Todo fue un jodido y asqueroso cliché, pero jamás en su vida su corazón se había acelerado tanto como cuando ese pequeño levantó la mirada, y fue ahí, donde se dio cuenta que le habían robando, más bien, su corazón era un barco, y él, su capitán.
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"Bienvenida a los nuevos novios" es lo que decía el jodido cartel blanco con letras rojas e imágenes de ellos juntos, dicho cartel estaba sobre la mesa en la que se supone que iban a desayunar tranquilamente con el resto del equipo. Miro a su suegro con un ojo amenazado salirse de su cuenca, tenía unas increíbles ganas de enrollar sus manos al rededor del cuello contrario y apretarlo hasta dejarle el cuerpo del mismo color que su cabello. Se limito a sonreír al escuchar las carcajadas de Luffy, mismo que lo arrastro a la mesa.
-Son todos unos metiches. -Se sentó junto a su padre, obligando a Law a sentarse a su lado, desganado, todos los veían con atención, esperando la obvia noticia.
Luffy lo miro, dándole el honor de anunciar su nueva unión, cosa que lo puso nervioso, disimulo desviando la mirada. Quería sonreír, quería gritar y agradecerle a Zoro por ser un jodido tonto y dejar a alguien tan maravilloso como lo era el pequeño, era suyo, no estaba destinado a estar con él peliverde, lo miro de reojo, contento.
《Mi novio... 》Aún le era algo bastante difícil de procesar, es decir; su crush ya no era solo un crush, sino que ahora sería parte de su vida cotidiana, la persona a la que tendría que cuidar con esmero, a la que podía besar y abrazar siempre que quisiera. Lucia más bien como un sueño y una pesadilla, ahora sus sentimientos tenían dueño, sus acciones limitaciones y sus sonrisas le pertenecían solo a una persona.
Eso del compromiso siempre le asusto, ¿Quien querría dejar de ser libre por amar a alguien? Se encontró llamándose tonto a sí mismo, era libre estando con Luffy, él lo hacía volar entre nubes de ilusiones y llenas de emoción, le gustaba ser solo de él, ¿un prisionero de amor? Sí, su condena era cadena perpetua por amar con devoción al pequeño a su lado.
-Somos novios. -Los gritos de Buggy y Brook no se hicieron esperar, Robin sonrió entre risas.
-Felicidades. -La tosca voz de Zoro se escucho entre la conmoción, Luffy dejo de reír para mirarle.
-Gracias.
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Faltaba solo un día para su regreso a la ciudad, se encargo de recorrer toda la ciudad desconocida con su novio, divirtiéndose en el proceso. Había descubierto toda la libertad que le faltaba antes, cuando deseaba abrazar a Torao y se contenía para no incomodar, ha decir verdad, le era algo sorprendente y divertido conocer la nueva faceta del hombre con porte de mafioso que caminaba a su lado.
Pues, ese hombre lleno de tinta en la piel, y mirada fulminante, era un completo oso de peluche, le gustaba más el contacto físico de lo que pudo haber imaginado, incluso se contuvo a darle cariño en los primeros momentos, pero cuando fue él quien se acurrucó a su lado buscando mimos, se puso contento de poder ser un empalagoso.
Se encontraba extrañandolo, su padre había secuestrado al pobre, con una excusa barata sobre ayudarlo con algunos papeles, se lo llevó y ahora caminaba solitariamente por las calles, pasando por tiendas y entrando en algunas, cruzando parques realmente lindos y tomando fotos a todo aquello que le parecía interesante.