OLIVER
Otra noche perdida delante del temible papel en blanco, bueno más bien frente a la pantalla del ordenador, el cursor parpadea a la espera de que yo escriba algo interesante <<Joder con el puto bloqueo>>, me lamento.
Estoy tan desesperado que paso mis manos una y otra vez por la cabeza, como si este gesto activara la creatividad de forma automática. Me levanto, camino hacia la cocina y abro la nevera en busca de una cerveza que bebo compulsivamente, la segunda algo más calmada y una tercera ya estirado en el sofá.
Cuando abro los ojos la televisión reproduce una película de los años ochenta, acababa de empezar y ya sé de qué va.
Me paro a pensar en lo que realmente debería estar haciendo, pero como no se me ocurre nada que escribir, no voy a moverme de la postura tan cómoda en la que me encuentro. << ¿Qué puedo perder sí la veo?>>, una voz dentro de mi cabeza me contesta. <<Tiempo, ese que no puedes desperdiciar>>, ahí está el Oliver tocacojones. <<¡Ya!, pero este tocacojones ha escrito el libro más vendido de este año, no lo olvides>>, me dice enfadado, <<él tiene razón>>.
No tengo ganas de entrar en una discusión conmigo mismo así que presto toda mi atención a la película y mí yo crítico se enoja y desaparece. <<Has hecho bien>>. Escucho a mi yo indulgente hablarme.
—¡Lárgate! —digo en voz alta.
Me estiro para coger el móvil del bolsillo de mi pantalón tejano y tecleo, quiero saber el reparto, a ella ya la conozco de otras películas, él me suena de algo y no sé de qué y el tercer protagonista llamado ratón tiene la misma cara que cuando lo vi en Juegos de Guerra.
De nuevo me arrellano en el sofá atento a lo que pasa en la pantalla, ella está espectacular y él, aunque no tengo criterio para saber si es o no atractivo, sí que puedo decir que tiene cierto porte vestido de negro, su pelo rubio y ojos azules lo destaca como galán, aunque se le ve mayor que ella.
En ciertos momentos de la película me transmite la angustia que siente, al igual que su perpetuo enfado. Me sumerjo en la película olvidando el que tendría que estar frente al ordenador tecleando sin parar, por lo que dejo que mi mente tome el control y siga vagueando, quizás sea el efecto del alcohol que he tomado.
<< Si yo pudiera...>>NATALY
No sé si estaba más enfadada con él o con el hecho de qué me engañó con la persona que tantas veces me negó. He pedido unos días libres, todavía no puedo creer lo que sucedió y no se sí podré volver a trabajar cómo si nada hubiese pasado, de todas formas, sólo Victoria sabía que salíamos juntos, aunque no puedo quitarme de la cabeza el haberlo pillado con los pantalones bajados y envistiendo a...
<< ¡Basta ya!, recordarlo no es la mejor opción, ni cambia nada de lo ocurrido>>, me habla mí yo crítico.
—¡Joder!, duele y mucho —. Le contesto abatida.
Sabía de la existencia de los amigos invisibles, de niña solía jugar con ellos, era divertido tener diferentes personalidades e interactuar con todas ellas. Ahora ya no me lo parecen tanto, tengo la versión crítica y la condescendiente y las odio a las dos.
Cojo un refresco de la nevera y me siento cómodamente en mí sofá, acciono el mando de la televisión y busco el canal melancolía, no me importa la programación, simplemente quiero que mis pensamientos dejen de molestarme durante un rato.
—¡Mierda, mierda!, y... Lady Halcón..., qué más da.
Me acomodo y sumerjo en la historia y cuando llega el momento eclipse suspiro..., <<si yo pudiera...>>La programación en ambas casas se fundió a negro a altas horas de la noche, Oliver dormía en el sofá. Al otro lado del descansillo en la vivienda de enfrente Nataly lo hacía en el suyo.
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Lady & Marrón
Genç Kız EdebiyatıUna noche dos desconocidos que viven en el mismo rellano están viendo Lady Halcón, al acabar la emisión de la película ambos formulan la misma frase deseando mejorar sus situaciones. Para Oliver es primordial empezar su segunda novela, tras un éxit...