Jungkook dejaba definitivamente a su socio y amigo, Kim Namjoon, a cargo de todo en la empresa, ya no podía irse, definitivamente ya no podría, antes lo hacía para no tener altercados con Jimin, porque antes los tenían y muchos, pero esta vez todo era diferente, tenía un hijo y ahora tenía a su amor en espera de otro, no podría alejarse aunque Jimin se lo pidiera.
El mayor no se la creía, estaba feliz, había días que despertaba y veía a Jimin junto a él y se enamoraba cada vez mas. Desde que supo que serían papás nuevamente y cuando Jimin aceptó su propuesta de enamorarlo no había querido separarse de él, se quedaron ambos en la habitación de Jimin, muchas veces SeoHyun amanecía con ellos en la cama y al verlos ahí, a ambos abrazados sentía su pecho inflado de felicidad y orgullo.
Nunca se cansaría de agradecerle a su padre lo que hizo, lo hizo de manera equivocada, pero el hacerlo derivó en que el ahora tuviera esa enorme felicidad que sentía en su pecho.
Jimin por su parte estaba confundido, no sabia si amaba al pelinegro o no pero lo que se sabia es que no perdía nada con intentarlo y aunque le costaba estaba po viendo de su parte, no era fácil confiar de nuevo cuando había tenido un pasado tan doloroso en pareja y menos era fácil al recordar la relación que tuvo con Jungkook antes de que todo eso del embarazo llegara.
El mayor lo consentía, iba al pueblo a traerle dulces y le preparaba comidas deliciosas, incluso se llevaba a hyunie a pescar y le preparaba ricos pescados asados cuando el antojo lo atacaba, Jimin amaba esa atención y esos detalles y solo por eso sabía que Jungkook merecía que el también pusiera de su parte.
Pero Jimin no había dejado de ser quien era ni lo haría y Jungkook lo sabía, él se iba todas mañanas a dar sus rondas en la camioneta de la hacienda y siempre iba armado.
Esa mañana Jungkook regresó de ir a dejar a su hijo al preescolar y cuando preguntó por Jimin la cocinera le dijo que había ido al campo a revisar los sembradíos de fruta porque habían resultado dañados y querían ver si eran animales o alguien de algún rancho vecino.
Cuando Jungkook llegó junto a Jimin, lo hizo montando a Emperador, porque sí, de la nada el animal se había dejado amansar por él también así que ya ambos disfrutaban de cabalgatas suaves diarias. Pero esa mañana la cabalgata no fue lenta, tenían que llegar rápido a acompañar a Jimin.
Vieron la camioneta y a Jimin viendo a lo lejos con unos binoculares.
. Amor ¿Qué haces? Deberías estar descansando.
. Oh vamos – Jimin se río de la preocupación del mayor – estoy embarazado no enfermo. ¿Dejaste bien a Hyunie?
. Si amor. – Jungkook se paro detrás de Jimin con las piernas abiertas para estar más a la altura de Jimin y recargó en su hombro su barbilla pasando sus manos por su vientre haciendo círculos con sus pulgares mientras le daba un beso en su mejilla. - ¿Qué haces precioso?
Jimin aún no se acostumbraba a esa melosidad del mayor pero trabajaba en ello y de forma natural, soltó un lado de los binoculares y llevó su mano a la mejilla de Jungkook para acariciarla con las yemas de sus dedos.
. Estoy cazando hienas. - contestó con tranquilidad.
. ¿Hienas? Pero de que hablas amor aquí no hay hienas. – Jungkook se carcajeo bajito besando el cuello de su pequeño.
. Shhh, mira. – Jimin le pasó los binoculares a Jungkook y él se fue hacia la camioneta. – había pensado que eran animales pero ahora veo que no, son los trabajadores del rancho de el señor Cha, ese bastardo me quiere echar a perder la cosecha.
Jungkook estaba entretenido viendo como los hombres empezaban a golpear las frutas con palos, cuando de pronto escucho el chasquido de un arma, una escopeta más específicamente. Y cuando dirigió su mirada a Jimin lo vio con la escopeta viendo por la mira y sin piedad uno a uno los hombres fueron cayendo.
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El Único Para Mí 💫
RomanceUna historia que estuvo destinada a suceder incluso antes de que siquiera cruzaran la primera mirada... Jungkook no esperaba lo que encontraría al regresar a su hogar. Jimin no sabía nada de lo que pasaría en el futuro con el hijo del hombre que lo...