La tarde caía sobre la sede de los cazadores, envolviendo el lugar en un suave tono dorado que contrastaba con la tensión que se respiraba en el aire. Zenitsu, con su cabello dorado brillando bajo la luz del sol, caminaba de un lado a otro, su mente en un torbellino de pensamientos. La reciente tregua entre Muzan Kibutsuji y Kagaya Ubuyashiki lo inquietaba. Pero, además, había algo más que lo consumía: sus pensamientos estaban llenos de Kaigaku, el atractivo alfa demonio.
—¿Cómo es posible que estemos considerando confiar en demonios? —murmuró para sí mismo, frunciendo el ceño.
Giyuu, sentado en un banco cercano, lo observaba con una mezcla de preocupación y compasión. Su mirada era profunda y reflexiva, un contraste con la naturaleza nerviosa de Zenitsu.
—Zenitsu, entiendo que esto te preocupa, —dijo Giyuu, su voz suave pero firme—. Pero debemos pensar en el panorama general. Esta tregua podría darnos tiempo para prepararnos.
Zenitsu se detuvo, mirándolo con incredulidad.
—¿Y si nos traicionan? ¡No puedo dejar de pensar en eso! —exclamó, su tono elevado.
Giyuu se levantó y se acercó a Zenitsu, colocando una mano en su hombro.
—Lo sé, pero también debemos ser estratégicos. Si permanecemos cerrados a esta oportunidad, podría ser un error.
Zenitsu asintió lentamente, aunque su mente seguía divagando hacia Kaigaku. La forma en que sus ojos destellaban y su aire de confianza lo volvían irresistible.
—Es solo que... nunca he tenido la oportunidad de conocer a un demonio en un contexto diferente al de la batalla. ¿Cómo sabemos que no nos engañarán?
Giyuu se quedó en silencio un momento, pensativo. Recordaba las veces en que se había enfrentado a demonios que, aunque eran enemigos, habían mostrado matices de humanidad. Pero sabía que no podía compartir esos pensamientos con Zenitsu, no ahora.
Un Corazón Confundido
Mientras caminaban, Zenitsu no podía evitar pensar en Kaigaku. Su presencia lo hacía sentir como si el mundo se detuviera. Pero también había miedo en su corazón; Kaigaku era un demonio, y la idea de enamorarse de uno lo aterraba.
—¿Sabes? A veces me pregunto cómo sería hablar con un demonio, como Kaigaku. —dijo Zenitsu, dejando escapar la frase sin pensar.
Giyuu lo miró con sorpresa.
—¿Kaigaku? —repitió, levantando una ceja—. ¿El demonio que sigue a Muzan?
Zenitsu se sonrojó, sintiendo que había revelado demasiado.
—E-es solo que... es fuerte y... tiene ese aire de confianza. —se apresuró a explicar, tratando de encubrir sus sentimientos.
Giyuu sonrió levemente, aunque una sombra de preocupación cruzó su rostro.
—Recuerda que no todos los demonios son iguales. Pero, aún así, ten cuidado. No todos tienen buenas intenciones.
Encuentro Nocturno
A medida que caía la noche, Zenitsu sugirió salir a dar un paseo. Giyuu aceptó, y ambos se encontraron caminando por el bosque cercano a la sede. La oscuridad los envolvía, y el canto de los insectos llenaba el aire, creando una atmósfera mágica pero tensa.
—A veces me pregunto si hay algo más allá de lo que vemos —dijo Zenitsu, mirando las estrellas.
Giyuu se detuvo, observando la luna que iluminaba el sendero.
—Siempre hay algo más. A veces los demonios son más complejos de lo que parecen.
Zenitsu sintió que sus palabras resonaban en él. A pesar de sus miedos, había una parte de él que estaba fascinada por la idea de conocer más, no solo sobre los demonios, sino también sobre Giyuu.
—Es solo que... —Zenitsu vaciló—, no sé si podría enfrentar a Kaigaku. Me da miedo, pero al mismo tiempo... hay algo en él que me atrae.
Giyuu se quedó en silencio, comprendiendo el dilema interno de Zenitsu.
—Es normal sentir atracción, pero recuerda que tienes que protegerte a ti mismo. A veces, lo que parece atractivo puede ser peligroso.
Una Amistad en Crisis
Zenitsu sintió el peso de las palabras de Giyuu. A pesar de sus miedos, valoraba la opinión de Giyuu.
—Gracias, Giyuu. Siempre sabes qué decir —murmuró, con un atisbo de una sonrisa.
A medida que continuaban caminando, Zenitsu no podía dejar de pensar en cómo podría ser una conversación con Kaigaku. La idea lo excitaba y lo aterraba a partes iguales.
El Valor de la Verdad
En un momento de silencio, Giyuu decidió abrirse un poco más.
—A veces también me asusta la idea de la tregua. Pero confío en que, pase lo que pase, no estoy solo.
Zenitsu lo miró, sintiendo que el corazón le latía más rápido. La conexión que compartían era palpable, y por un instante, las dudas se desvanecieron.
—Siempre estaré a tu lado, Giyuu. No importa lo que pase.
Giyuu se detuvo y lo miró a los ojos, el aire a su alrededor parecía cargado de electricidad.
—Y yo a tu lado, Zenitsu.
Sin pensarlo, Zenitsu se acercó un poco más, el calor del momento envolviéndolos. En esa fracción de segundo, olvidaron el mundo exterior, los demonios, la tregua y las tensiones. Solo estaban ellos dos, en un silencio lleno de posibilidades.
Una Decisión que Cambia Todo
Pero de repente, Zenitsu se detuvo, consciente de la intensidad del momento. Se alejó un paso, sintiendo el rubor en sus mejillas.
—¡Lo siento! No quise... —balbuceó, sintiéndose avergonzado.
Giyuu, sorprendido, dio un paso hacia él.
—No te disculpes. No hay nada de qué avergonzarse.
Ambos se quedaron en silencio, sus corazones latiendo con fuerza. A pesar de la incertidumbre que les esperaba, la conexión entre ellos era innegable.
Final del Paseo
Finalmente, decidieron regresar a la sede, pero no sin antes lanzar una última mirada hacia las estrellas. En medio de la confusión que los rodeaba, sabían que juntos podrían enfrentar cualquier desafío.
—Te agradezco por ser mi apoyo, Giyuu —dijo Zenitsu, con una sonrisa genuina en su rostro.
—Siempre lo seré, Zenitsu —respondió Giyuu, sintiendo que la relación entre ellos había dado un paso hacia un futuro incierto, pero lleno de promesas.
Mientras regresaban, la oscuridad de la noche los envolvía, pero en sus corazones había una chispa de luz que los guiaba a través de la incertidumbre.
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obsesionado por tu amor
FanfictionGyutaro hará lo que sea para vengar a su hermana aunque, signifique casarse. Douma a empezado a tener cierta obsesión por gyutaro qué cada día se hace mas fuerte con lo que pasa los años. Que provoca que no solo desarrolle sentimientos si no una sen...