Vuelta a casa

1 0 0
                                    

Una semana más tarde, los chicos terminaron su viaje por Europa y regresaron a casa llenos de historias, experiencias y recuerdos inolvidables. Cuando entraron en la casa de los Walter, el aire estaba impregnado de una mezcla de aromas que prometían una deliciosa comida familiar. Katherin los había estado esperando con una sorpresa muy especial.

Katherin —(con una gran sonrisa) ¡Chicos! ¡Vengan al salón! Tengo algo increíble que mostrarles.

Los chicos se miraron intrigados, dejando las maletas a un lado mientras se dirigían al salón. La emoción crecía a medida que se acercaban, preguntándose qué podría ser.

Al abrir la puerta, todos quedaron boquiabiertos. La sala estaba decorada con globos, serpentinas y una gran pancarta que decía "¡Bienvenidos de vuelta!". T/n y Cole aparecieron justo en ese momento, sonriendo y saludando a todos.

T/n —(con entusiasmo) ¡Sorpresa!

Todos estallaron en risas y aplausos, felices de ver a la pareja nuevamente.

Samara —(corriendo a abrazar a T/n) ¡No puedo creer que estén aquí! ¡Los extrañamos tanto!

Jackie —(abrazando a Cole) ¡Esto es increíble!

Katherin —(con una mirada satisfecha) Quería que tuviesen una bienvenida especial, como se merecen.

Después de los abrazos y las charlas llenas de emoción, todos se acomodaron en la mesa, lista para una comida familiar. Los platos estaban llenos de las delicias que Katherin había preparado, y el ambiente estaba cargado de risas y anécdotas.

Durante la comida, la conversación fluyó entre risas y recuerdos de los viejos tiempos. T/n y Cole contaron historias de sus aventuras, y los chicos compartieron lo que había pasado en sus vidas durante la ausencia de la pareja.

Danny —(entre risas) ¿Y cómo es que no les dio miedo estar en una ciudad desconocida?

Cole —(riendo) ¡Al principio un poco! Pero la emoción de descubrir nuevos lugares y culturas lo superó.

Mientras comían, Katherin propuso un brindis.

Katherin —(levantando su copa) Por la familia, por las aventuras, y por la maravillosa vuelta a casa de T/n y Cole. ¡Que sigan las historias y las risas!

Todos levantaron sus copas y brindaron, sintiéndose agradecidos por el tiempo juntos y por los lazos que nunca se romperían.

Al finalizar la comida, se sintieron más unidos que nunca, sabiendo que cada momento juntos era un tesoro que atesorarían en sus corazones.


Después de la comida, todos se trasladaron a la sala de estar, donde el ambiente era perfecto para una tarde de risas y recuerdos. T/n y Cole se acomodaron en el sofá, rodeados de sus amigos y familiares, listos para escuchar las anécdotas de los chicos sobre su viaje por Europa.

Samara —(con emoción) ¡Tienen que contarnos sobre París! ¿Fue tan romántico como dicen?

T/n —(con una sonrisa) ¡Sí, pero lo más divertido fue perderse en las calles! Terminamos en una pequeña cafetería donde nos sirvieron el mejor croissant que hemos probado.

Cole —(riendo) ¡Y no olvidemos el momento en que intenté pedir en francés y terminé hablando en español! La cara de la camarera fue impagable.

Todos se rieron, disfrutando de las historias de las pequeñas aventuras y desventuras que habían vivido.

Danny —(con picardía) Pero, ¿cuál fue la mejor parte del viaje? ¡Cuéntennos el chisme!

T/n —(mirando a Cole) Bueno, hubo un momento muy especial en Santorini...

La mirada entre T/n y Cole hizo que todos se inclinaran hacia adelante, llenos de curiosidad.

Cole —(tomando la mano de T/n) Fue cuando decidí proponerle matrimonio otra vez. Quería que fuera un momento inolvidable y lo fue.

Katherin —(con una sonrisa) ¡Amo eso! ¡Me alegra que tengan tantos momentos hermosos juntos!

La conversación se desvió a las relaciones de los demás, y cada uno compartió lo que había estado sucediendo en sus vidas. Samara y Alex, ahora en una relación más sólida, intercambiaron miradas de complicidad que no pasaron desapercibidas para el resto del grupo.

Jackie —(con una sonrisa pícara) ¿Y qué hay de ustedes? Samara, ¡tienes que contarles sobre Scooby-Doo!

Samara —(riéndose) Oh, claro. Alex me sorprendió con un gran danés. ¡Es un terremoto! No para de correr por la casa.

Alex —(defendiéndose) ¡Él es muy travieso, pero también adorable!

La tarde continuó entre risas, anécdotas y una sensación de camaradería que solo se fortalece con el tiempo. A medida que la luz del día comenzaba a desvanecerse, T/n miró a su alrededor, sintiendo una inmensa gratitud por estar rodeada de las personas que más amaba.

T/n —(sonriendo) Esto es lo que más extraño cuando estoy de viaje. La familia, las risas, las bromas...

Cole —(asintiendo) No importa dónde estemos, siempre volvemos a esto, a la familia.

La noche continuó con juegos de mesa, música y una conexión que se sentía palpable. Mientras el reloj avanzaba, se dieron cuenta de que, aunque el mundo era vasto y lleno de posibilidades, siempre había un lugar al que podían regresar: el calor del hogar y el amor de su familia.

Finalmente, cuando el cansancio comenzó a apoderarse de ellos, todos se despidieron, dejando el salón lleno de risas y promesas de nuevas aventuras. T/n y Cole se sintieron felices, sabiendo que habían vuelto a casa, pero también sabían que sus corazones siempre estarían abiertos a explorar nuevos horizontes.

Al irse a la cama esa noche, T/n y Cole se miraron con complicidad, sonriendo ante la idea de las aventuras que aún les aguardaban, tanto dentro como fuera de su hogar.

Mi vida con los chicos WalterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora