El Hilo del Destino

Capítulo 3

Capítulo 3

POV Gala

Abro la puerta de mi departamento con una mezcla de nervios y emoción. Siempre he sido muy protectora de mi espacio personal, tanto que pocas personas han cruzado este umbral, y mucho menos aquellas con las que salgo. Solo Barbara fue la excepción, pero, como era de esperarse, las cosas no terminaron bien. Este lugar es como mi santuario, y compartirlo es algo que suelo evitar. Sin embargo, Karime tiene esa forma de ser tan natural y despreocupada que, por primera vez, siento que realmente quiero dejar que alguien entre en este espacio tan íntimo para mí.

—No te fijes en el desorden —le digo, un poco avergonzada y con las mejillas encendidas. Estos últimos días han sido una locura, y la señora Rebe, quien me ayuda con la limpieza, recién vendrá mañana. Karime sonríe de una manera que me calma un poco, y de inmediato me siento más cómoda.

—¿Prefieres ver la película en el sofá o en el cuarto? —le pregunto, tratando de restarle importancia al nerviosismo que siento.

—Vamos a tu sofá —me responde con una sonrisa tranquila que parece entender perfectamente lo que significa este momento para mí. Me relajo y dejo escapar una pequeña risa cuando, con su tono juguetón, agrega—: ¿Lista para tu primera vez con Harry Potter? Todavía no puedo creer que mi futura esposa sea tan muggle.

—Estoy lista para la magia —le digo, mirándola a los ojos. Mi respuesta tiene un toque de doble sentido, algo que ambas percibimos y que parece esconder una conexión más profunda, aunque quizás ni siquiera nosotras mismas comprendamos del todo su alcance.

Nos instalamos en el sofá, y la sensación de compartir este momento tan sencillo pero significativo me embarga. Karime se acomoda cerca de mí, casi tocándome, mientras busco la película en la pantalla. Hay una especie de electricidad en el ambiente, una conexión que se siente tanto en el aire como en el roce de nuestras piernas. Pongo la película en marcha, pero mi atención está más en ella que en la pantalla.

Mientras vemos la introducción, Karime me toma la mano y me hace un suave masaje en los dedos. Nos quedamos así, en silencio, pero disfrutando de la compañía mutua, mientras Harry Potter comienza a hechizar la pantalla y, de alguna forma, la atmósfera de mi departamento parece impregnarse también de esa magia.

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—Guapa —la suave voz de Karime me arranca de mi sueño. Abro los ojos y me encuentro con su rostro adormilado mirándome, y la calidez de su cuerpo recostado sobre mí hace que mi corazón lata con fuerza—. Creo que nos quedamos dormidas empezando la segunda película —añade, y el sonido de su voz es un despertar perfecto.

Parpadeo y giro la cabeza para ver el reloj; son las dos de la mañana. Me duele un poco el cuello por haberme quedado dormida en el sofá, pero ni me quejo ni me estiro. La sensación de tener a Karime acurrucada en mi pecho, murmurándome con esa voz suave, hace que todos los pequeños dolores de cabeza de la semana desaparezcan. Solo siento paz.

—Micky me despertó con su llamada para ver si ya venía por mí —me explica, mientras se empieza a levantar con pereza—. Sé que tienes que madrugar mañana, así que mejor me voy a casa.

—¿Vendrá con el chofer? —le pregunto, tratando de disimular mi preocupación—. No quiero que te vayas en la moto a estas horas. Es viernes, y seguro hay un montón de gente regresando de bares en la calle, y es peligroso que se expongan.

Karime sonríe y se encoge de hombros, como si montarse en una moto a las dos de la mañana fuera lo más normal del mundo para ella.

—Mi chofer debe estar en su octavo sueño —me responde quitándole importancia.