El capitán de corazones.

Prólogo.

Todo fue un jodido y asqueroso cliché, pero jamás en su vida su corazón se había acelerado tanto como cuando ese pequeño levantó la mirada, y fue ahí, donde se dio cuenta que le habían robando, más bien, su corazón era un barco, y él, su capitán.

Law se asusto, temió por su corazón, el mundo era un lugar injusto lleno de gente cruel, había aprendido la lección, pero cada vez que ese chico le atrapaba mirandole, le regalaba la sonrisa más hermosa que había visto en su vida, e inmediatamente, sería capaz de confiarle todo con los ojos cerrados.

Y muy decidido–tal vez no tanto–prometió que no seria un cobarde con él, dejó de lado sus miedos solo por esos ojos oscuros, que brillaban tanto como un sol, pero su pobre corazón fue estrujado al enterarse de todos los temores del lindo chico que no salía de su cabeza por más que lo intentara, convencido de poder ayudar, se había ido involucrando en la vida del menor, con todas las intenciones de hacerle ver lo hermoso y suficiente que era.