio esas novelas.
-Está bien, puedes ir.
Logré escuchar del otro lado del baño. Yo ya me había ido en cuanto había quitado la pausa. Quedarme un segundo más habría sido un martirio.

Al terminar el baño salí enrollada en una toalla hasta mi cuarto. Adele estaba en la sala también haciendo de cómplice con mi madre. Traté de no reírme en cuanto pasé por detrás de ellas.

Pasé cinco minutos debatiendo si debía usar un vestido negro o uno blanco. Escogí el negro a pesar de que no era lo mío. Era suficientemente largo como para no llamar demasiado la atención, pero ajustado en las caderas y ancho en los muslos. Me puse mis botas negras y una chaqueta de cuero. Me hice un maquillaje nocturno y para cuando mire el reloj ya faltaban alrededor de una hora para empezar el concierto.
Adele tocó la puerta y seguido de un "pasa" hizo acto de presencia.
-Si no fuera por lo linda que estás ya habría hecho un drama por las dos horas que te has tardado.
Volteé los ojos indignada, en parte porque tenía razón. Solía tardar mucho a la hora de arreglarme.
-Lo importante es que ya estoy lista- dije con una sonrisa amplia en el rostro y ella suspiró. No le quedaba de otra.

Para suerte de ambas el tráfico se comportó y pudimos llegar a tiempo al concierto.

Todo estaba precioso. Habían luces parpadeantes de colores azul y violeta. La plataforma era inmensa, pero se quedaba pequeña con tanta multitud que había. Desgraciadamente ni Ade ni yo teníamos el suficiente presupuesto para estar en primera fila, pero desde atrás también se podía ver algo.
Miré a ambos lados a ver si veía a alguien conocido a parte de mi amiga, que se encontraba ligando con un colombiano. Típico. De repente salió The Weeknd y todos gritaron al unísono. Yo seguía con los ojos puestos en mi amiga, que le acababa de dar su número al extranjero. Rodé los ojos ante su gesto de "llámame", que le había hecho con la mano. Dejé de mirarlos y me centré en el concierto.
The Weeknd traía puesto uno de sus característicos trajes. Camisa blanca y corbata negra, al igual que su traje. Atendía al público con confianza mientras caminaba de un extremo a otro. Me estremecí cuando comenzó a sonar mi canción favorita,"Earned it". Todos hicieron coro y él les contestó con el micrófono.

'cause girl,you're perfect
You're always worth it
And you deserve it
The way you work it
'Cause girl, you earnet it, yeah
Girl, you earned it, yeah

Traté de imaginarme como sería que alguien me la dedicase algún día.

Negué con la cabeza.

No había venido a desanimarme. Estaba aquí para divertirme. Sostuve mi corazón en cuanto oí otro grito por parte de la multitud. Ariana Grande había salido de sorpresa para el gran final y todo el mundo estaba sorprendido, incluso yo. Vestía un juego de blusa y falda color púrpura que le caía hasta los tobillos. La blusa dejaba mucho que mostrar, y sus tacones eran altísimos. No podían faltar sus pendientes plateados, que, dudé por un momento si eran de diamantes. Dos collares delicados colgaban de su cuello y por supuesto, su tan famoso delineado perfecto.

-La favorita de Dios- dijo por fin Ade, que parecía que había terminado de coquetear con cuanto chico se le había aparecido .
-Ya lo creo.
-Si yo fuera T.W también moriría por ella- solté la carcajada.

Se refería a la canción que estaban cantando, Die for you, que era la última, por cierto.

-Sabes, eres la mejor amiga que he tenido nunca- le dije en cuanto salimos de allí.
-Soy tu única amiga tonta- me dio un codazo y ambas nos reímos.

Entramos al auto y nos abrimos paso hacia la carretera.
Mi amiga conducía como un rinoceronte borracho. Si de por sí los rinocerontes no sabían conducir imagínatelos ebrios. Suspiré resignada. Al fin y al cabo, yo no tenía la driver licence.

Me imaginé como se sentiría estar en su lugar, y no en el asiento del copiloto. Parpadeé un momento cuando paró el auto.

- ¿Qué pasa?- dije confundida.
-Al parecer ahora si hay tráfico - sonó la bocina del volante, como los demás que estaban detrás de nosotras.
Resoplé molesta. Lo único que quería era llegar y acostarme. Ya eran más de las doce y mañana debía ir al colegio.

-¿Podrías ver cuál es el problema?

Solo es trafico, pensé. Pero,¿y si no lo era? De cualquier forma debía averiguarlo.

-Ve tú, yo estoy a cargo.
Le di una mirada asesina. Aun así la obedecí.
En cuanto abrí la puerta el aire me rozó la cara. Me despeiné un poco, pero no me importó. Di unos cuantos pasos al lado de los coches y entonces me detuve.

Un accidente. O eso parecía. Había un árbol en medio de la carretera, y uno de los autos estaba debajo de él. Santo Dios. Aquella imagen daba escalofríos.

La mujer traía la cabeza hacia delante y el resto del cuerpo hacia atrás. Le corría sangre por la frente y por el cuello, que al parecer, se había fracturado. Tenía varios cristales incrustados en el rostro, que se encontraba desfigurado. Mi estómago amenazó con devolverme la comida, pero me negué a vomitar en frente de tanta gente.
Una rama crugió a unos cuantos metros de mí y me giré enseguida. A lo lejos pude ver como un chico con un hacha desaparecía entre los árboles y la noche oscura.

Del cielo al infierno solo hay un pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora