El Hilo del Destino

Capítulo 7

Capítulo 7

POV Gala

Los últimos dos meses han sido simplemente maravillosos. Aunque Karime y yo no hemos hablado de formalizar lo que tenemos, es como si ambas supiéramos, sin necesidad de palabras, que estamos juntas desde aquella tarde en su departamento, cuando Norris, su gato antisocial, decidió dormir sobre mis piernas por primera vez. Fue un pequeño gesto que selló un vínculo más profundo, una especie de aceptación tácita que, desde entonces, no hemos cuestionado.

Ambas acordamos mantener nuestra relación en privado. Ni Karime ni yo queremos exponer lo que sentimos a la vorágine de opiniones y comentarios que circulan en redes. Sin embargo, nos divertimos un poco con las teorías locas que nuestras fans han sacado al vernos juntas, especialmente las de las admiradoras del "Team Garime". La mitad del tiempo están especulando si somos mejores amigas o algo más, y aunque a veces dan en el clavo, otras teorías son tan alocadas que no puedo evitar reírme cuando las leo.

Esta mañana, mientras tomo mi café y reviso Twitter, vuelvo a encontrar un hilo lleno de conjeturas, gifs y memes. Sus fans tienen una creatividad infinita, y de alguna manera, me siento parte de este juego sin siquiera participar activamente. Karime y yo subimos una foto juntas una o dos veces a la semana, cenas o algún evento social, pero lo que pasa entre esas cuatro paredes en su departamento, donde prácticamente he vivido estas semanas, es solo nuestro. Con ayuda de Beba, su chofer y confidente, así como de nuestros amigos cercanos, hemos logrado mantener el perfil bajo y evitar que nadie se dé cuenta de que paso la mayoría de mis noches aquí.

Esta mañana en particular me despido de Karime con un beso rápido antes de dirigirme a los estudios de la televisora. Ella se ríe y me dice que debería ir preparándome para algo grande. Beba también ha estado algo raro los últimos días, y sé que eso no es casualidad. Camino con tranquilidad, tratando de no especular demasiado, aunque no puedo evitarlo. Sé que la productora con la que me voy a reunir suele trabajar en proyectos importantes. Quizás podría ser una telenovela.

Pensar en actuar nuevamente me emociona. Aunque después de salir de la Casa de los Famosos había decidido enfocarme en la música, admito que extraño el set, la adrenalina de las escenas y los personajes. La idea de combinar ambas pasiones, actuar y cantar, se siente como un paso natural en mi carrera, y sé que si tengo el apoyo de Karime, cualquier reto es posible.

Llego a la recepción y una asistente me guía hasta una oficina en la esquina del edificio, con una amplia ventana que ofrece una vista impresionante de la ciudad. La productora, una mujer elegante y de porte firme llamada Marta, me recibe con una sonrisa cálida pero llena de energía.

—Gala, querida, qué gusto verte —me saluda con familiaridad, como si ya supiera de antemano que vamos a trabajar juntas. Tomo asiento, y ella me observa con interés—. He seguido tus pasos desde que saliste del reality, y sé que has sido cautelosa con tus proyectos. Pero este... Este es un desafío que creo que no podrás rechazar.

Marta me pasa una carpeta y empieza a explicarme la historia de la telenovela. Se trata de una historia intensa, con toques de drama y música, justo lo que estaba buscando. Mi personaje sería la protagonista, pero, lo que más me entusiasma es la idea de interpretar algunas canciones en la serie. Me imagino ya en el set, metiéndome en la piel de este nuevo personaje, y no puedo evitar sonreír. Esto podría ser todo lo que he soñado.

—Sé que la música es importante para ti, Gala, por eso quiero que tengas libertad creativa en este aspecto —añade Marta—. Quiero que sientas este papel como algo personal, algo que puedas hacer tuyo.

Le doy las gracias, emocionada, y Marta me comenta que el rodaje comenzará en dos meses, con un contrato de exclusividad. El horario será exigente, pero al ver su entusiasmo, sé que no quiero dejar pasar esta oportunidad. Mientras pienso en la manera de organizar mis tiempos, Marta me hace un comentario que me toma por sorpresa.