La nueva

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Definitivamente Rubén no se presentó más a las clases, no puedo dejar de pensar en él, que día el mío no? Pensé mientras alistaba las cosas.

— ¡Oye ____! — escuche gritar mi nombre y al voltear me di cuenta que era Ruth — hey ¿por qué te sentaste sola hoy en las clases? — dijo mientras se acomodaba el bolso.

— Es que como tienes a tus amigas, yo la verdad no quise molestar — dije apenada.

— No para nada, que te pasa — río — al contrario te las quería presentar — sonrió — bueno aunque ahora ellas ya se fueron, pero mañana no te alejes de mi eh — sonríe nuevamente.

A lo que yo solo asentí de volviéndole la sonrisa. ¿Debería creerle? Tal vez sólo lo haga por lastima. Pensé.

— No vayas a pensar que me acerco a ti por lastima o por saber el chisme eh — me señaló.

— ¿Ah? No no tranquila — sonríe tímidamente.

Es como si me hubiera leído la mente. Pensé.

Después de esa conversación nos despedimos, ya que sus padres la habían recogido. En el trayecto iba pensando en él y en lo que había pasado, ¿De verdad le gustaba a Rubén? Que cosa tan absurda.

"Estoy muy nervioso, me gusta una chica pero creo que ella no se gusta de mi"

"¿Crees que sólo sea diarrea en el estómago lo que estoy sintiendo?"

Esos recuerdos fueron como que me metieran sal en una herida recién echa en la rodilla.
¿Como alguien puede gustarse desde los ocho años? Tal vez solo sea algún tipo de capricho. O simplemente me quería joder la vida, aunque, ¿Desde esa edad?

Mis pensamiento fueron interrumpidos al ver a la madre de Rubén fuera de su casa.

— ___ que bueno verte — sonrió a lo que yo solo me congelé al verla — ¿Y eso que Rubén no venga contigo? — preguntó curiosa.

— Este — pero antes de contestar él lo hizo.

— Aquí estoy madre — su voz me hizo erizarme todo el cuerpo.

— Ay que bueno, ¿Pero que tienes cielo? ¿Por qué tienes la carita así? — dijo mientras se dirigía hacia él.

La curiosidad me mató y volteé a verlo, y se veía fatal, su cara estaba hinchada y con ojos llorosos. Por dentro me sentía mal al verlo así, jamás lo había visto de esa manera, tan rota, pero por otra parte, sentía mucho resentimiento.

— ____ pasó algo en el colegio? Tú también te vez algo rara.

— Ah no no... este yo ya me tengo que ir hasta luego — dije al salir corriendo.

Abrí la puerta de mi casa torpemente y por fin entré. Tenía el corazón a mil, sentí tanta incomodidad y a la vez pena. Subí hasta mi cuarto y abrí la ventana y no pude evitar sentir que él iba a abrir su ventana también pero al ver su sombra entrar también, vi cómo por instante miró hacia acá y nada más termino de cerrar bien su ventana. Me duele saber que las cosas ya no van hacer como antes, pensé al terminar de acomodar mi escritorio.

Un mes después:
Marzo:
Las cosas han pasado desde ese miércoles por la tarde, Rubén y yo, no nos volvimos hablar. Admito que, lamento mucho cómo acabaron las cosas, si el destino iba a decir que ya no íbamos a poder estar juntos, al menos me hubiera gustado, de que, las cosas hubieran acabado bien. Pero también fui tonta al darle cariño a una persona en tan poco tiempo. Me siento traicionada.

—Hey, ___ —me llamó Laura, una de las amigas de Ruth.

—¿Sí? —respondí con una sonrisa ligera.

—Entonces, ¿no era cierto que tú y Rubén eran novios? —preguntó, mordiéndose una manzana con curiosidad.

—Ay, Laura, eso ya lo aclaramos el otro día —intervino Ruth, rodando los ojos y dándole un codazo amistoso.

—No te preocupes —reí, tratando de restarle importancia.

Laura arqueó una ceja y miró hacia el fondo del pasillo, antes de preguntar:

—Pero... ¿te superó rápido, eh?

Me tensé un poco al escucharla y, sin mirarla, respondí en un tono despreocupado.

—¿Por qué lo dices?

Laura señaló discretamente detrás de mí.

—Porque míralo, ahí va... con la chica nueva.

Al instante, giré la cabeza y vi a Rubén caminando con una chica que reía y le tocaba el hombro. Sentí un pequeño nudo en el estómago, pero intenté que no se notara.

—Lo sabía... —dije, mirando de reojo con una mezcla de desprecio y resignación—. Al final, solo quería molestarme.

Abril...

Abril fue un mes sin sobresaltos, casi monótono. Ruth y yo nos volvimos cada vez más cercanas, mientras Rubén parecía afianzarse con su nueva "compañía". Lo veía con esa chica y, a veces, con el chico que había dicho algo que era fea en el primer día de clases.

"Vaya pareja... deben tener una conexión increíble", pensé, observándolos sentarse juntos desde lejos.

Mayo...

Un día de mayo, mientras me dirigía a mi casillero, accidentalmente estaba él guardando sus cosas. Estos meses llevaba evitando coincidir con él, pero justo hoy, que estaba distraída, terminamos al lado del otro.

Un nerviosismo incómodo se apoderó de mí, y apuré a abrir el casillero, guardando mis cosas rápidamente y cerrándolo casi de golpe.

—Hey, se te cayó una hoja —dijo él, y su voz me pegó como si de una pelota fuese, como un eco de algo perdido que aún dolía.

Me detuve un segundo, procesando sus palabras.

—Ah... gracias —murmuré, con voz apagada. Tomé el papel de su mano sin mirarlo, y prácticamente salí corriendo, sin querer quedarme un segundo más junto a él.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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