El Hilo del Destino

Prólogo - POV Karime

Prólogo

POV Karime

Veo a Gala cruzar la puerta, y en ese instante, algo en mi pecho se aprieta. Es extraño cómo, en tan solo unos meses, pasamos de ser completas desconocidas a convertirnos en alguien tan importante la una para la otra. Me invade una tristeza inexplicable al verla alejarse, aunque sé que en solo unos minutos estaremos juntas de nuevo. Lo que más me desconcierta es la intensidad de este sentimiento; he desarrollado un apego ansioso hacia ella, algo que no esperaba. Tal vez es porque, en este ambiente, las conexiones se forman rápido y de manera profunda, pero con Gala todo ha sido diferente. Siento que cada minuto sin ella a mi lado pesa más de lo que debería.

Lo único que espero es que no se olvide de nuestro pacto de dormir juntas esta noche en el hotel. Sé que si ella no lo menciona, probablemente yo no lo haré. No porque no quiera, sino porque con Gala, a veces me cuesta tomar la iniciativa. Es raro, porque estoy acostumbrada a que las personas tomen el primer paso conmigo, y con ella es como si esa dinámica se invirtiera. Con Brigitte, todo fluye de manera distinta; no tengo problema en recordarle nuestras promesas o hacerle comentarios. Pero con Gala... me da miedo que piense que soy demasiado intensa, que estoy presionando más de la cuenta. Esa inseguridad es nueva para mí, y me tiene algo desconcertada. Ojalá lo entienda y sepa que no es porque no quiera acercarme, sino porque me importa tanto que temo arruinar algo.

Respiro hondo, intentando mantener la compostura mientras las cámaras capturan cada uno de mis movimientos. Este no es el momento de mostrar debilidad, aunque todo lo que siento está justo al borde de desbordarse

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"Mario, ganador." Le doy una sonrisa sincera a mi amigo, llena de orgullo por su logro. La vida siempre termina acomodando las cosas en su lugar, y Mario ha pasado por muchas dificultades en el pasado que lo hicieron más fuerte. Tanto él como su familia han luchado mucho, y ahora merecen disfrutar del cariño del público. Verlo recibir tanto amor y reconocimiento me llena de satisfacción.

Yo, por otro lado, nunca dejé de ser "la chica de Acashore." Ese es un estigma que probablemente llevaré conmigo toda la vida. Sé que para muchas personas es difícil ver más allá de esa etiqueta. A veces siento que, por más que me esfuerce, algunas personas nunca lograrán conectar conmigo por esa razón. Siempre me verán a través del lente de la chica fiestera, la chica del reality show. Y aunque eso solía frustrarme antes, ahora lo acepto como parte de mi identidad, parte de mi historia.

Sin embargo, esta experiencia en La Casa de los Famosos me ha dado algo mucho más valioso que un trofeo: me ha permitido mostrar una versión de mí que pocos conocían. A pesar de no haber ganado y de ser una de las participantes peor pagadas del reality, siento que este programa me abrirá muchas puertas. Me dio la oportunidad de que la gente viera un lado de mí más humano, más auténtico. Y, al final del día, eso es lo que realmente importa. Sé que he crecido y que, aunque algunos seguirán viéndome solo como la chica de Acashore, otros habrán descubierto a la persona detrás de esa imagen. Y con eso, me siento en paz.

Acashore. Ese lugar que cambió mi vida para siempre. Fue mi entrada al mundo del espectáculo, y por más que a veces me pese el estigma que conlleva, no puedo negar que siempre estaré agradecida. Ese reality me dio la oportunidad de darme a conocer, de mostrar una faceta de mí que resonó con muchas personas, aunque en su momento no fuera consciente del impacto que tendría. Estoy convencida de que no sería quien soy ahora sin esa experiencia.

Gracias a Acashore conocí a algunos de mis mejores amigos, como Jawy, Chile y Jey. Ellos son más que compañeros de aventuras; son personas que me han acompañado en los momentos más importantes de mi vida. No todos los vínculos se mantuvieron tan fuertes, claro. Hay otros, como Potro y Mane, que aunque ya no están presentes en mi vida actual, me marcaron profundamente. A su manera, cada uno de ellos dejó una huella en mí. Es imposible hablar de mi recorrido sin mencionarlos.