El Hilo del Destino

Capítulo 9

Capítulo 9

POV Karime

Esta mañana, decido que mi mamá pase el día con Valentina. Le vendrá bien tener a su abuela para ella sola, y yo aprovecharé el tiempo para encontrarme con Dianna en el set. Hoy tenía una prueba para un papel menor en una nueva novela que el canal pretende lanzar el año próximo. Aunque su papel apenas saldrá en unos pocos capítulos, entiendo que es importante para ella; los rumores en la televisora apuntan a que será un verdadero éxito. Se dice que los protagonistas serán rostros frescos, más conocidos de lo que estamos acostumbrados a ver. Los detalles son aún un misterio, pero hay mucha expectativa, y sé que para Dianna es una oportunidad de pisar fuerte en un proyecto relevante.

Sin embargo, mi cabeza está en otra parte. En estas últimas semanas, he notado algo en la relación entre Dianna y Valentina que me preocupa cada vez más. No es la primera vez que siento una barrera entre ambas, pero en los últimos días esa distancia se ha vuelto casi palpable. Cuando adopté a Valentina, sabía que era una decisión completamente mía, y desde el principio, hablé claro con mi hija. Le expliqué que aunque viviríamos las tres juntas, Dianna no sería su mamá, que ella era mi pareja y que, si bien podía llegar a ser su amiga, las responsabilidades y el rol de madre eran solo míos. Lo entendió, al menos en su nivel, y siempre ha sido consciente de esa dinámica.

Sin embargo, lo que más me preocupa es que Valentina, a pesar de su corta edad, ha empezado a notar el rechazo de Dianna. A sus cuatro años, ella es increíblemente perceptiva. Me doy cuenta de que cuando Dianna la ignora o la trata con una frialdad distante, Valentina se encoje y se vuelve más callada. Es un comportamiento sutil, pero suficiente para quebrarme el corazón. He intentado hablar con Dianna varias veces sobre esto, explicarle que, si bien respetaba su decisión de no asumir el rol de madre, debía al menos ser más amable y empática con Valentina. Pero sus respuestas han sido evasivas; siempre se excusa diciendo que "así es ella" y que "no todos sienten la misma conexión con los niños". La diferencia entre mantenerse al margen y actuar con frialdad es significativa, y no puedo evitar sentir que esa barrera se convierte en una carga emocional que Valentina no debería cargar.

Voy en el auto, y mi mente está en un torbellino de pensamientos mientras cruzo la ciudad. No quiero poner a Dianna en una situación incómoda ni mucho menos crear un conflicto, pero hay algo que tengo que dejar claro, por el bien de mi hija y por el de nuestra relación. Sé que Dianna no tiene que ser una madre para Valentina, y jamás le he pedido que lo sea, pero no puedo ignorar la forma en que su indiferencia afecta a mi hija. Valentina necesita un entorno donde se sienta segura y querida, no solo por mí, sino por las personas que comparten su vida.

Llegó al set y encuentro a Dianna hablando con algunos compañeros. Lleva un atuendo que le han dado para la prueba: un vestido sencillo, ajustado en la cintura, con un maquillaje que realza su belleza natural. Cuando me ve, sonríe, y noto un destello de emoción en sus ojos. Creo que le fue bien en la prueba, y siento un alivio temporal, porque sé lo mucho que significa para ella. Pero mi resolución de hablar sobre Valentina no desaparece; es algo que no puede seguir esperando.

—¿Quieres que vayamos a almorzar? —le pregunto cuando finalmente se despide de sus colegas.

—Claro, me vendría genial algo de comer —responde con una sonrisa mientras se toma de mi brazo.

Nos dirigimos a un restaurante cercano, y en el trayecto, Dianna me cuenta sobre la prueba. Le pregunto detalles, la escucho, trato de animarla. Habla con entusiasmo sobre el personaje y lo que podría significar para su carrera si consigue el papel. La entiendo perfectamente, porque sé lo que es luchar por una oportunidad en esta industria. Sin embargo, cuando llegamos al restaurante y nos sentamos, su entusiasmo empieza a desvanecerse al notar la seriedad en mi expresión.