Capítulo V: Duras palabras.

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Tweek le dio unas galletas a León en lo que puso su puesto, una vez listo llamó a Laura, pues era la única a la cual tenía su número. Tuvo que hacer 5 llamadas antes de que la mujer contestará.

- ¡Tweek! -Algo se rompió con el rubio, la mujer se escuchaba mal. -Oh hijo, ha pasado una tragedia con León...

-Se escapó de casa, lo encontró una señora llamada Henrietta y está conmigo comiéndose una galleta. -No supo porque, pero quería decir las cosas más sutiles, sin embargo, el llanto de la mujer lo desconectó y necesitaba hacerle ver que todo estaba bien. -Acaba de llegar y por eso la llamo hasta ahora.

Un suspiro profundo salió de la boca de la mujer mientras volvía a llorar.

- ¡Gracias a Dios! No sabes lo angustiados que estábamos.

-Me lo puedo imaginar, ya le dije que lo que hizo estuvo mal, que tuvo que darles la dirección de su casa, sin embargo... el niño escuchó a Craig y tenía miedo de quedarse con él. -Un sonido de silencio completo se escuchó del otro lado, no sabía si la señora Laura aun lo escuchaba. -León, ven a hablar con tu abuelita para que vea que estas bien.

El rubio le dio su teléfono al rubio que solo asintió mientras se acababa su lechita que le había hecho su mamá.

- ¡Abuelita! Estoy con mami. -Aseguró el niño escuchándose alegre. -Yo... no quiero volver si mami no está, papi es un monstruo.

- ¡León! Quedamos que tú papá lo hace por tu bien y no es un monstruo.

- ¡Quiere alejarme de mami!, ¡No quiero perder a mami de nuevo!... Mami dice que tengo dos mamis, que mami solo está conmigo porque mi mami se lo encargó, ¿por qué papi me quisiera volver a quitar a mami? -Nuevamente la línea quedo en completo silencio y Tweek ya dudaba que los oyeran. -Abuelita, dile a papi que me quedaré con mami ¿vale?

-León, tienes que volver a la mansión. -Tweek le quitó el celular a León. -Laura yo lo llevó en un momento, tengo que atender mi negocio... Dios creo que no nos están escuchando León jajajaja, bueno, cuando lleguen o lleguemos a la mansión hablamos y así evitamos que tu abuela se enteré de cómo le dices a tu papá.

Tweek colgó sin entender muy bien que estaba pasando, sin embargo, del otro lado de la línea, realmente habían puesto el altavoz a Tweek y todos habían escuchado la conversación. Tricia, Laura, Craig e incluso Clyde que llegó corriendo cuando escuchó los gritos y las patrullas estaban ahí con la cabeza baja, sin saber que decir.

-Voy por él. -Dijo Craig pero su hermana lo detuvo.

-No, espera.

- ¡Eres un imbécil! -Clyde por fin estalló. -No se porque demonios mi hermano se enamoró de ti.

Clyde era un pacifista en potencia, por eso tomo de sorpresa a todos, la reacción del hombre era completamente llena de furia y no era para menos, era increíble que un chico que tenía meses cuidando a León tuviera un lazo más fuerte que León con su padre biológico.

-Clyde. -Laura intentaba tranquilizar al chico.

- ¡No! Este cabrón se la pasa encerrado en su estúpida burbuja creyéndose la verga cuando no es así. Quitaste todas sus fotos, lo apartaste de su memoria y ahora el señorito se emputa porque su hijo no recuerda a su madre, ¡Como León va recordar a Thomas si no hay nada de él aquí ya! Su único recuerdo es el aroma que tenía y probablemente una imagen borrosa de él y ¡pues claro que va a ver en Tweek a su madre!

- ¡Y tú estás bien con eso!

- ¡Claro que sí animal! ¿A poco crees que no sabía sobre sus salidas nocturnas? Tweek lo cuida incluso cuando no debería ya cuidarlo, lo trae cargando y resguardándolo cuando no debería y lo ama, porque todo lo que hace por León es amor, en un estado puro y si tuviera que abogar por quien se quedará la custodia, ¡abogaba por él! Aunque mi hermano me miente la madre desde el cielo... ¿¡Cómo puedes hacer que tu propio hijo te llama monstruo Craig!?

Pequeños MilagrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora