Epílogo

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Estos últimos tres años no han sido nada fáciles pero sí especiales, como Wonbin diría

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Estos últimos tres años no han sido nada fáciles pero sí especiales, como Wonbin diría. Criar a dos bebés con horarios apretados y con noches sin dormir, era cansado. A veces Wonbin y Anton pensaban que no podían más, pero luego veían veían sus hijos reírse de sus travesuras y suspiraban, sonriéndoles de vuelta.

Para el año siguiente que YoungMi y Yujin llegaron, ellos decidieron retomar sus estudios. Anton eligió mercadotecnia, porque le ayudaría a tener un buen puesto en la empresa de su tío —donde actualmente trabaja—, y también le gustaba. Wonbin decidió educación preescolar, porque bueno, adoraba a los niños. Wonbin trabaja como cajero en una estética, una de las mejores en Seúl, así que la paga era buena.

Hoy era un día muy caluroso, demasiado. Wonbin está sentado en el sillón de su casa, con un bote de helado en sus manos. En el suelo están Yujin y YoungMi. La niña sólo tiene sus calzones puestos y Yujin un pañal, ellos tienen también un bote de helado y sus bocas y mejillas manchadas. Anton estaba en el patio trasero haciendo algo que Wonbin desconocía.

—Papi —YoungMi habla desde el suelo, limpiándose con su blusa que está tirada a su lado—. Donde trabajas pintan cabellos, ¿verdad?

—Mmmh, si, lo hacen —Wonbin frunce su ceño—. ¿Por?

—Es que... quiero que me pinten el mío.

—¿Por qué, corazón? —abre sus brazos y su hija corre hacia ellos—. Tu tienes un cabello muy bonito.

—Pero ni papá ni tú lo tienen. Tampoco Yujin.

—Tampoco nadie tiene los ojos como Yujin, ¿o si?

—No, creo que no —niega—. ¿Eso qué tiene que ver?

—Significa que ustedes son especiales, amor.

—¿Eso es bueno? —su nariz, pringada con unas cuántas pecas, se arruga.

—Mucho más que bueno —le besa la cabeza.

—¡Yujin, YoungMi! —Anton grita desde afuera.

Los dos niños atienden al llamado de su padre, corriendo con sonrisas en sus rostros.

—¡Una piscina! —YoungMi abre la boca y Yujin chilla.

—¡Siiii! —el más pequeño aplaude con sus pegajosas manos.

—¿De dónde la sacaste?

—La robé —se ríe, viendo la cara de sus hijos.

Es una piscina inflable y pequeña, sólo para que ellos dos jugasen ahí. Wonbin sale, sonriendo de ver a sus pequeños felices.

—Mira, papi. Papá nos consiguió una piscina —YoungMi dice, entrando.

—¡Y la robó! —ahora Yujin entra.

—¿Ah, si? —alza una ceja hacia el alfa—. ¿Para mí no pudiste robar un anillo de diamantes o algo así?

—Poco a poco.

❛❛Ven aquí, y Ámame❞ WONTON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora