° Sexagésima sesión°

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° Sexagésima sesión°

『El creador de mundos: Eren

«Capitulo x: Las estaciones mueren.

Me pregunto si tú también sentiste alguna vez que no valías nada.

Mi madre me lo repite muy a menudo cuando está molesta, cuando no hago algo correctamente o cuando lo que estoy haciendo tiene un error en los cálculos.

Me pregunto si alguna vez voy a morir y como es que voy a morir. Quiero que sea una muerte tranquila, no deseo sufrir. Porque en algo tiene razón mi madre, no me gusta complicarme la vida. Hacerlo supone un gran problema que no estoy dispuesto a correr. [...] Supongo que por eso soy demasiado mediocre.

Esa palabra suele usarla mucho mamá cuando no hago las cosas como desea.

Esta mañana me he peleado de nuevo con ella.

Últimamente tenemos muchos problemas. [...] Siempre discutimos, o lo correcto sería decir que ella discute conmigo porque yo no soy capaz de contestarle, de ser así posiblemente me gane una cachetada o un golpe en la boca por "Contestarle".

Lo hacemos desde que le he dicho que no quiero ser médico ni abogado, desde que le dije que deseaba ser escritor, y no como "hobby", si no como profesional. Ella piensa que estoy tirando mi futuro y todos sus esfuerzos por la borda.

¿En verdad lo hago?

[...]

Hoy has llegado al aula donde tomaba la clase de "Cálculo Integral y Diferencial" me has visto el rostro y has notado que estaba llorando en silencio. No dijiste nada, simplemente le entregaste la forma al profesor para que la firmara y luego simplemente te fuiste.

Cuando me viste en el pasillo a la hora del almuerzo no preguntaste que me pasaba, tal vez lo olvidaste, porque siempre estás tan ocupado con esas labores de profesores que ninguno de los alumnos entiende en realidad porque pensamos que ustedes solo se dedican a disfrutar del sufrimiento en las evaluaciones. No importa, [...] porque lo entiendo, eres un adulto con mil cosas en la cabeza, mil tantas que no hay espacio para un adolescente problema como yo. Así que no te preocupes por eso.

Aun así, me gustaría contarte la razón de porque lloraba y la misma que quizás no te hubiera contado de habérmelo preguntado en persona. (Cosa que agradezco porque de todos modos te mentiría, sabes que no me gusta contarte cosas tristes o desagradables de mi vida detrás de las paredes de casa)

Mamá me ha corrido de casa de nuevo.

Lo ha gritado, escupiendo saliva mientras lo decía, tenía la cara roja, los ojos inyectados en sangre, las venas de las sienes saltadas, los músculos marcados de sus brazos saltantes, gracias al esfuerzo y al coraje que la dominaba en ese momento. (Lamento las marcas de agua en esta hoja, mientras lo recordaba me he puesto a llorar de nuevo, así que posiblemente la tinta este corrida.)

Yo estaba temblando, de enojo y de miedo, mis dedos temblaban tanto, mucho más que la gelatina luego de separarla de su recipiente, mucho más. Sentía la bilis en la garganta, los ojos me ardían porque no deseaba llorar, odio llorar cuando ella me grita, me hace sentir tan débil, pero no tengo otra forma de mostrar mi enojo o la ira que luego me controla. Aun así, llore, las lágrimas saladas secándome el rostro, mi corazón llenándose del veneno de las palabras que ella gritaba.

A veces pienso que ella en realidad me odia.

Siempre lo pienso. Incluso en esos momentos en los que me hace mi comida favorita o me desea un buen día en la escuela. Ella me odia.

Elastic Heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora