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Al día siguiente, el grupo decidió hacer una excursión a las afueras de Roma. Habían escuchado sobre un antiguo pueblo llamado Tivoli, famoso por sus villas históricas y hermosos jardines. La idea de explorar un lugar distinto llenó de entusiasmo a María y sus amigos.

Después de un desayuno rápido, tomaron un tren hacia Tivoli. Durante el trayecto, la conversación fluía entre risas y planes. Sofía estaba especialmente emocionada por visitar la Villa d'Este, conocida por sus impresionantes fuentes y jardines.

-He visto fotos, y son espectaculares -dijo mientras miraba por la ventana el paisaje que pasaba rápidamente-. No puedo esperar a capturarlos en mi cámara.

Al llegar a Tivoli, se sintieron como si hubieran viajado en el tiempo. Las calles empedradas y las fachadas de piedra les daban una sensación de historia viva. Después de caminar un poco, llegaron a la Villa d'Este. La entrada era majestuosa, y al cruzar el umbral, se encontraron en un mundo lleno de esplendor.

Los jardines eran un laberinto de flores, estatuas y fuentes que danzaban al ritmo del agua. María se sintió hipnotizada por la belleza que la rodeaba.

-¡Es como un cuento de hadas! -exclamó mientras corría hacia una fuente que lanzaba chorros de agua en diferentes alturas.

Mientras exploraban los jardines, cada rincón parecía más mágico que el anterior. Sofía tomó fotos mientras Luis y Diego competían para ver quién podía hacer la mejor imitación del sonido del agua al caer.

Después de pasar horas disfrutando de las fuentes y perdiéndose en los colores vibrantes de las flores, decidieron hacer una pausa en una pequeña cafetería dentro del parque. Se acomodaron en una mesa con vista a los jardines.

-¿Qué tal si compartimos algunas historias sobre nuestras ciudades? -sugirió Luis-. Me encantaría saber más sobre sus lugares favoritos.

María comenzó a relatar anécdotas sobre su ciudad natal: las festividades locales y los rincones escondidos que solo los habitantes conocían. Sofía habló sobre su amor por la naturaleza y cómo pasaba sus veranos explorando montañas cercanas.

Diego, con una sonrisa traviesa, compartió una historia divertida sobre su primer día en la escuela secundaria, cuando confundió el nombre de su profesor con un personaje de una serie que le gustaba. Todos rieron a carcajadas recordando sus propias experiencias similares.

Fue un momento de conexión profunda; cada uno se dio cuenta de que aunque venían de lugares diferentes, compartían experiencias humanas universales que los unían aún más.

Después del café, continuaron explorando Tivoli y finalmente decidieron visitar la Villa Adriana, una antigua residencia del emperador romano Adriano. Al llegar allí, quedaron impresionados por las ruinas y la magnitud del complejo.

-Es asombroso pensar que esto fue una vez el hogar de un emperador -comentó María mientras caminaban por las antiguas estructuras.

Se perdieron entre los restos arquitectónicos, imaginando cómo habría sido la vida en tiempos pasados. Cada paso resonaba con ecos de historia; era como si pudieran escuchar las voces del pasado.

Cuando el sol comenzó a ponerse, decidieron regresar a Roma. El tren estaba lleno de turistas emocionados hablando sobre sus días llenos de descubrimientos. María miró por la ventana mientras el paisaje cambiaba lentamente; sentía que cada experiencia los había acercado más como grupo.

Al llegar a su alojamiento esa noche, todos estaban cansados pero felices. Se reunieron en el salón para compartir lo que más les había impresionado del día.

-Para mí fue ver cómo la historia está presente en cada rincón -dijo Sofía-. Nos conecta con personas que vivieron aquí hace siglos.

María sonrió; cada día era una lección no solo sobre lugares sino también sobre amistad y conexión humana. Con ese pensamiento en mente, se despidieron para descansar antes de otro día lleno de aventuras por delante.

Mientras se acomodaba en su cama esa noche, María reflexionó sobre lo afortunada que era por tener amigos tan increíbles con quienes compartir estas experiencias invaluables. Cerró los ojos sintiéndose agradecida por cada momento vivido en este viaje inolvidable.

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El último suspiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora