Genjitsushugisha no Oukokukaizouki

Aisha: Día de Partida

Sucedió en la vasta región boscosa al sur del Reino de Elfrieden, también conocida como el Bosque Protegido por Dios.

Este bosque, que se dice que está protegido por una bestia divina, también era el dominio de los elfos oscuros.

Con gran destreza marcial, se enorgullecían de su papel de protectores del bosque y se consideraban a sí mismos como personas que vivían y morían con el bosque. Ellos no socializaron con otras razas, y, aunque eran parte del reino, eso fue sólo porque habían determinado que, si el reino caía, el Bosque Protegido por Dios estaría en peligro.

Sin embargo, recientemente, la situación en el bosque había cambiado. Por lo general, la entrada al Bosque Protegido por Dios estaba prohibida para todos excepto para los de la raza elfa oscura, pero ahora los miembros de otras razas en el reino habían comenzado a invadir. La causa de esto fue la crisis alimentaria que surgió después de la aparición del Dominio del Señor Demonio. Otras razas cercanas, que luchaban por encontrar algo para comer, habían comenzado a entrar en el bosque en busca de su recompensa natural.

Sin embargo, la recompensa del bosque no estaba exenta de límites. Los elfos oscuros podían entender que la crisis alimentaria estaba dificultando la vida de estas personas, pero necesitaban la generosidad del bosque para mantenerse. Como resultado, hubo enfrentamientos en las afueras del bosque entre elfos oscuros, que se protegían contra la intrusión, y miembros de otras razas, que intentaban entrar al bosque.

Si se dejaba que las cosas siguieran su propio curso, existía el riesgo de que esto se convirtiera en un conflicto armado mayor. Algo tenía que hacerse.

Habiendo resuelto hacer justamente eso, una joven estaba a punto de partir del bosque.

                                                                                      ◇ ◇ ◇

—Adiós, padre. Volveré pronto —dijo una chica de piel marrón clara que parecía tener 18 o 19 años, arrojando una gran espada sobre su espalda.

Esta era Aisha Udgard, la única hija de Wodan Udgard, jefe de la aldea de los elfos oscuros.

—Juro que saldré victoriosa en el torneo de artes marciales y me presentaré ante el rey — agregó Aisha, golpeando su pecho una vez con orgullo.

Recientemente, parecía que el trono había pasado de un rey a otro. Más aún, habían oído que el nuevo rey ahora estaba lanzando una amplia red en busca de personas con talento. Como parte de ese proceso, celebraría el Torneo de Artes Marciales del Mejor en el Reino, donde los luchadores competirían para demostrar su talento de habilidad marcial. Si ella ganara este torneo, ella podría asistir a una ceremonia de premios celebrada por el mismo rey. En otras palabras, ella podría encontrarse con el rey en persona. Si tuviera esa oportunidad, podría apelar sobre la difícil situación del bosque.

Los enfrentamientos ya están empezando a escalar más allá de lo que podemos manejar nosotros mismos. ¡Debo hacer que el nuevo rey tome medidas para evitar intrusiones!

Ese era el plan de Aisha.

—... ¿Debes ir? —Mientras la observaba irse, Wodan parecía preocupado.

—Una apelación directa al rey será vista como una afrenta. Este joven, Souma, acaba de tomar el trono. No se sabe qué decisión tomará. No hay necesidad de que vaya una joven como tú, ¿verdad?

Al ver la preocupación de su padre, Aisha negó en silencio con la cabeza.

—Padre, sabes lo capaz que soy en la batalla. Soy la más fuerte de nuestro pueblo. Debería ser posible para mí ganar el torneo y reunirme con el rey. Allí, apelaré directamente sobre la difícil situación de nuestro bosque.