Capitulo Doce.

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Conocer a Vegapunk fue un evento extraño en su vida, el hombre parecía más un científico loco que un modista, vestía genial, debía de admitirlo, al parecer, fue amigo de Dragon, Luffy no pareció interesarle el tema, era divertido verlo evitar por todos los medios hablar del hombre misterioso.

-Me gusta su boina de manzana.

-es divertida, shishishi.

Tres días habían pasado, se había encargado de reunir mucho valor para esa noche, él y Buggy se habían encargado de planear algo, Trafalgar odiaba lo extremadamente romántico y Buggy sabía que su hijo se reiría si le daban algo así, así que decidieron por un plan causal, salir a caminar, comer algo... estaban en la ciudad de la moda, todo era hermoso ahí, habían encontrado un lago artificial que estaba rodeado de bosque, mesas y luces enredadas en las ramas y bases de los árboles, dándole un toque tranquilo al lugar.

Le gustó, por ahí caminaban ahora, hablando de lo increíble que era la ciudad, habían visto más robots que humanos y aquello les dio gracia, Luffy mencionó que Franky parecía uno de ellos, sonrieron con diversión y siguieron hasta tomar lugar a la orilla del gran lago, las luces de las estrellas y luna se reflejaron en las aguas tranquilas.

Jamás pensó necesitar la ayuda de su aún no suegro para poder sincerarse de manera clara con Luffy, pero su padre estaba en una misión incomunicado, Kid era un idiota mujeriego enamorado de Killer sin admitirlo aún, monet era una lesbiana desdichada y finalmente su amiga estudiante de ginecólogia no le interesaba nada del amor, era un alma libre. Suspiro nervioso, tenso, mirando a su presa comer aquel palillo de pulpo entretenido.

Ahí, frente a aquel lado, se dio cuenta que sus sentimientos jamás habían sido tan claro, pasó meses enamorandose de él, semanas observandolo, días queriéndolo, horas pensándolo, minutos a su lado y segundos suspirando por él.

Todo por él.

Trafalgar Law jamás había pensando estar tan nervioso aún cuando sabía que era altamente probable que sea sumamente correspondido, y es que; Si llego a gustarle alguien alguna vez, jamás hizo algo por mantener ese interes, las personas en las que se lleegl a fijar simplemente no eran él.

No eran capitanes de su barco.

Y nadie más que Luffy podría serlo jamás.

El chiquillo había llegado a su vida de repente, como el viento helado que entra por la ventana, no sólo había chocado contra su pecho sino también contra sus defensas, contra el hielo que protegía su corazón, luchando contra su insomnio, obligandolo a soñar con ellos corriendo por el parque y no donde su futuro se despedaza, no donde nunca cumple su sueño, no donde vuelve a estar rodeado de llamas y gritos aterrados.

Había llegado a sacarlo de un profundo mar de oscuridad en el que ni siquiera sabía que estaba, hundido con el peso de todo y nada, del aburrimiento y su rutina tortuosa de siempre, al mismo tiempo llegó tranquilo, sereno, y Law no fue capaz de sospechar que despertaría su lado más vulnerable con él. Porque si Luffy se lo pidiera, sería capaz de cualquier cosa, volverse religioso o incendiar el país, lo haría. Sólo por él.

En algún momento, llegaron al punto que, sin pedirlo, ambos fueron sinceros con ellos mismos, hablando sobre sus miedos y pasados grises. Lo quiso aún más, al saber lo fuerte que había sido, su pequeño valiente había sido usado, engañado y abandonado luego. Tenía un padre cruel, y se preguntó, ¿como podía dejarlo? Siquiera, ¿como fue capaz de pensarlo? Él jamás pensaría en alejarse de Luffy, ni estando muerto, probablemente su alma buscaría al montito y se pegaría a su lado en el camino.

Dragon un día simplemente decidió que no podía ser padre, y se fue, dejando a su hijo con su padre, un hombre que tampoco supo nunca criar a nadie, a base de golpes y regaños el espíritu brillante del niño no se quebró, pero lo hizo cuando fue obligado a dejar de ser feliz por un tiempo, Luffy, era el sinónimo de libertad que todos debían conocer, y para él, ser arrastrado y encerrado era uno de sus peores miedos. El no poder equivocarse y obligarse a ser perfecto lo aterraba, se negaba a seguir el camino de un vil perro que solo sigue ordenes de hombres aún más viles.

El capitán de corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora