Cap 41

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Después de un largo día de exploración y risas, el grupo finalmente se retiró a sus tiendas de campaña, exhaustos pero felices. Samara, sin embargo, no se sentía cansada. Estaba sentada al borde de la fogata casi apagada, mirando las estrellas, cuando Alex se acercó y se sentó junto a ella en silencio.

Alex: (mirando el cielo) Es increíble, ¿no? Parece que podrías perderte en ellas.

Samara: (sonriendo suavemente) Sí, me encanta cómo se ven en un lugar como este, sin luces de la ciudad.

Por un momento, los dos se quedaron en silencio, solo disfrutando de la tranquilidad del momento. Aunque siempre habían sido amigos cercanos, había algo diferente en el aire entre ellos esa noche.

Alex: (rompiendo el silencio) He estado pensando en cómo han cambiado las cosas este último año. Hemos vivido tantas aventuras juntos, y a veces me pregunto cómo sería si...

Se interrumpió a mitad de la frase, claramente inseguro de si debía continuar.

Samara: (mirándolo con curiosidad) ¿Si qué, Alex?

Alex: (inspirando profundamente) Si fuéramos algo más que amigos. Sé que siempre hemos sido cercanos, pero estos últimos meses, he sentido algo diferente. No quiero estropear lo que tenemos, pero tampoco quiero quedarme con la duda.

Samara lo miró, sorprendida pero también emocionada. Había sentido algo similar, pero nunca lo había mencionado, temerosa de que sus sentimientos no fueran correspondidos.

Samara: (tomando aire) Yo también he estado pensando en eso. Nunca quise decir nada porque no quería complicar las cosas entre nosotros. Pero si te soy sincera... creo que siento lo mismo.

Alex sonrió, aliviado por sus palabras, y lentamente tomó la mano de Samara. Era un gesto pequeño, pero cargado de significado. Los dos se quedaron así por un momento, disfrutando de la calidez que se transmitía entre ellos.

Alex: (en voz baja) Entonces, ¿tal vez podamos ver a dónde nos lleva esto?

Samara: (sonriendo) Me encantaría.

A partir de ese momento, las cosas entre Alex y Samara comenzaron a cambiar. Aunque todavía mantenían su amistad fuerte y las bromas constantes, había una nueva capa de complicidad y cariño entre ellos. Ya no era solo una amistad; se estaban embarcando en algo más profundo.

El grupo no tardó en notar los pequeños cambios: cómo se miraban, cómo Samara y Alex encontraban maneras de estar cerca el uno del otro sin que pareciera planeado. Durante el viaje, Lee y Danny intercambiaban miradas cómplices, sabiendo que algo estaba sucediendo.

El verdadero cambio ocurrió una tarde mientras el grupo exploraba un pequeño sendero cerca de un río. Después de una caminata particularmente difícil, Samara y Alex se separaron del grupo, buscando un lugar tranquilo donde pudieran descansar. Encontraron un pequeño claro junto al agua, y se sentaron en una roca, mirando el reflejo del sol en el río.

Samara: (riendo suavemente) Este lugar es increíble. Es como si estuviera hecho solo para nosotros.

Alex: (con una sonrisa) Sí, tienes razón. Se siente... perfecto.

Sin pensarlo demasiado, Alex se inclinó hacia ella, y antes de que cualquiera de los dos pudiera dudar, se besaron. Fue un beso suave, lleno de la ternura de dos amigos que finalmente habían reconocido lo que sentían el uno por el otro.

Cuando se separaron, Samara sonrió tímidamente, pero había una felicidad palpable en sus ojos.

Samara: (en voz baja) Creo que esto es el comienzo de algo bueno.

Mi vida con los chicos WalterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora