El capitán de corazones.

Capitulo tres.

Luffy lo miro a la lejanía, sonriendo emocionado, apunto de salir corriendo a toda velocidad hacia Torao, de no ser por Nami, quien, lo sostuvo de los hombros, obligandolo a permanecer en su lugar.

—¿Que te traes con Trafalgar de segundo año? —La pregunta lo hizo reír completamente nervioso, todos sus amigos voltearon hacia él, Zoro le miro con una ceja alzada, aclaro su garganta.

—¿Torao? ¡Es mi amigo!

¡No mentía! Pero sabía que sus nervios sin fundamento lo delataban de alguna manera, aún no encontraba la respuesta de sus emociones hacia Torao simplemente le gustaba estar con él, lo calmaba, y al mismo tiempo, lo llenaba de emocion, le gustaba cuando lo usaba para estudiar, era una charla entretenida donde aprendía nuevas cosas, al gracias a sus preguntas, law lograba aprender mejor, se sentía orgulloso.

Robin sonrió, mirandolo, ella le daba miedo, sentía que le miraba el alma y podía descubrir incluso sus más grandes miedos. Se removió, ansioso, miró en el lugar donde anteriormente estaba Law, solo para decepcionarse al ver que ya se había ido, miró juzgante a Nami, para luego dejarse caer nuevamente.

—Yo creo que a ese chico le gustas, Luffy. —Se levantó, el comentario de Sanji lo hizo negar, sonrojado hasta las orejas.

—¡No, no! ¡Torao es mi amigo! ¡es muy inteligente, y muy amable! —Pensó que estaba perdido, pues recordar que prácticamente había robado la camisa de Law, lo hacía querer derretirse y sonreír como un tonto sin reparos, aun puede escuchar las quejas del mayor cuando determinó que no le regresaría la camisa hace una semana, argumentando que le había gustado y se le veía mejor a él seguro.

Río, sin poder contenerse, se sentía en las nubes, la sensación le recordó su antigua relación, aquel pensamiento lo hizo desviar su atención a Zoro, y una punzada de dolor llegó a su corazón.

Si Zoro lo remplazo, ¿Law también lo haría? Negó, ¿pero en que estaba pensando? ¡Torao era su amigo! asintió, convenciendose de eso, no necesitaba que dañaran su corazón otra vez, Law parecía ser una venda para su alma quebrantada.

Salió de sus pensamientos cuando alguien tocó su hombro, echo hacia atrás la cabeza, observando a Torao.

—¡TORAO!

—¡No grites, idiota, estoy aquí! —La escandalosa risa del menor estalló, haciendo que soltara un suspiro, ocultando su sonrisa.

Luffy miro a sus amigos, y riendo por lo bajo, tomó su mochila para luego salir huyendo del lugar, arrastrándo al estudiante de medicina con él.

El grupo se miro entre sí, para negar con diversión, pero al mismo tiempo, se dedicaron miradas preocupadas.
El corazón de luffy había sido destrozado una vez, por su primer amor, y, apesar de las afirmaciones del líder de estar bien y haberlo superado, para los demás era evidente que había una brecha que debía curar.

Lo habían visto rechazar a incontables personas, Robin, era quien sabía más que todos el sentimiento que llenaba el pecho del pequeño sol.

Soltaron un suspiro.

Te tenemos en la mira, Trafalgar Law.