16 Tres confesiones

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BAILEY

Mi primer confesión que a veces uso mi apariencia tierna a mi beneficio, sobre todo cuando la gente piensa que por ser tan dulce y lucir así como luzco, no soy alguien de quién cuidarse. Eso lo supieron aquellos matones que intentaron intimidar a esos pobres chicos que no estaban haciendo nada para provocarlos, más que fumar y escuchar música en una cantero que a ellos se les dio la gana por decir que les pertenecía, y yo les demostré a golpes que el cantero es mío y si ellos querían estar ahí podían hacerlo. Aparte mi carácter sociable me hace conocer y ser amiga de mucha gente y claro que conocía a su jefe.

Ahora con Alexa es completamente diferente, sé que ella es sarcástica y muchas veces tiene malos modos de responder, pero conmigo se contiene y es amable, conmigo y solo conmigo es así porque aunque ahora se ha suavizado con Kate, muchas veces la respuesta inmediata es mucho más fuerte y entre las dos se responden mal, porque Katerina por mucho que le guste no se le va a quedar callada, aunque luego se arreglan a besos como Dios manda.

—¿Estás tomando coca-cola? —claro que lo hace, la vi servirse de la botella delante de mí. Me mira y mira el vaso y la botella al lado, vuelve a mirarme, suspira y me responde.

—Sí, ¿quieres un poco? —su compañero la mira con la boca abierta.

—No mames wey, te acaba de hacer la pregunta más estúpida y tú se lo dejas pasar. Ni siquiera a con la dueña tienes piedad.

—Bueno ella es la excepción.

—¿Por qué?

—Porque lo digo yo y me da la gana. Ahora lleva esa caja y guárdala en el deposito —sonrío tomando de su vaso, justo donde ella apoyó sus labios, me mira y sonríe mordiéndose el labio inferior, sé que quiere besarme y yo también quiero.

—¿Me acompañas al baño? —me susurra en el oído.

—Claro.

—Ale ¿guardo esto? 

—No déjalo ahí que se guarda solo —levanta la mano—, sí, te lo acabo de pedir —se pone discutir con nuestro compañero y paso por al lado rozando su mano, pero en vez de ir al baño subo a la oficina de Kate.

Ella me mira de reojo y sonríe negando con la cabeza, luego suspira y muerde un costado de su labio, ya que por el piercing en medio, es la única manera de poder hacerlo. Intenta varias veces querer subir, pero siempre están preguntándole algo y ella está cada vez más irritada, así que Kate interviene.

—Alexa sube un momento a mi oficina —dice seria y todos se callan dejándola ir, ella finge y gira los ojos pero al abrir la puerta tiene una gran sonrisa.

 —Siéntate por favor —le pide seria manteniéndose en su papel mientras yo estoy en su falda y ella me acaricia las piernas. La sonrisa de Alex se va borrando cuando ve que Kate esta de verdad seria—. Andy hablo conmigo sobre tu solicitud de vacaciones.

—Sí, desde que entre a trabajar que no me he tomado días.

—¿Tienes pensado hacer algo? ¿Irte a algún lado? porque tendrás que reservar la habitación con la cama más grande, después de todo estamos saliendo y podrían ser nuestras primeras vacaciones juntas —Kate me mira y me besa con posesión, hasta que Alexa se aclara la garganta.

—Pueden ¿compartir?

—Mmmm si respondes bien, tendrás un pedazo —aprieta mi trasero y le da una nalga que me hace dar un respingo y provoca que Alexa se cruce de piernas y trague grueso—. Te esperamos, cariño.

—No tenía nada pensado, solo quería descansar un tiempo, lo necesito. También pedí días en el restaurante.

—Interesante. Nosotras tenemos algunas ideas —sonríen.

KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora