Estoy aquí, llorando la pérdida de algo que ciertamente nunca me perteneció del todo. Mi cama me grita que me esconda en ella y aunque se que no solucionará nada, me agrada la idea de dormir y esperar que esta mierda acabe y que pagues por cada lágrima que he derramado.
Se que necesito fuerzas pero empiezo a pensar que hasta eso te llevaste; siempre fui un túnel apartado, de esos que no se conectan con otros túnel, hay ciertas ventanas que me hacen escuchar todo lo que dicen pero ellos parecen que nisiquiera me oyen. En este dolor mi masoquismo se hace presente y no te puede dejar sin antes encontrar el error.*****
-MAMÁ, mi cama me necesita!
-No Astrid, Muévete que llegarás tarde.
Mi escuela tiene la tradición de reclutar a sus nuevos ingresos unas semanas antes de que empiecen las clases para explicarles las reglas y toda esas estupideces de tradiciones, la verdad es que no me emociona mucho el echo de cambiar de escuela y tener que hacer nuevos amigos, lo único bueno es que me libraré de los idiotas de mis compañeros. Espero no tener que soportar a mas idiotas porque juro destruirlos.Es una escuela grande, tiene muchas áreas verdes. Al entrar hay un pequeño pasillo que parece nunca terminar y a los lado a hay bancas con frases como "Haz la paz" PAZ ES LO QUE NECESITO.Después de unos 15 minutos de estar perdida, por fin encuentro el salón donde estaré sentada los próximos diez meses, hoy vuelvo a empezar.
Siento algunas miradas en mi y es algo incómodo, el maestro me indica mi lugar y tomó asiento, a mi derecha hay un niño de ojos cafés o verdes..no lo sé bien, tiene un cabello castaño claro y puedo decir que es lindo, a mi izquierda hay una niña con el cabello trenzado y fue la única que no me examinó de piez a cabeza, hay algo en ella que me agrada.
Me tiene algo preocupada el chico de mi izquierda ya que no deja de sonreirme y yo no dejo de mirarlo.
Nos indican hacer círculos de estudios y quede con 5 chicas cuyos nombres no recuerdo, sólo el de la chica de cabello trenzado Isabela.Ha pasado mi primera semana y sólo recuerdo a Isabela y Sebastian(el chico de mi derecha) Son muy agradables y nos han llamado la atención un par de veces por interrumpir la clase, la verdad son muy divertidos y creo que son los únicos con cerebro del lugar.
***
Ha pasado un mes y ya empiezo a tomar confianza en esta escuela, hasta creo que he hecho amigos. Sebastian suele intercambiar asientos con el chico de enfrente para hablar conmigo y pedirme consejos sobre su novia la cual parece estarlo engañando; siempre que terminamos de hablar trato de darle una sonrisa para que no se sienta mal del todo, no entiendo porque un chico tan genial puede sufrir por alguien que no lo valora, pero bueno..ese no era mi problema. Por otro lado, Isabela si que es una niña callada y parece esconder algo, cada día que pasa me da mas curiosidad por saber pero para descubrirlo tengo que ganarme su confianza.
Álvaro interrumpe la clase y le pregunta a Sebastián: -Sebastián , ¿Como se dice soltero en Italiano?
-Buscalo en el fenómeno viral llamado Internet, también busca "Como dejar de ser tan idiota"
-Que pésimo sentido del humos tienes-interrumpo- ¿Como se dice Álvaro?
-Verga sola- El empezó a reír y en consecuencia todos lo hicieron, hasta el profesor Félix que era muy estricto- Gracias Astrid por tener algo de amabilidad.La verdad es que no me dio mucha risa pero odiaba que Sebastián fuera tan pesimista en algunas ocasiones, lo que me hizo preguntarme porque se estaba comportando así.
-Sebastian, ¿Estas bien?-Pregunté, mientras veía unas lágrimas por sus ojos- Dios! ¿Qué pasa?
-Astrid, terminé con mi novia, todo se fue a la mierda..estoy muy jodido.
-Porfavor, eres un chico genial y si no funcionó con ella pues paciencia, algún día llegará "Tu chica" sólo deja de llorar que nos están viendo.
-Eres un amor, lo sabes?
-Cállate idiota, no seas cursi que visitaré
-Cuando te enamoras de mi Astrid?
-Nunca, porque eres un tonto llorando.
****
ESTÁS LEYENDO
Confesiones de un corazón roto
Short StorySoy forzada a fingir una sonrisa, una risa, cada día de mi vida. Posiblemente, mi corazón no puede romperse, cuando no estaba ni siquiera entero al empezar. Por tu culpa, nunca me alejo demasiado de la acera. Por tu culpa, aprendí a jugar en el lad...