❛❛A sus 19 años, Wonbin debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos -o largos- 19 inviernos, P...
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Wonbin salió del hospital una semana después del nacimiento de Yujin. Ambos estaban bien y Wonbin comenzaba a recuperarse muy bien gracias a los cuidados que su alfa le daba.
Ahora han pasado dos meses. El cabello de Yujin es oscuro. La gente siempre hacía comentarios acerca de cuán bello es el bebé. Sus ojos aun van tomando color, y porque lo que Anton y Wonbin notan, el derecho es negro y el izquierdo es azul, igualmente claro. Wonbin no sabe si eso es bueno o malo, pero hacen ver a su bebé muy lindo.
El alfa de Anton ha estado muy sobreprotector estos días. Todo el tiempo se mantiene cerca de su familia, alerta de cualquier amenaza. A Wonbin le encantaba.
—¡No me voy a volver un puto vegetariano! —el omega grita, vestido en pijamas y caminando a la habitación para ver a Yujin, quien había comenzado a llorar.
—¡No estoy pidiéndote eso! —Anton dice, de igual manera—. Sólo creo que debes comer más vegetales.
—No me gustan —de la cuna, alza al bebé, pegándoselo al pecho y arrullándolo.
—A mí tampoco me encanta. Deberías comerlos, Binnie. El doctor dijo que eran buenos para ti y Yujin.
—Yujin no puede comer aún.
Anton rueda los ojos.
—Lo que quiero decir, es que todos tus putos nutrientes se los pasas al niño a través de la estúpida lactancia.
—Ew, no digas eso.
—¿Decir qué?
—Lactancia. Suena muy ew.
—Okay, no lo vuelvo a decir, pero promete que comerás más vegetales y menos dulces.
—Me gustan los dulces.
—Lo sé, Binnie. Pero no es sano, ni siquiera para ti.
—Okay, lo haré —se sienta en la cama, alzando su camiseta para darle de comer a Yujin.
—Entonces iré a comprar cosas para el almuerzo —besa la cabeza de Wonbin y aprieta, suavemente, la mejilla del bebé—. No me extrañes.
—No lo haré —el azabache dice, riéndose.
Cuando cree que su bebé ha tenido suficiente, lo acomoda sobre su hombro, escuchando los quejidos bajitos de Yujin, pidiendo más.
—No seas así. Eres un gordo —palmea la espalda del bebé para hacerlo eructar—. Has tenido suficiente, amor —Yujin suelta un gran aire y Wonbin se ríe—. Ew, eres igual que tu padre.
Vuelve a ponerlo en la posición original, entre sus brazos. En estos dos meses había aumentado bastante de peso y crecido unos 2 centímetros.
—No crezcas muy rápido —le dice a su bebé, y él sólo bosteza, chupando sus puños—. Vamos, Jinnie. Verás un poco de televisión conmigo.
