NoraLlevaba muchas semanas queriendo quedar con mis amigas, Nerea y Berta. Mi vida había estado tan centrada en Dylan, en su rehabilitación y en todo lo que implicaba estar a su lado, que sentía que me había olvidado un poco de mi misma. Así que cuando Berta sugirió que salíamos a tomar algo, acepté sin dudarlo. Era el momento de desconectar un poco y recuperar ese espacio que compartía con ellas, algo que tanto había echado de menos.
Nos encontrábamos en nuestro café de siempre, una pequeña esquina acogedora del centro que había sido nuestro refugio durante años. Al llegar, Nerea ya estaba allí, como siempre, puntual, con su taza de café entre las manos y una sonrisa enorme en la cara.
- ¡Nora! Ya era de que te dejaras ver desaparecida – dijo mientras me abrazaba.
- Ya sabes tía, vida d cuidadora profesional – bromeé, aunque una parte de mí sabía que había algo de verdad en esas palabras. Mi vida últimamente giraba en torno a Dylan y su recuperación.
Berta llegó unos minutos después siempre con energía desbordante y esa risa contagiosa que hacía que todo parecía un poco más fácil.
- ¡Tías! ¿Qué tal? - dijo plantando dos besos en nuestras mejillas antes de sentarse- Hoy nos olvidamos de todo, ¿eh? Nada de cosas tristes, solo risas y buen rollo.
Asentí, deseando que fuera tan fácil olvidarse de todo de lo que estaba pasando en mi vida .
Mientras hablábamos sobre nuestras cosas- el trabajo de Nerea, las aventuras amorosas de Berta – me di cuenta de lo que necesitaba esto. Reír, hablar de nuestras cosas , sentirme ligera por un rato.
- ¿Y tú, Nora?- me preguntó Nerea de repente esa mirada cómplice que solo una amiga de toda vida puede tener- ¿Cómo va las cosas con Dylan?- Ha tenido que ser duro para ti también, no solo para él.
Me quedé en silencio unos minutos, mirando mi café que giraba en mi taza. Sabía que mis amigas no se esperaban una respuesta superficial, y la verdad era que había mucho que contar . El apoyo constante, las horas largas de incertidumbre , el miedo a que nuestra relación no resistiera a toda esa presión. Pero también estaba la otra parte, la que no me atrevía a decir o mostrar a mis mejores amigas que no me atrevía casi admitir.
Es muy complicado chicas- empecé- Han sido 10 meses muy difíciles, no os voy a mentir. He estado con él, pero a veces me siento que me estoy perdiendo a mí misma en todo esto.No sé... - suspiré, buscando las palabras-. Me encanta estar con a su lado, pero también me da muchísimo miedo lo que vendrá después. ¿Qué pasa si no vuelve a ser el mismo de antes? ¿Y si yo tampoco lo soy?
Nerea me miró con comprensión, mientras Berta, más directa como siempre, soltó:
- Tía, es normal. Estas pasando por algo muy jodido. Pero también estas ahí para él porque le quieres. ¿no?
Le quiero . Esa parte que nunca dudé. Pero, últimamente, algo había cambiado en la forma en que lo sentía. Era como si mi amor por él hubiera evolucionado, como si ya no fuera solo el chico del que me enamoré el primer día que le vi, sino también alguien que había pasado por tanto, que había luchado tanto, y que me hacia admirarlo de una manera más profunda.
- Claro que le quiero – dije, casi en un susurro-. Pero hay días en los que me pregunto si soy suficiente para él ahora. Todo ha cambiado tanto. Le veo esforzarse tanto por volver, pero no deja que esto lo hunda, y me pregunto si yo estoy haciendo lo suficiente. Si soy suficiente.
Nerea me tomó de la mano.
Nora, has sido un pilar para él todo este tiempo . No puedes ser tan dura contigo misma. Él necesita, eso es obvio, pero tú también necesitas.
ESTÁS LEYENDO
MÁS ALLÁ DE LAS DIFERENCIAS (Entre dos mentes 1)
Teen FictionMás Allá de las Diferencias" Nora Becker, una joven de 19 años apasionada por la psicología, se enfrenta a nuevos desafíos al comenzar sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid. En la residencia universitaria, comparte habitación con Dyla...