Capítulo 11

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Capítulo 11

POV Karime

Veo el coche de Beba alejarse mientras Gala se pierde en la oscuridad de la noche. Estoy congelada en el mismo sitio, como si mis piernas no respondieran a las órdenes de mi mente, incapaz de asimilar lo que acaba de suceder. La incredulidad se apodera de mí. No puedo creer que me haya encontrado con Gala de esta manera tan surrealista y abrupta, después de cinco largos años sin saber de ella más allá de lo que me llegaba a través de redes sociales y las noticias. Ni siquiera sabía que había vuelto al país; la última vez que la busqué, parecía estar inmersa en una gira internacional que la tenía constantemente de un lado al otro.

Recuerdo cada esfuerzo que hice para que mi presencia fuera discreta en su vida sin que ella supiera que aún pensaba en ella. A lo largo de estos años, me aseguré de que, sin importar el lugar o el país, mi flor amarilla llegara a su camerino antes de cada presentación. Era mi forma de recordarle en silencio lo que habíamos compartido, aunque sabía que nunca me había respondido, ni con una palabra ni con un gesto. Aun así, el ritual de enviarle la flor era algo que no podía evitar; era mi manera de seguir cerca de ella a la distancia.

De repente, siento que alguien tira de mi brazo y me saca bruscamente de mis pensamientos. Es Dianna, con la voz empapada de alcohol y los ojos brillantes de una emoción que no logro identificar.

— Entra a bailar conmigo — me dice mientras me empuja hacia el interior del lugar. Hay un tono insistente en su voz que me hace fruncir el ceño — Quiero que Gala me vea bailando en tus brazos— agrega, y la rabia se apodera de mí de inmediato.

—¿Gala? ¿La has visto?— preguntó, y noto que mi tono es más duro de lo que pretendía.

Dianna suelta una carcajada y me observa con una expresión de suficiencia.

— Por supuesto que la he visto. ¿O pensaste que te había traído aquí por casualidad? — Hay algo de desdén en su tono, una especie de burla implícita que solo enciende más mi enojo. — La señorita perfecta, Gala Montes, es la protagonista de la telenovela en la que estoy actuando —

Por un instante, me cuesta procesar lo que Dianna acaba de decir. La sorpresa se mezcla con la frustración y una incredulidad que me deja sin palabras. Gala, protagonista de una telenovela... ¿y aquí, en el mismo país que yo? ¿Por qué no me lo dijo? ¿Por qué Dianna me ocultó algo así? Pero más allá de eso, ¿por qué no mencionó ni una palabra sobre Gala cuando le pregunté sobre el set y sus compañeros?

Ahora todo cobra sentido. Dianna siempre estaba reacia a contarme sobre su día a día en la grabación. Lo atribuía a su costumbre de ser reservada, pero ahora veo que no era simple discreción, sino una omisión calculada. La imagen de Gala en un set de grabación me resulta extraña; ella siempre quiso desligarse del mundo de las novelas. De hecho, aceptó aquella serie en Madrid porque le prometía un impulso hacia su carrera musical y una plataforma para crear la música que tanto soñaba. Sin embargo, aquí está, trabajando en una telenovela, en una dirección totalmente opuesta a lo que me dijo que quería hacer.

Mis pensamientos se ven interrumpidos por Dianna, que sigue mirándome, esperando alguna reacción, algún tipo de respuesta. Pero lo único que siento en este momento es una mezcla de irritación y tristeza.

— Consigue quien te lleve a casa de alguno de tus amigos — le digo finalmente, soltándola y dando media vuelta. Mi tono es frío y distante, incluso para mí. Es la única manera de lidiar con esta confusión que amenaza con derrumbar mi fachada. Siento que necesito aire, espacio... cualquier cosa que me saque de aquí y de la cercanía de Dianna. No estoy segura de lo que Gala significa para mí después de todo este tiempo, pero esta noche ha revivido sentimientos que había intentado enterrar durante demasiado tiempo.

El Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora