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— parece que a tu gato no le caigo bien. — dedujo wonyoung, ayudandose de su reflejo para poder ponerse aquella curita que sunghoon le habia dado para su pequeño corte echo por el gato.

— si..lo siento por eso.

— no te preocupes, malos momentos como estos siempre se pueden remediar con otros momentos mejores.

Sunghoon arrugó la cara confundido. no entendió a qué se refería.

— ¿cómo que?— preguntó y miró como la chica se daba la vuelta y sonreía.

— ya sabes, puedes invitarme a salir y así poder perdonarte.— sugirió, pasando un mechón de sus cabellos por atrás de su oreja.

Sunghoon elevó sus cejas, antes de que pudiera responder su teléfono sonó, era su madre.

— lo siento, debo contestar.

— está bien, no te preocupes. — se acercó a él.— yo ya me voy, que tengas una linda noche, hoonie~

lo que hizo luego lo sorprendió, wonyoung plantó un suave y corto beso en su mejilla, y al separse le guiño un ojo. miró como se marchaba con su teléfono sonando entre sus manos, su cara solo demostraba sorpresa y disgusto. rodó sus ojos, sabía que le gustaba a wonyoung y que la chica siempre buscaba estar cerca de el pero nunca creyó que violaría su espacio personal de esa persona. a fin de cuentas, solo aceptó "ayudarla" en matemáticas porque su profesor se lo pidió.

quiso contestar al llamado pero este terminó, sabía que seguramente su madre llamaba para preguntar que tal le fue en la escuela y si ya había comido, quiso devolver la llamada pero luego recordó que Sunoo aún estaba en su habitación y seguramente estaba molesto.

Cerró la puerta detrás de el, suspirando por lo que había pasado hace un rato y vió a Sunoo sentado sobre su cama, con los brazos cruzados, cabeza baja y sus labios abultados. Parecía un niño a quien regañaron.

— ¿ya se fue? — preguntó en voz baja, aún con su mirada baja.

━ si.— asintió y se puso a lado de el.— No puedes hacer eso, ¿sabes? — dijo Sunghoon, suspirando mientras se sentaba al borde de la cama—. Ella solo quería conocerte y tú fuiste muy grosero al hacerle eso.

— Ella es mala. — murmuró. Sunghoon juró escuchar un leve gruñido de parte del menor. Claro, es un gato enojado por quién sabe que.

Sunoo levantó su cabeza para mirarlo molesto.

— Es mala, no me gusta y tampoco quiero verte con ella. Es una tonta. — reclamó, sunghoon soltó una carcajada burlona, lo miró incrédulo, cosa que hizo que algo en el interior del felino doliera.

— ¿Y por eso debo hacerte caso?, ¿Porque me lo dices tú?

Idiota. Sunghoon idiota.

Pensó un poco en sus palabras y quiso retractarse por ello. Acomodó su flequillo hacia atrás y lo miró a los ojos.

— Escucha, ella me dijo que le gustan los gatos, y cuando te vió le recordó a uno que ella tenía hace tiempo..

— si, claro, puta estúpida.— sunghoon abrió sus ojos. sunoo adaptó varias malas palabras que escuchaba de la gente en las calles.— a ella no le gustan los gatos, sunghoon. ¡es mala! — otra vez repitió, poniendose de pie, apretando sus puños a sus costados, su cara estaba roja de la furia.

— sun...— otra vez fue dejado con las palabras en la boca, ambos chicos escucharon la puerta de la entrada ser abierta y tras eso un grito que parecía ser de una mujer.

estaba jodido, sus padres llegaron.

— ¡Hoon!— gritó aquella mujer.

— hijo, ya hemos llegado.— y ahí estaba su padre.

— Hoon, ¿quienes son?— preguntó sunoo en voz baja.

— mierda.— murmuró. tomó a sunoo del brazo y se encerró en un armario de su habitación cuando escuchó pasos cerca de la habitación. no podía arriesgarse a que vean a Sunoo, menos sus orejas, o su cola o que escuchen sus maullidos. dentro del pequeño armario, en donde apenas podian entrar ambos, vió los ojos temerosos de sunoo y tapó su boca indicándole que haga silencio.

formuló un "quédate aquí" con su boca y al parecer el gato entendió porque rápidamente asintió con su cabeza, cerró la puerta dejando a Sunoo encerrado y fue al instante que sintió la puerta de atrás abrirse y la voz ya conocida de su madre.

— aquí estabas, te he llamado.— habló la mujer de grandes ojos negros.

— Mamá, lo siento. Estaba estudiando.— se dió la media vuelta con una sonrisa nerviosa y fue a abrazar a su madre.

— tu padre te trajo chocolates, ven.

asintió, su madre lo llevó de la mano y antes de salir de su habitación miro por ultima vez su armario, rogando que el rubio de adentro no se le ocurra ninguna tontería.

híbrido | 𝘀𝘂𝗻𝗴𝘀𝘂𝗻  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora