Prólogo - POV Gala

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Prólogo

POV Gala

"Tercer lugar". Las palabras dichas por Galilea hace unos segundos siguen resonando en mi mente, como si no fueran del todo reales. Es curioso cómo una simple frase puede desatar una tormenta de pensamientos, emociones y recuerdos.

Si soy completamente honesta conmigo misma, este tercer lugar es mucho más de lo que jamás imaginé alcanzar cuando decidí ingresar a la Casa de los Famosos. Cuando firmé aquel contrato, lo hice con miedo, dudas y sin grandes expectativas. Mi reputación, después de todo lo de Bárbara y aquella desastrosa entrevista que había dado mi mamá, estaba por los suelos. Nadie daba un centavo por mí. Incluso yo misma pensaba que sería eliminada en la primera ocasión en que me nominaran. Siempre había sentido que el mundo estaba en mi contra, que no importaba lo que hiciera, la opinión pública ya tenía su veredicto sobre mí.

Pero, al final, la vida tenía escrito un destino muy diferente para mí. Aquí estoy, en el tercer lugar, siendo superada solo por dos personas que, de alguna manera, también han dejado una huella en mi corazón. Mayito, ese hombre al que la vida parecía darle una segunda oportunidad. Su historia de resiliencia y transformación es algo que me ha tocado profundamente. Y luego está Karime, la chica a la que seguía por las pantallas de MTV mucho antes de conocerla en persona. Nunca pensé que se convertiría en mi gran cómplice y amiga en esta locura de aventura.

Mientras el eco de las palabras "tercer lugar" sigue retumbando en mi mente, no puedo evitar sentirme agradecida. No solo por el puesto, sino por el camino, por las enseñanzas, aprendizaje, amistades y por la inesperada redención que esta experiencia me ha traído.

- Felicidades hermosa- La voz de Karime me saca de la profundidad de mis pensamientos. Su tono es cálido, como siempre, pero cuando levanto la vista para encontrarme con sus ojos, noto que no brillan como de costumbre. Me sonríe, pero esa sonrisa no llega a su mirada. Aun así, le devuelvo la sonrisa, tratando de transmitirle un poco de tranquilidad, como si con ese simple gesto pudiera aliviar el peso que ambas sentimos en este momento.

Sé exactamente lo que su mirada de tristeza significa. Hace unos días, en una de esas charlas largas y sinceras que solíamos tener en las tardes, recostadas en el jardín, hablamos de nuestras expectativas para la final. Karime me confesó que su sueño era que nosotras dos fuéramos los primeros lugares, que pudiéramos estar sentadas en ese sillón, tomadas de la mano, cuando Gali anunciara a la ganadora. No importaba quién de las dos fuera. Sabíamos que estaríamos felices por la otra, que compartiríamos ese momento sabiendo que ninguna deseaba más que lo mejor para la otra.

Ahora, aunque ninguna de nosotras lo dice en voz alta, ambas sabemos que ese sueño no se hará realidad. Pero incluso en medio de la decepción, hay algo reconfortante en saber que el cariño y el respeto que hemos construido a lo largo de esta experiencia sigue intacto. Y en ese momento, aunque no haya palabras, sabemos que siempre nos apoyaremos, más allá de cualquier resultado.

- Si dependiera de mí... Tu serias la única ganadora - le susurro al abrazarnos. Es lo único que puedo decir en este momento, porque si algo tengo claro es que Karime merece ganar este programa. A lo largo de estas semanas, ella ha sido mucho más que una competidora. Ella fundó el equipo Mar, ese grupo que se convirtió en nuestro refugio dentro de la casa. Fue Karime quien estuvo siempre para contenernos cuando las emociones se desbordaban, para distraernos cuando el encierro se hacía insoportable, y para arrancarnos una sonrisa incluso en nuestros peores días.

Ella es la razón por la que cinco personas, que al principio no teníamos prácticamente nada en común, terminamos formando una verdadera amistad. No puedo evitar sentir gratitud hacia ella, porque más allá del juego y de la estrategia, me regaló algo que jamás pensé encontrar aquí: una nueva familia.

El Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora