Al llegar a la escuela todos se me quedan mirando, es usual en mi llevar mi uniforme o algún pantalón holgado, nunca este atuendo. Los problemas no se hicieron esperar porque un idiota al que no conozco de nada me pasa por un lado, me palmea una nalga y antes de que pueda hacer nada ya Cristian esta encima de el.
De un solo puñetazo en la nariz lo tumba al suelo pero este no lo deja en paz, se pone a horcajadas sobre el chico y continúa golpeandolo, el chico hace algún intento inútil de quitarlo de encima suyo pero Cristian es un gigante, en comparación de el, aún más.
Ahora que lo veo bien se ve bastante sexi, el chico no lo ha podido tocar siquiera, en sus ojos el color se intensifica debido a la ira, su rostro esta contraído por el coraje, luce un poco más rudo de lo que es en realidad, sus cabellos azabache se mueven al ritmo de los golpes, su mandíbula esta totalmente tensa.
Un chico viene x detrás de él y los apartan, la verdad es que no se por que solamente puedo observar desde aquí, sin moverme un centimetro, casi sin respirar, un un escalofrío recorriendome todo el cuerpo.
La verdad tampoco estoy pensando cuando me acerco a el y estampó mis labios con los suyos en un movimiento fugaz, me giro y le doy un puñetazo al chico q recientemente se levantaba haciendo q este vuelva a caer.
Cuando mi cerebro se activó y me di cuenta de lo que hice me alejé tan rápido por el pasillo como pude. Creo que todos están tan distraídos por lo que acabo de hacer que ni tan siquiera se inmutan.
Ya estaba en el baño mojando mi cara cuando escucho por los altavoces que llaman a Cristian a la oficina del rector.
Salgo del baño apresurada, nunca lo han citado ahí por una pelea y yo no iba a permitir que por culpa de ése idiota lo suspendiesen o algo peor. Toco dos veces en la puerta, el director ordena que pase y me adentro.
-Buenos días señor- el me observa expectante y curioso.
-Buenos días señorita- responde animandome a continuar.
-Se por los motivos que usted llamo a Cristian a su oficina, lo único que puedo decir es que llamo a la persona equivocada, a la única persona que usted debe llamar es a aquel chico, el quiso propasarse conmigo y como usted sabe Cristian, mi hermano y yo somos muy unidos. Le pido de favor que antes de tomar cualquier medida reconsidere su opinión- Le hable con un tono neutral, no con el de una persona que está desesperada por que no se imponga ninguna clase de castigo, como lo estoy justo ahora.
-Muy bien señorita, nunca pensé que tuviera el valor de presentarse aquí, solamente le preguntaba al señorito lo que había ocurrido ya que no es frecuente este tipo de eventos. No era mi intención castigar a nadie y se perfectamente que no fue él el causante de todo esto.- el alivio invadió mi cuerpo.
Deje salir todo el aire que estaba conteniendo. Me relajé inmediatamente, el director con una sonrisa amable nos dejó salir de su oficina, nos informo que iba a ponerle una advertencia al chico.
Cristian esta muy serio, puedo ver el alivio en su cuerpo pero no se que le pasa. Lo miro por el rabillo del ojo, su vista va dirigida al frente, es como si estuviera ausente todo el tiempo.
Voy a girar para dirigirme a mi clase (a ver si el profesor me deja entrar ya que voy con retraso) pero antes de que pueda dar un paso más Cristian me toma por el brazo y me arrastra por un pasillo que no corresponde ni a su clase, ni a la mía.
Fácilmente me puedo safar de su agarre, solo que no lo quiero lastimar y tengo demasiada curiosidad por saber a donde me lleva.
Entramos a un salón que hace años no se utiliza, ni se limpia ya que hay polvo por todos lados y las telarañas no se hacen esperar.
Cristian me arrincona contra la pared y posiciona cada mano por encima de mis hombros immovilizandome.
Odio la manera en la que me hace sentir, tan débil pero a la vez tan fuerte, como si pudiese destrozar un tren y al último instante desvanecerme por completo.
-¿Por que hiciste eso?- preguntó con los dientes apretados y cierta expresión de molestia.
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Mil veces más
RomanceAntes he tenido esa clase de sueños... esos en los que me despierto llorando porque desearía que fuese realidad pero esta vez fue diferente.