La noche había caído y Sekido se encontraba apoyado contra una pared, observando a Karaku mientras este intentaba concentrarse en la técnica del viento. La brisa suave arrastraba algunos cabellos del alfa, y su energía vibrante llenaba el aire. Sin embargo, Sekido sentía una mezcla de admiración y frustración que lo mantenía a la expectativa.
—Oye, Karaku —comenzó Sekido, su tono más casual de lo habitual—, ¿no crees que hay algo atractivo en alguien que sabe exactamente lo que quiere?
Karaku levantó la vista, sorprendido, pero con una sonrisa despreocupada. —¿Te refieres a un alfa? La mayoría son bastante seguros de sí mismos. ¿Por qué lo preguntas?
Sekido sintió que su corazón se aceleraba, pero intentó ocultar su incomodidad. —No, no necesariamente un alfa. Me refiero a cualquier persona que tenga ese tipo de confianza. A veces, eso puede ser más atractivo que la fuerza física.
—Supongo que tienes razón —dijo Karaku, frotándose la nuca—. Pero, honestamente, siempre he pensado que la fuerza es lo que realmente impresiona. Además, es útil en nuestra línea de trabajo.
A lo lejos, Aizetsu se acercaba con una expresión seria. Al notar la conversación entre los dos, una chispa de celos encendió su interior. No podía evitar sentir que estaba perdiendo la atención de Sekido, y eso le resultaba incómodo.
—¿De qué hablan? —preguntó Aizetsu, tratando de ocultar su nerviosismo.
—Nada importante —respondió Karaku, desinteresado—. Solo estaba discutiendo sobre el tipo de confianza que algunos tienen.
Aizetsu observó la forma en que Sekido miraba a Karaku y sintió un nudo en el estómago. Sin embargo, su propia confusión lo llevó a compartir sus pensamientos.
—A veces creo que no soy lo suficientemente bueno —murmuró Aizetsu, dejando que sus inseguridades salieran a la luz—. No tengo la fuerza o la confianza que otros tienen. A veces, parece que todos brillan a mi alrededor, y yo solo... me siento apagado.
Sekido sintió un impulso de apoyar a Aizetsu. —No te subestimes. Tienes cualidades únicas que son valiosas. A veces, lo que brilla más no es lo más fuerte, sino lo más sutil.
Karaku frunció el ceño. —¿Por qué te sientes así, Aizetsu? Eres uno de los mejores en lo que haces. Deberías tener más confianza en ti mismo.
Aizetsu miró a Karaku con sorpresa, sin poder evitar una pequeña sonrisa. —Gracias, eso significa mucho. Pero, a veces, es difícil.
Sekido, sintiendo que la situación podía tornarse incómoda, trató de cambiar de tema. —A veces, es cuestión de perspectiva. Hay quienes admiran cosas diferentes en las personas.
Mientras continuaban hablando, Sekido miró a Aizetsu y, después de un momento de reflexión, propuso una idea.
—¿Qué te parece si hablamos con Gyutaro? Él siempre tiene buenos consejos. Podríamos preguntarle sobre cómo manejar nuestras inseguridades y sentimientos —sugirió Sekido.
Aizetsu asintió, sintiéndose aliviado al saber que no estaba solo en su confusión. —Eso suena bien. Quizás él tenga una perspectiva diferente.
Al llegar a donde Gyutaro estaba descansando, el omega los miró con curiosidad. —¿Qué pasa, chicos? Se les ve preocupados.
Sekido intercambió miradas con Aizetsu antes de hablar. —Queríamos pedirte un consejo sobre... sobre sentimientos.
Gyutaro levantó una ceja, intrigado. —¿Sentimientos? Eso suena serio. ¿De qué se trata?
Aizetsu se aclaró la garganta. —Bueno, yo... estoy enamorado de alguien. Pero no sé cómo manejarlo. Me siento inseguro sobre mis propios sentimientos.
Gyutaro asintió, comprendiendo la complejidad de la situación. —Eso es normal, Aizetsu. El amor y la inseguridad van de la mano a veces. ¿Has hablado con esa persona sobre cómo te sientes?
Aizetsu negó con la cabeza. —No sé si debería. Temo que no sienta lo mismo, o que lo malinterprete.
Sekido, sintiéndose un poco más seguro, intervino. —Y yo, en realidad, estoy lidiando con sentimientos similares. No estoy seguro de cómo expresar lo que siento. A veces creo que mis indirectas no son suficientes.
Gyutaro sonrió levemente, reconociendo la situación de ambos. —La comunicación es clave. No siempre es fácil, pero es necesario. Las indirectas pueden ser confusas y dejar a la otra persona en la oscuridad.
Aizetsu miró hacia abajo, pensativo. —¿Pero qué pasa si esa persona no siente lo mismo?
—El rechazo es parte de la vida —respondió Gyutaro, con una voz tranquilizadora—. Pero también lo es la posibilidad de que esa persona comparta tus sentimientos. A veces, tienes que arriesgarte.
Sekido asintió, sintiéndose inspirado por las palabras de Gyutaro. —Quizás deberíamos ser más directos, entonces. Pero... es difícil.
—Siempre es difícil dar el primer paso —dijo Gyutaro—. Pero una vez que lo haces, te sentirás más libre. No olviden que están entre amigos. Ustedes tienen mi apoyo.
Mientras Aizetsu y Sekido reflexionaban sobre las palabras de Gyutaro, Karaku y Urogi aparecieron, interrumpiendo la conversación.
—¿De qué están hablando? —preguntó Urogi, con una sonrisa curiosa.
Aizetsu, sintiéndose un poco incómodo, trató de cambiar el tema. —Oh, nada importante. Solo... cosas de amigos.
Karaku frunció el ceño. —No pareces muy convencido. ¿Te sientes bien?
Aizetsu asintió, pero Sekido pudo notar la incomodidad en su amigo. Mientras tanto, los celos de Karaku comenzaban a aflorar al ver la cercanía entre Aizetsu y Sekido.
—Quizás deberíamos salir un rato a despejarnos —sugirió Karaku, intentando desviar la atención—. Una caminata siempre ayuda a liberar el estrés.
—Eso suena genial —dijo Aizetsu, sintiéndose aliviado por el cambio de ambiente.
Sekido, mirando a Karaku, sintió una mezcla de gratitud y frustración. —Sí, una caminata podría ser buena idea.
A medida que comenzaron a caminar, Sekido y Aizetsu se mantuvieron al lado de Karaku y Urogi. Sin embargo, la atmósfera era tensa. Aizetsu y Sekido intercambiaron miradas de complicidad, sintiendo que ambos lidiaban con los mismos dilemas.
Mientras caminaban bajo el cielo estrellado, Sekido sintió que el peso de sus sentimientos por Karaku se hacía más pesado, y Aizetsu, aunque aliviado por el consejo de Gyutaro, se debatía entre confesarle a Urogi o guardarlo para sí mismo.
La confusión y los celos flotaban en el aire, pero también había una chispa de esperanza, como si el destino les estuviera preparando un camino para que todos pudieran finalmente enfrentar sus sentimientos y encontrar la conexión que tanto deseaban.

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obsesionado por tu amor
Fiksi PenggemarGyutaro hará lo que sea para vengar a su hermana aunque, signifique casarse. Douma a empezado a tener cierta obsesión por gyutaro qué cada día se hace mas fuerte con lo que pasa los años. Que provoca que no solo desarrolle sentimientos si no una sen...